Se sabe que los días conmemorativos o las semanas, en el caso del Bonarda, sirven para “recordar” las bondades de estos vinos, más allá que el consumidor pueda disfrutarlo todo el año.

Una vez más se celebró la semana de la Bonarda en Argentina (fue del 31 de julio al 6 de agosto), en honor a la segunda variedad de uvas tintas más plantada del país, luego del Malbec. Hoy las 17.712 hectáreas que ocupa en el país la convierten en la segunda cepa en extensión detrás del Malbec; con casi 50.000 hectáreas, pero hasta fines del siglo pasado, el área cubierta por Bonarda era superior a las hectáreas existentes de Malbec. Esto indica dos cosas, por un lado, que es una cepa muy bien adaptada al terruño nacional, y por el otro, que tiene un gran potencial. Esto lo confirma Alejandro Vigil, quizás el enólogo más importante de la Argentina, que elabora varios exponentes de diferentes parcelas de la zona Este, demostrando que no solo confía ciegamente en el Malbec y el Cabernet Franc, sino también en el Bonarda.

Otro de los grandes promotores de la variedad fue Roberto González, enólogo de Nieto Senetiner, “en mis treinta años de trabajo en la bodega, la Bonarda pasó de ser considerada una uva más bien popular y para cortes a ser hoy reivindicada por decenas de bodegas que la elaboran en todas las gamas”. Con toda esa experiencia, González presentó el año pasado el libro “Bonarda: la historia de un gran vino”, en el que relata la historia de esta cepa y los resultados de toda su investigación y experiencia con el varietal en territorio argentino.

Esta variedad tiene su origen en los Alpes y en la localidad francesa de Saboya, donde se la conoce como Corbeau Noir. Llega a nuestro país para instalarse en los Andes con los inmigrantes italianos a principios del siglo XX. En nuestro país estuvo mezclada entre las uvas francesas hasta que fue llamada con el nombre de unas variedades italianas piamontesas, las Bonardas. El entuerto fue finalmente resuelto por medio de estudios de ADN y hoy la legislación internacional acepta Bonarda o Bonarda Argentina como un sinónimo de la variedad francesa. “En el año 2000 éramos dos o tres elaboradores de vino de alta gama de este varietal -expresa Roberto González- Hoy, hay muchas bodegas elaborando este vino y en otros segmentos de precio. Hay que recordar que prácticamente no existía esta variedad en las etiquetas del vino argentino y hoy hay más de 40 etiquetas que mencionan el nombre del Bonarda. Ello magnifica el gran trabajo que venimos haciendo”, finaliza Roberto González.

Durigutti Family Winemakers, también fue pionera en apostar por esta variedad, ya que era la uva predominante en Rivadavia, donde nacieron los hermanos Durigutti.

Desde sus comienzos fueron una bodega exportadora referente no solo del Malbec, sino también de la Bonarda como bandera argentina. Héctor y Pablo Durigutti han sido siempre apasionados por el potencial de la Bonarda Argentina, buscando llevar este vino como varietal a la mesa del consumidor en Argentina y en el mundo.

Argentina y Mendoza son reconocidos por su varietal insignia que es el Malbec. Pero la gran diversidad de la geografía nacional ha demostrado que a lo largo y ancho de todo el territorio son muchos los varietales que pueden encontrar su lugar. Uno de ellos es el Bonarda, otro “inmigrante” europeo que logró afianzarse y ganarse un lugar en la vitivinicultura nacional. El primer viñedo de Bonarda aparece en 1912, y en la década del setenta se potencia y logra ser la segunda cepa más plantada en el país.

Por su parte, San Rafael también refleja lo que pasa en el vino argentino, no solo por su historia y tradición sino por la cantidad de hectáreas de vides plantadas. Y, como referente de la vitivinicultura, se destaca por ofrecer un carácter propio, sobre todo en vinos como Cabernet Sauvignon, Chenin Blanc, Malbec y Bonarda. Y justamente fue, desde siempre, uno de los terruños con más hectáreas plantadas de esta variedad. Allí, el 35% del viñedo tiene más de 40 años, el 42% entre 10 y 40, y los que van de 4 a 10 años representan el 20%, siendo apenas el 2% los viñedos más nuevos. De las casi 18.000 hectáreas en el país, 1685 están en San Rafael.

Claves del Bonarda de San Rafael

Últimamente, surgió una nueva generación de Bonarda que promete cambiar la historia del varietal para siempre, esperando que los ojos de la prensa, el retail y, seguramente del consumidor, le presten más atención. Es la gran noticia que estaban esperando los productores deSan Rafael, uno de los terruños con más carácter para la Bonarda. Si bien la idea no es reemplazar al Malbec, sino tener variedades que puedan seguir alimentando la diversidad de vinos argentinos, tanto en el mercado interno como en el externo. Es ahí que la Bonarda asoma comouna de las uvas con mayor potencial, principalmente por la cantidad de hectáreas. Y si bien su proyección internacional no se puede comparar a la del Malbec local, o a la del Cabernet Sauvignon, Chardonnay o Cabernet Franc, tiene mucho espacio para crecer en el mercado interno, no solo con vinos jóvenes y afrutados, fáciles de beber, sino también con vinos un poco más pretenciosos y con potencial de guarda. Eso sí, los hacedores van a tener que demostrar que quieren (y pueden) subir la apuesta con vinos de terroir, y que ya le encontraron la vuelta a la crianza, porque son muchas hectáreas plantadas y posee atributos más que suficientes para sorprender al consumidor.

Si bien en general se puede decir que el Bonarda es un tinto de aromas expresivos y paladar amable, que recuerda a frutas maduras, algo de especias y con toques vegetales, y siempre con buena acidez. En San Rafael están apareciendo exponentes con un carácter más de lugar, que refleja el clima desértico y la calidez del clima, pero también un ciclo más lento de madurez gracias a las corrientes de frío polar que llegan desde la Patagonia y moderan las temperaturas nocturnas. Y, como la Bonarda es una uva de ciclo largo, esto le viene muy bien mara madurar lentamente y preservar todo el carácter primario. Luego, está la mano de cada enólogo y el estilo de cada casa. Pero lo cierto es que hay varios Bonarda para probar de San Rafael y empezar a enamorarse del varietal.

8 Bonarda de San Rafael para conocer y tentarse

Arení Bonarda Chaglasian Bonarda 2020

Chaglasian Wine Estate, San Rafael, Mendoza

Juan Chaglasian construyó una bodega y un hotel porque, junto a su mujer, le encanta recibir amigos de todo el mundo, y sus vinos tienen el estilo que a ellos les gusta. Acá hay un Bonarda con mucho protagonismo de la crianza y con leves dejos licorosos. De buen cuerpo y taninos firmes, de esos que piden carne roja a la parrilla.

Argana Bonarda 2021           

Bodega Argana, San Rafael, Mendoza

Acá hay un Bonarda joven no solo de edad sino de estilo. Muy apoyado en el carácter primario de la fruta roja, con buen agarre y los típicos dejos de madurez en su mensaje de frutas rojas. Es ideal para aquellos que buscan un vino de elaboración joven y atrevido, para conocer al cepaje.

Chayee Bourras Reserva Bonarda 2016

Bodega Chayee Bourras, San Rafael, Mendoza

Se bien es un vino equilibrado por el paso del tiempo, sus aromas remiten a la zona y al cepaje. En boca es fluido, con taninos incipientes y con las notas de la crianza en madera (seis meses en barricas de roble francés y americano) que sobresalen en el final de boca.

Lorenza Goyenechea Bonarda 2020 
Bodega Goyenechea, San Rafael, Mendoza

De aromas equilibrados y expresiones maduras, paladar incipiente y limpio con suaves dejos de evolución, frutas y especias secas.  De buen volumen y con agradable tipicidad varietal combinada en su final con el aporte de la crianza en carricas de roble francés por doce meses.

Parcelas Originales Bonarda 2020

Alfredo Roca, San Rafael, Mendoza

Con esta línea, la familia busca homenajear a las variedades más antiguas que tienen, y la Bonarda es una de ellas. De aromas y sabores tan equilibrados como maduros, sin embargo, su paso por boca es mordiente y vivaz gracias a la acidez natural del vino. Y así, se va a mantener varios años.

Pokhara Bonarda 2021

Bodega Simonassi Lyon, San Rafael, Mendoza
Tinto joven, por dentro, por fuera y por la concepción que le dieron las hermanas Flor y Renata. De buena fluidez, paladar franco y vivo, con buen carácter de frutas rojas y especias. Mordiente, no muy profundo, pero si muy bebible y limpio. Además, es ideal para empezar a entender el carácter de la zona.

Terra Lombarda Bonarda 2021

Bodega Terra Lombarda, San Rafael, Mendoza
Este vino está elaborado por una pareja de jóvenes apasionados, y eso se puede percibir en la fuerza. Se trata de un tinto apoyado en su carácter frutado, de aromas intensos. Llena la boca con energía gracias a sus texturas casi firmes, que además aportan persistencia.

Vía Blanca Bonarda 2022

Bodega Iaccarini, San Rafael, Mendoza

El trabajo que viene haciendo el joven enólogo de la casa (Daniel Pomar) empieza a reflejarse en las copas, y este flamante Bonarda especialmente se destaca por su perfil. Sus aromas son intensos, con buena fruta y agarre de texturas finas que equilibran sus tonos maduros.

Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.