Esos raros vinos nuevos

Luego de varios años de trabajar en diferentes bodegas y recorrer el mundo, Santiago Bernasconi eligió su lugar en el mundo. Y si bien no se mudó allí con su familia, encontró un viñedo en Mainqué donde criar sus propios hijos vínicos. Así nace Bodega Aniello, por sus ansias de trascender en el mundo del vino con algo propio, que pueda legar a sus descendientes.

Santiago es muy profesional y formal por fuera, pero sensible y sentimental por dentro. Y gracias a ello pudo dar primero con una viña vieja en el Alto Valle de Río Negro, y luego con una bodega de la zona. El trabajo de recuperación de ambos es lento, pero preciso. “En el valle hubo una fuerte influencia italiana, y se nota en los parrales que datan 1955 que quiero rescatar”, afirma el joven bodeguero.

Santiago Bernasconi, socio-propietario Bodega Aniello

Sin embargo, sus vinos avanzan a pasos firmes y a mayor velocidad. Y las razones pueden ser varias. Vinos atractivos y bien logrados, a precios accesibles y con una estética simple y a la vez original.Pero a decir verdad, el secreto está en esa finca y en la capacidad de Santiago y Federico Moreira, el joven enólogo que lo secunda, de poder reflejar el carácter de ese lugar. La Finca de la Costa, porque bordea el Río Negro en un marco natural imponente, está en el catastro como Chacra 006, el número que identifica a varias de sus etiquetas. Son casi 40 has plantadas con Pinot Noir, Malbec, Merlot, Chardonnay y unas pocas hileras de Trousseau, que conforman una de las viñas más viejas de la zona. Vecino de los reconocidos mundialmente Chacra y Noemía, las vides de su Trousseau también tienen como año de origen 1932. De las 32 hileras (precisamente 0,46 ha) sale el vino más comentado de la casa. No solo por la originalidad de la variedad, sino por el estilo y la personalidad de ese Trousseau, que ya va por la cosecha 2015 conquistando el paladar de los degustadores internacionales, que siempre están buscando “la nueva Argentina”. Pero ese vino retrasó su salida por un problema de etiquetas y eso les permitió aprender más de él y encontrarse en la botella con “otro” vino. Fue presentado en la Feria Prowein y comparado con los auténticos pares del Jura. Esto les permitió entender que su viñedo es único en el mundo. Y si bien Federico confirma que logran una mejor tipicidad varietal con las levaduras seleccionadas, se están sumando con diversos trabajos a un estudio sobre las levaduras autóctonas de la zona para lograr una tipicidad más definida del lugar.

Lo más interesante de Bodega Aniello es que Santiago eligió ir por el mismo prestigio que sus afamados vecinos, pero por un camino más realista en cuanto a precios y volúmenes de producción. Sus 006 (Chardonnay, Malbec, Pinot Noir y Merlot) se reconocen entre las novedades de mejor relación precio – calidad de los últimos años. Con los Aniello Malbec y Merlot suben la apuesta y un poco la concentración, sin perder equilibrio. En esta línea presentaron otro vino original, un Pinot Noir 2015, pero que en lugar de ser tinto es blanco, por eso se llama Aniello Soil Blanco de Pinot 2015, Y en su línea más alta (por ahora) están los Soil Corte de Malbec y uno de Merlot, que nacieron con la cosecha 2014.

Y mientras siguen de cerca qué pasa con el Semillón de Patagonia, ya tienen en la gatera un Chardonnay de alta gama y un rosado de Pinot Noir, además de un corte al estilo de Pomerol, donde el Merlot domina pero comparte cartel con el ascendente Cabernet Franc.

Aniello tiene pocos vinos pero muy precisos, que aportan lo suyo y encontraron rápido su lugar. Hoy se suman como referencia de los vinos patagónicos, y más precisamente del Alto Valle de Rio Negro. Ya que si bien no son ni tan antiguos ni tan masivos como los de Humberto Canale, y tampoco tan pretenciosos como los de Chacra o los de Noemía, son vinos que van por el medio, mostrando las mejores variedades que se dan en ese rincón patagónico. Y además, poseen un par de figuritas difíciles de conseguir en otro lado.

Federico Moreira, enólogo Bodega Aniello

Los vinos de Aniello

Aniello Trousseau 2014

Bodega Aniello, Mainque, Alto Valle Río Negro

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Con sólo 2000 botellas han logrado poner el nombre de este varietales, novedoso por estas tierras, en boca de todos los profesionales del vino. Y no solo por la rareza y lo limitado del Trousseau en nuestro país, sino por el vino en sí mismo. De aromas limpios a pesar de su aspecto nublado. Buena frescura, tenso pero no exagerado, con volumen y taninos incipientes. Posee distintas texturas, y si bien no es muy profundo, se muestra equilibrado y con una sutil complejidad en el final de boca. Tiene potencial y un carácter propio, que hoy se muestra muy atractivo. Beber entre 2016 y 2018.

Puntos: 91,5

Aniello Soil Corte de Malbec 2014

Bodega Aniello, Mainque, Alto Valle Río Negro

$ – $$ – $$$ – $$$$ (Jul2016 $280)

Sus aromas son bien intensos, con fruta enérgica que habla del lugar. Es algo negra pero también roja, mucho volumen con equilibrio, y una frescura que aporta mucha vivacidad. También se siente algo herbal, con músculo y buen agarre. De paladar franco y profundo, con cierta calidez muy bien equilibrada por su frescura. Es un Malbec con carácter propio, y eso es un gran atributo para el varietal más elaborado en nuestro país. Seguro que la botella domará un poco sus ímpetus, pero hoy se puede disfrutar mucho con carnes asadas. Beber entre 2061 y 2020.

Puntos: 92

Aniello Soil Blanco de Pinot Noir 2015

Bodega Aniello, Mainqué, Alto Valle Río Negro

$ – $$ – $$$ – $$$$ (May2016 $190)

Una curiosidad, al menos en vinos tranquilos, este vino banco a base de Pinot Noir. Sus aromas son austeros y densos. De paladar bien fresco pero poco profundo, hay volumen, es limpio y filoso en su paso pero con buen volumen. Bastante lineal en sus expresiones, tiene cuerpo y cierto nervio con firmeza. Hay fuerza y un final seco que pide la compañía de un plato consistente. Beber entre 2016 y 2018.

Puntos: 88

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