La D.O.C. Luján de Cuyo, la primera Denominación de Origen Controlada del continente latinoamericano, cumplió 27 años siendo un emblema de la vitivinicultura del Nuevo Mundo. El proyecto de certificar e identifica los Malbec originarios de la región comenzó en 1989, cuando los representantes de más de 30 bodegas locales –entre ellos el Ingeniero Alberto Arizu (p) y Don Raúl de la Mota– se juntaron con un deseo en común: crear una D.O.C. al estilo europeo para la variedad Malbec. El objetivo era valorizar la zona para enaltecer también los vinos que comenzaban a hacer famoso al departamento alrededor del mundo y el trabajo diario en las fincas y bodegas de Luján.

Luego de largos debates y discusiones se llegó un acuerdo: la D.O.C. sería únicamente para el Malbec, para proteger su terruño y establecer un estándar de calidad. En consecuencia, se confeccionó un reglamento para determinar las condiciones técnicas de la viña, las labores culturales en el viñedo, las condiciones de transporte e higiene de la uva, el proceso de vinificación, la crianza y la estiba, el sistema de multas y el Consejo de Denominación, del que aún hoy el Ingeniero Alberto Arizu (p) es Presidente.
Hoy, este gran grupo de bodegueros, viñateros, comerciantes y exportadores que comparten la misión de ponderar la región y los vinos que aquí se elaboran está cumpliendo sus primeros 27 años. Seguramente serán muchos más.