Rodolfo Spielmann Estates Nuevo Vinos

Rodolfo Spielmann es uno de los tantos empresarios argentinos que debieron seguir su carrera profesional fuera del país. Pero su pasión por el vino y el amor por su tierra lo llevaron a tener una parte de él en la Argentina, más precisamente en Mendoza. Hoy, produce 50.000 botellas y las exporta casi en su totalidad a Brasil, donde vive actualmente.

Todo comenzó en una tasting en San Pablo donde conoció a José “Pepe” Galante, por aquel entonces enólogo de Catena Zapata. Por esas cosas del destino se hicieron amigos, y sin querer queriendo Rodolfo echó a rodar su sueño.

Viajó varias veces a Mendoza a recorrer viñedos, sobre todo en Luján de Cuyo, y en 2009 se decidió (aconsejado por su amigo) por una viña vieja sobre la calle Cobos, plantada en 1910, casi abandonada y poco productiva pero con un gran potencial, sobre todo para el Malbec. Son 27 hectáreas plantadas sobre una superficie de treinta, donde además hay Cabernet Sauvignon (6ha), Syrah (3ha), Petit Verdot (1ha), y el resto de Malbec (17ha).

Ya en 2010 se animó a salir a la cancha con la primer cosecha del Canal Flores, del cual solo se hicieron 5 barricas. Y con el tiempo vendrían un par de vinos nuevos, uno más concentrado y otro fermentado en barrica.

Es interesante que los vinos de Rodolfo traten de reflejar el espíritu del lugar, sin ser vinos cargados y sin pretender ser “de otro lugar”. Esto resulta un gran desafío en momentos en los cuales la frescura y vibrancia de los vinos de montaña dominan la escena. Pero sin dudas a largo plazo lo más acertado es tratar de reflejar el lugar como es, a partir de la visión de los protagonistas.

El camino de los vinos de Spielmann Estates

Desde el vamos se nota que es un proyecto bien parido. Es decir que tiene todo para ganarse su lugar. Porque lo más importante para un vino es eso, tener una razón de ser y que muchos consumidores puedan interpretarla. Ya que a una escala pequeña no hay negocio si no hay carácter en el vino.

Ser propietario de la uva es ser dueño del destino de los vinos, siempre y cuando el hacedor pueda embotellar la calidad que viene de la finca. Y Pepe Galante es un experto en la materia, un asesor de lujo reconocido internacionalmente.

Los vinos de Rodolfo son claros, al menos en sus intenciones de reflejar un lugar, y no miran a las modas más allá de sus marcas y etiquetas llamativas.

Pireko ($190) son los varietales jóvenes de la casa. Un Malbec logrado y que cumple muy bien con su función, al cuál se le está por sumar un Cabernet Sauvignon. De imagen moderna, son tintos de paladar fluido y amable, muy poco conocidos hasta hoy.

El Canal Flores ($380) es su nave insignia, el primer Malbec elaborado desde 2010, y del cual se hacen actualmente unas 15.000 botellas al año. Por ser el vino fundacional fue el que más cambios ha sufrido; hecho en barricas, luego en tinajas de 1000 l, y un año después en piletas cuadradas. Y esos movimientos se notan en los vinos, más allá de la evolución lógica por el paso del tiempo.

El Canal Flores Malbec es un varietal pero siempre con toques de otros cepajes plantados en la finca y que varían de acuerdo a las cosechas. Los vinos 2012 y 2013 ya se venden afuera, y ahora comenzarán a comercializarse en el mercado local. Aunque el 2014 y 2015 también están listos, esperando en bodega para salir al ruedo.

A veces cuesta conocer un proyecto nuevo a partir de vinos con un carácter maduro, un estilo más asociado al pasado que al futuro. Pero Perdriel es así, con ese perfil más serio, de fruta roja madura y especias, con taninos amables y trago profundo.

Rodolfo subió la apuesta con microvinificaciones porque sabe que tiene algo especial en su viñedo de 1910, por eso el nombre del vino (Viñedo de 1910). Es un tinto muy expresivo y que le queda muy bien salir al mercado con algunos años. Se siente “un lugar”, y más allá de lo romántico de la viña vieja y del wine maker asesor, hay un mensaje en esas botellas. El 2013 ($800) es Malbec (85%), Cabernet Sauvignon (10%) y Petit Verdot (5%), y solo hay 5000 botellas.

Para lograrlo se hace un raleo importante determinando un rendimiento de 750gr a 1kg de uva por planta. Vinificado en bins de 1000 l, con una crianza de 14 meses en barricas de roble nuevas y algunas pocas usadas.
Y si bien acá está el quid de su cuestión, Rodolfo Spielmann creó Leyenda, un vino importante, el único blend de la casa y que solo se hace en las mejores añadas. De El Jinete Blanco 2012 ($1000) se hicieron 2000 botellas, un blend fermentado en barricas a base de Malbec (67%), Cabernet Sauvignon (22%) y Syrah (11%). Hasta ahora es el único, quizás en 2017 se vuelva a elaborar.

Hay algo especial en estos viñedos tradicionales y poco a poco se va notando en los vinos. Esa identidad única es la mejor carta de presentación y la manera de poder competirle de igual a igual a la abrumadora propuesta que llega desde el Valle de Uco.

Por suerte Rodolfo es de los (pocos) empresarios que entendieron que solo hay negocio en el vino con paciencia y dando pasos firmes. No tiene apuro, disfruta del paso del tiempo en sus vinos, y sabe que la clave de su éxito está en esas viñas de 1910.