Como ya es costumbre, cada año Las Payas hace un par de lanzamientos con sus novedades enológicas. Esta primavera, el guainmeiquer Santiago Salgado, presenta dos blancos, un rosado que es un tinto, un tinto varietal del año y dos cortes tintos que no necesariamente son tintos. Aquí lo nuevo de la bodeguita.

Desde su primer vendimia en el 2005, todos los años en Las Payas se vinifica la Moscatel Rosado. Esta variedad tiene diversos atractivos. En principio es una de las “criollas” que habita estas latitudes hace casi 500 años y en Europa no se consigue. Además ofrece el desafío de intentar hacer un vino logrado con una uva berreta ninguneada por la industria. Por último, al ser una uva de verdulería, los bebedores encuentran en la copa un viaje emocional entre sus recuerdos. En esta vendimia se recorrieron tres sendas posibles para esta uva.

MOSCATO DI CARDINALECap. 1: La Plebeya (2017): Esta versión es la más tecnológica y busca destacar el perfil tropical de la variedad. Maceración antes de fermentar en contacto con los hollejos, desfangado fermentando solo el mosto flor, fermentación a bajas temperaturas (15-18 ºC).

MOSCATO DI CARDINALECap. 2: El Naranjo (2017): Con uvas un poco más maduras que las del Cap. 1, esta versión fue fermentada en contacto con los hollejos y con temperaturas propias de un tinto. Se mantiene así el estilo de los primeros moscateles hechos en Las Payas de la época en la que ni siquiera sabían que el vino blanco se hacía solo con el jugo.

MOSCATO DI CARDINALECap. 4: El Desertor (2017): Cuando el clima lo permite, en Las Payas se lleva adelante la sencilla idea de deshidratar al sol las uvas durante algunas semanas antes de fermentarlas. Nace así esta propuesta de un vino licoroso con algo de dulzor que encierra los secretos y la energía entregada por tanto sol.

El rosado del año esta englobado dentro de CRIOLLAJE, un nuevo concepto de la bodega (no es el nombre de una línea, es una idea marco). En este grupo van a ir apareciendo los diferentes vinos con variedades criollas que saca la bodega cada año.

CRIOLLAJE – Cereza (2017): La etiqueta dice que se trata de un vino rosado en concordancia con la idea colorimétrica del INV pero se trata de un vino tinto. Fermentado como cualquier tinto, este Cereza es tal vez el primer vino 100% varietal de esta uva en el país (al menos el primero en tener las agallas de aclararlo en la etiqueta). Es liviano y lleno de fruta pero con una perfecta carga tánica que lo destaca.

Otra de las ideas que se viene cristalizando en la bodega es la de liberar cada año lo más velozmente posible esos tintos que están para beber ya. Así nace CRUDO. No, no es el nombre de una línea, es una idea conceptual para albergar este tipo de vinos.

CRUDO – Cabernet Franc (2017): Se elaboró con uvas provenientes de El Usillal que es uno de los terruños preferidos en Las Payas, y de uno de los pocos paños que hay de esta variedad en el Oasis Sur. Con una maceración carbónica parcial se presenta franco y frutal. Y para que muestre el esplendor de los taninos propios de la uva fue mantenido durante su corta vida a no menos de 20 metros de cualquier barrica u otro elemento de roble incluyendo muebles.

Por último, están listos dos cortes que incluyen los últimos vinos barricados de la bodega. Y son los últimos porque el guainmeiquer, hartó por completo de este tipo de envase, decidió hacerlos brasas y muebles.

ANARCO Vol. 2: Usando de base el mismo Cabernet Sauvignon 2011 con el que se compuso el Vol. 1, este Vol. 2 está acompañado por unos varietales barricados (Malbec, Tempranillo, Pinot Noir y Cabernet Sauvignon). Se trata de otro de esos vinos atípicos a los que nos tiene acostumbrado la bodega.

MALLLEVADO: Un corte desprejuiciado con base de Pinot Noir barricado a lo que se le sumó un Chardonay fermentado con pieles y un toque de Cabernet Franc de maceración carbónica fermentado con escobajos. Un verdadero despropósito. La etiqueta dice “Vino Artesanal Rosado”. Pero qué es realmente? Un tinto, un rosado, un clarete?

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