Mini Vinexpo, Gran Evento Fabricio Portelli 19/12/2019 Bodegas, Tips 1524 El Clos de los Siete cumplió 20 años y lo celebró con una gran fiesta del vino. Fue en la Mansión del Four Seasons Buenos Aires con todos los miembros del Clos como anfitriones. El sueño de Michel Rolland se hizo realidad y cada año va un paso más allá. Él tuvo una visión, y un grupo de amigos bodegueros franceses no dudó en acompañarlo en la aventura. Y a pesar de todas las dificultados que supone la Argentina económica, las cuatro bodegas del Clos (Monteviejo, Cuvelier de Los Andes, Diamandes y Mariflor) están pasadno por su mejor momento. Porque así como las plantas del campo de más de 800 hectáreas necesitaron equilibrarse para dar mejores racimos de uvas, los bodegueros y enólogos acumularon dos décadas de experiencia haciendo vinos en el Valle de Uco. Es cierto que en el Viejo Mundo cada uno de los propietarios goza de un prestigio, de la mano de sus vinos de Burdeos. Pero es en la Argentina donde disfrutan del vértigo que permite el Nuevo Mundo del vino. Porque todo es exploración y búsqueda, con resultados siempre impactantes. Con el Malbec como bandera, supieron colocar un blend en el mundo en una franja de precios muy tentadora (alrededor de los 20 dólares), convirtiéndolo en un ícono argentino. Michel sigue siendo el responsable máximo del blend Clos de los Siete, y el asesor de las bodegas, pero hace rato que los enólogos tomaron las riendas de cada casa, logrando una impronta propia con el carácter del lugar. Las caras de los franceses lo dicen todo, están muy felices por los logros de sus vinos argentinos. Me sumo a los festejos y celebro porque el Clos de os Siete se haya dado en la Argentina, ya que significó (y significa) un gran respaldo para todo el vino nacional. Y levanto mi copa por la inolvidable Catherine Pére-Vergé, fundadora de Monteviejo, gran apasionada del vino y pionera en secundar a Michel Rolland.