El Malbec es sinónimo de Argentina Info de Prensa 16/04/2020 Agenda, Bodegas 1205 Desde hace poco más de dos décadas los países del “Nuevo Mundo” del vino se encolumnaron detrás de un varietal insignia que los identificara para diferenciarse así de los productores del “Viejo Mundo”-llamados así a los países tradicionales (Francia, Italia, España)-, y de esa manera Australia lideró con el Syrah; Nueva Zelanda con el Sauvignon Blanc; Estados Unidos con el Zinfandel (California) y Pinot Noir (Oregon); Sudáfrica con el Pintage; Uruguay con el Tannat; Chile con el Carmenere; y la Argentina con el Malbec. Pero mientras nuestros vecinos y competidores chilenos no lograron con el Carmenere ningún predicamento, para la vitivinicultura Argentina el Malbec significó posicionamiento y reconocimiento internacional, a punto tal que fue el varietal que más creció en los mercados internacionales en la última década, y fue la bisagra para que Argentina se posicionara en el mundo. Argentina es el principal productor de Malbec a nivel global, con 44.387,50 hectáreas implantadas en todo el país vitivinícola, representa el 38,6% del total de variedades tintas (para la elaboración de vinos) y el 22,4% de la superficie total cultivada en el país (según datos oficiales del INV al 31/12/2019), y constituye la variedad que más ha aumentado su superficie, ya que desde el año 2000 a la fecha se ha incrementado en un 171%, lo que equivale a un crecimiento de 28.040 ha. El ‘Malbec World Day’ surgió hace una década y se eligió esta fecha porque por una iniciativa de Domingo Sarmiento, se presentó el 17 de abril de 1853, con el apoyo del entonces gobernador de Mendoza, Pedro Pascual Segura, un proyecto ante la Legislatura Provincial para fundar una Quinta Normal y una Escuela de Agricultura, y pusieron al frente de la misma al agrónomo francés Michel Aimé Pouget, quien introdujo al país diversas variedades de vitis viníferas entre las que se encontraba el Malbec. Daniel Pi, responsable enológico del Grupo Peñaflor, y a cargo ahora de Bemberg Wines, aseguró: “Para un enólogo de Argentina es un lujo contar con una variedad de uva y un vino que nos representa en todo el mundo”, y enfatizó: ”Para nosotros el Malbec es el sinónimo de Argentina”. “Obviamente –agregó- que los pioneros que lo introdujeron al país, jamás imaginaron que esto iba a suceder. Trabajar con esta variedad que tantas satisfacciones nos ha dado, también nos ha demostrado que podemos descubrir su gran adaptabilidad a los distintos terruños de Argentina, y hemos podido descubrir la importancia de esos terruños, porque no es lo mismo el Malbec de Salta en los Valles Calchaquíes, que el de Jujuy, o el que encontramos en San Juan, en el Valle de Pedernal, o Calingasta, o en el Valle de Uco, o en el Este de Mendoza, en San Rafael, o en la Patagonia. Cada uno manifiesta sus características diferenciadoras, y de todos ellos sacamos productos que nos enorgullecen, y pueden mostrar al mundo la diversidad que tenemos en la Argentina. Es el Malbec que cultivamos y hemos sabido adaptar”. Sergio Case, el enólogo responsable de la marca Trapiche, explicó: “El Malbec es el ‘alma mater’, es lo que nos mueve todos los días”. “Como todos sabemos –agregó- es el varietal más plantado en la Argentina, al que más amor le hemos puesto, y el Malbec es el que nos permitió abrir puertas en todo el mundo, desde barrios de Nueva York hasta Asia; en Europa, y en Estados Unidos, en todos lados nos abrieron muy bien las puertas por la exquisitez de este vino.” “El malbec es un gran trabajo de mucha gente, desde el que está en la finca, los agrónomos, todo el trabajo de Bodega, y todos los enólogos que le ponemos todos los días: amor y pasión, creo que es lo más importante para que las cosas sigan saliendo muy bien”, puntualizó Case. Rodolfo “Opi” Sadler, responsable de La Mascota Wines, explicó: “Estuve pensando mucho sobre cuáles eran nuestras apreciaciones del Malbec, y yo me considero dentro de los ‘enólogos viejos’, de los que vimos diferentes etapas de la vitivinicultura Argentina, y vimos esa etapa donde la Argentina sólo estaba volcada al mercado interno, y después la otra etapa donde tuvimos que salir a ofrecer nuestros productos a un mercado internacional, y yo recuerdo esa época allá por los años ‘90 donde no muchas bodegas íbamos a las ferias, por ejemplo a la London Wine, en Inglaterra, o a la Vinexpo, en Francia, y teníamos que salir a ofrecer nuestros vinos y los que se encontraban con mejor calidad eran los Malbec. Y los primeros años fueron muy duros porque tuvimos mucho rechazo”. “A pesar de que el vino era de muy buena calidad –añadió– pero encontrábamos que los importadores te decían que el Malbec ‘no era un nombre de abolengo’, que ‘No era un vino comercial porque la gente lo desconocía’. Fue muy duro tratar de ir metiendo el concepto de Malbec en el consumidor del mundo. Y realmente ver ese camino que se hizo de a poco, introduciéndolo en algunos blends para que la gente vaya conociéndolo, y después empezar a mostrar los primeros varietales fue bastante difícil. Y ver eso ahora, mirar para atrás y recordar todo eso, y ver el éxito que tuvo el Malbec argentino, nos llena de orgullo. Nosotros, los enólogos viejos nos tenemos que sentir orgullosos de todo este trabajo que se hizo”. “Para mí es el orgullo de haber introducido esta variedad en el mundo y que el mundo la reconozca. Siempre, cuando doy charlas afuera respecto de los vinos de Argentina, digo que el éxito que tuvo el Malbec es que muchos otros países después lo quisieron imitar, pero hay que recordar que nuestro Malbec argentino es un vino totalmente diferente al que podemos encontrar en otros lugares del mundo, porque creo que no es solamente la calidad del vino, ya que acá hay una impronta de carga espiritual que quizás otros Malbec del mundo no lo tienen”, finalizó Sadler. Alejandro Pepa, enólogo de Bodega El Esteco, en Cafayate, Salta, explicó: “El Malbec encontró en la Argentina, como todos dicen, realmente su lugar en el mundo. Nosotros en la Argentina podemos producir un montón de variedades como Cabernet Savignon, Cabernet Franc, Merlot, Pinot Noir, Syrah, en Salta da muy bien el Tannat, muy buenos vinos. Pero cuando nos referimos al Malbec”. “En todos los valles –agregó- desde el norte hasta el sur, vas encontrar en todos lados y en toda la gama de precios, Malbec que te enamoren, que te llenan el alma. Esa es mi definición del Malbec”. “Es un vino que es muy agradable, es muy fácil de tomar, te enamora desde el principio, y la gente, el consumidor, se apasiona. Imagínate un consumidor que entra en el mundo del vino, cuando toma un Malbec generalmente lo adopta como su varietal, porque es un vino entrador, rico, es agradable, es suave en la boca, es frutado, es un vino que invita a tomar. Por eso, si le das un Malbec a una persona que es nuevita y que todavía no ingresa al mundo del vino, seguro de que lo vas a conquistar, y eso es lo extraordinario de nuestros vinos Malbec”, sostuvo. Pepa, que es mendocino pero desde hace 21 años está instalado en Salta, afirmó que “en el norte ese es nuestro objetivo, hacer vinos que enamoren a la gente, buscando que te acompañen en los momentos más lindos, ya sea durante una comida, y que no sean desarmónicos, que sean vinos redondos, violáceos, con un color intenso, que se expresa de esa manera, con la altura que tenemos a 1700 metros sobre el nivel del mar, incluso hasta 2400 metros en algunos sectores, aparte de esa fruta característica que tiene el Malbec aparecen algunas notas de hierbas muy frescas, algo de pimienta levemente por atrás, y una boca redonda, vibrante, larga”. “Soy un enamorado de este vino. Me parece que Argentina tiene esa gran oportunidad de encontrarse con un varietal que en cualquiera de sus valles encontró el lugar perfecto para desarrollarse”, finalizó el enólogo afincado en Cafayate.