En cuarentena, también vino tirado y por copas Fabricio Portelli 17/05/2020 Notas, Vinos Notas 1619 Sin dudas, la cuarentena va a generar muchos cambios en los usos y costumbres de los argentinos, como así también dejar enseñanzas que, en algunos casos, ya se están transformando en productos o acciones innovadoras que seguramente llegan para quedarse. Y entre tantas malas noticias y complicaciones a propósito de la pandemia, hay una buena nueva que tiene que ver con el vino. Porque las ventas de vino han crecido 1,1% el último mes, respecto del año anterior. Esto que parece poco es realmente mucho, teniendo en cuenta que la gran mayoría de los restaurantes están cerrados, así como también muchas vinotecas que no pudieron reabrir sus puertas luego de la prohibición de los primeros meses de confinamiento obligatorio. La clave estuvo en que muchos descubrieron (o redescubrieron) el placer de beber vino cotidianamente en casa. Claro, el vino y su consumo moderado es algo muy arraigado en la cultura popular de los argentinos, es un producto noble y natural que se produce mucho y muy bien en la Argentina; no por casualidad es la bebida nacional en el quinto productor mundial. Además, y gracias a su gran diversidad, se pueden encontrar fácilmente etiquetas para todos los gustos y bolsillos en varios comercios de cercanía. Es decir que no se trata de un nuevo hábito forzado ni inventado, sino algo que siempre estuvo ahí. Y hoy, con más tiempo en casa, las familias volvieron a compartir las dos comidas más importantes del día; almuerzo y cena. Además, muchos se volcaron a la cocina, dándole más protagonismo a todo en la mesa. Así, el vino se volvió una constante en muchos hogares para pasar la cuarentena un poco mejor. Mientras tanto, la industria no se quedó quieta. Rápidamente las bodegas salieron a comunicar por redes sociales sus novedades, y realizaron los lanzamientos pautados a la prensa, aunque vía zoom, con los periodistas especializados y sommeliers de un lado, y del otro lado de la pantalla, el enólogo con los mismos vinos servidos en sus copas. También las tiendas online de las bodegas se hicieron más visibles, con ofertas y envíos sin cargo a todo el país. Al mismo tiempo, la gastronomía empezó a reaccionar, y muchos restaurantes incorporaron delivery por primera vez en su existencia. La oferta rápidamente se multiplicó, y hubo algunos que fueron un paso más allá creando cajas (box-sets) con todo lo necesario para servir un menú de alta cocina en casa, siempre acompañado de una buena botella de vino. Y a medida que el confinamiento obligatorio se estiraba, y las actividades con familiares y amigos vía Zoom o Google Meet o Whastapp se multiplicaron, comenzaron a surgir nuevas propuestas interesantes. Como el caso de Vico Wine Bar que salió a ofrecer maridajes con vinos por copa. Y así como las cervecerías ya comercializaban cerveza tirada, tanto en los locales como en growlers (botellones) para llevar, Vico ofreció flights de copas de vino para disfrutar en casa. Cada vino recién salido de sus sofisticados dispensers WineEmotion, se sirve en botellitas completamente herméticas de 187ml debidamente inertizadas, para que los clientes los trasvasen a sus copas y disfruten de una verdadera experiencia de degustación en casa. “Seleccionamos ocho etiquetas cada semana para que nuestros clientes puedan elegir tres y recibir en la puerta de sus casas nuestra cajita feliz de vinos”, cuenta Pablo Colina, el reconocido sommelier al frente de Vico. Esto que puede parecer una ocurrencia momentánea, sin dudas llegó para quedarse, según Fernando Procupez, propietario de Vico Wine Bar. Que además cuenta con aval legal, ya que la resolución 4/2018 del I.N.V (Instituto Nacional de Vitivinicultura) de octubre de 2018 establece que se autoriza a expender y fraccionar bajo una atmosfera inerte; igual a las que utilizan los dispensers italianos WineEmotion; inyectando gas nitrógeno, vino en recipientes no mayores a 50 litros. Quizás, el antecedente más cercano sea la venta de vino tirado en diferentes bares, primero mendocinos y después en distintas ciudades del país. Una modalidad que fue impulsada en su momento por el propio presidente del I.N.V. Carlos Tizzio, quién luego de hacer varias pruebas pudo determinar que era una manera innovadora y segura para promover más la venta de vinos, incluso permitiendo a la gente ir con sus propios recipientes para rellenar con vino. Obviamente no se trata de un invento, porque ya en el siglo pasado se recargaban las damajuanas de 5 y 10 litros que se consumían en los hogares argentinos. La gran aceptación de esta nueva modalidad nació en Lujan de Cuyo (Mendoza), donde algunas sucursales de Go Bar comercializan hace varios meses vinos tirados de la marca Pala Corazón, elaborados por uno de los jóvenes enólogos más importantes de la nueva generación; Lucas Niven. Está claro que cuando todo esto pase, Vico Wine Bar va a recuperar el merecido protagonismo ya que fue el primero en ostentar más de 100 picos con vinos de alta gama para degustar por copa, como si cada uno saliera de una botella recién descorchada, gracias a que los dispensers WineEmotion poseen la última tecnología, y se pueden ver en los mejores wine bars del mundo. Así, los amantes del vino podrán volver a disfrutar y conocer más a partir de la degustación de vinos por copa, ya que cada dispenser ofrece tres medidas. Está claro que comercializar el vino con esta nueva dinámica de delivery en frasquitos no es un objetivo sino una alternativa que nació para palear la situación durante la pandemia, y así seguir contribuyendo para comunicar cientos de etiquetas de vino, de distintos productores y regiones de la Argentina. Sin embargo, seguramente quedará instalada para aquellos que quieran experimentar maridajes diversos sin moverse de sus casas.