Este informe fue compilado por la Master of Wine Madeleine Stenwreth para Bemberg Family Estate, a partir de la invalorable información aportada por los equipos de Viticultura y Enología del Grupo Peñaflor en Argentina:  Daniel Pi, Marcelo Belmonte, Alejandro Pepa Francisco Tellechea.

La cosecha 2021 ha resultado excelente en la mayoría de las regiones vitivinícolas de la Argentina, especialmente en el espectro de los vinos premium y alta gama. Puede caracterizarse la temporada como fresca, con vinos expresivos de gran fineza y potencia. Se trata de una cosecha que produjo uvas más alineadas que nunca con el giro actual hacia las cualidades de frescura, elegancia y aromaticidad, pero con niveles de alcohol en general más bajos, lo cual es esperable en nuestros terrenos montañosos de gran altitud. Los rendimientos se ubicaron por debajo del promedio debido a una nevada primaveral temprana que afectó a la mayoría de las variedades blancas de brotación temprana. Las regiones al norte de Mendoza se vieron menos afectadas por las lluvias de principio de febrero previas a la cosecha.

MENDOZA

Temporada de crecimiento hasta la cosecha

La abundancia de nevadas en la cordillera de los Andes durante el invierno aseguró una buena provisión de agua, lo cual significó un gran alivio luego de una temporada 2020 muy seca y de bajo rendimiento. Una helada temprana bastante severa a mediados de octubre dio como resultado otra cosecha de rendimiento menor al promedio, especialmente para las variedades de brotación temprana como Sauvignon Blanc y Chardonnay. Los viñedos de menor rendimiento del este de la provincia se vieron afectados también por la helada, lo cual redujo el rendimiento en todas las variedades.

La primavera, más cálida de lo habitual, dio lugar a un desarrollo saludable de los brotes. Le siguió una etapa de crecimiento fresca que favoreció un muy balanceado desarrollo de canopia. La prolongación de las temperaturas frescas y de las condiciones de cielo nublado hacia el verano y el otoño implicó una reducción de la exposición solar y la radiación y, por consiguiente, un menor nivel de fotosíntesis en las vides. En este escenario, fue necesario mantener una maduración equilibrada por medio de raleos de frutos, lo que llevó a un mayor aumento aún en la calidad y concentración de las bayas y la obtención de rendimientos por debajo del promedio.  Las cifras confirman que la acumulación de calor durante la temporada de crecimiento, medida en grados día de crecimiento (GDD), fue un 14 % menor que en 2020 y 6 % menor que el promedio histórico.

En Mendoza, y especialmente en el este provincial, donde los suelos gozan de menor drenaje en comparación con las zonas de mayor altitud del sudoeste, cerca de la cordillera, las condiciones de cielo nublado con algunos días lluviosos prevalentes cada semana entre febrero y marzo aumentaron el riesgo de peronóspora. Los equipos de viticultura se vieron urgidos a reajustar los esquemas de riego de asistencia al viñedo para enfocarse, en cambio, en la maduración de las bayas antes de seguir impulsando un mayor desarrollo vegetativo, que llevaría a que el aumento en el nivel de humedad por las lluvias aisladas afectara las canopias.

Sin duda, las lluvias obligaron a los equipos de viticultura a redoblar sus esfuerzos en las últimas etapas de la maduración y establecer las fechas definitivas de cosecha de acuerdo con el estado sanitario de los racimos en vez de atenerse exclusivamente a la madurez fisiológica. Se llevó a cabo una meticulosa selección de frutos para descartar toda incidencia de botritis. Este procedimiento es crucial en las variedades de racimo compacto más sensibles, tales como Sauvignon Blanc, Chardonnay, Pinot Noir y Syrah. Las lluvias de febrero y marzo prolongaron las etapas finales de la maduración, pero lograron los deseados efectos de acumulación de compuestos aromáticos y polimerización de los taninos sin pérdida de acidez, en conjunción con una menor tasa de acumulación de azúcares y el consiguiente mantenimiento de los niveles potenciales de alcohol por debajo del promedio.

Aunque parezca un cliché, puede decirse que este año ha sido único, en el sentido de que nos ha ofrecido una larga cosecha que permitió recoger cada variedad en el momento de su óptima madurez. La naturaleza pareció haber programado cuidadosamente un momento oportuno para cada viñedo. Por lo tanto, no fue necesario cosechar frutos ni sobremaduros ni todavía inmaduros, como otros años en que se dio la cruel realidad de que todo madura al mismo tiempo y la ventana de madurez óptima de algunos viñedos se convierte en una prioridad marginal.

CALIDAD Y ESTILO ENOLÓGICOS

En pocas palabras, queda claro, incluso en esta etapa inicial de transformación del fruto en vino, que la calidad en la alta gama es excepcional. Para ubicar la calidad engeneral en contexto, esta se relaciona en gran medida con el lugar en el que se puede desarrollar una viticultura de calidad que permita contrarrestar los efectos de las lluvias y garantizar la sanidad de la fruta que se cosechará. Las regiones de mayor altitud siguen impresionando, y mucho más en años potencialmente difíciles como el presente, ya que se benefician de los suelos andinos descompuestos y de buen drenaje.

Los viñedos de menor altura ubicados en otras zonas habrán sufrido más durante las frecuentes precipitaciones registradas hacia el fin de la temporada de crecimiento, dado su clima más cálido, atribuible a la menor altitud y distancia de los Andes, lo cual llevó a maduraciones más tempranas coincidentes con las lluvias. A estas características se sumaron las de los suelos, generalmente de mayor capacidad de retención hídrica a medida que se alejan de la cordillera, que dificultaron el combate contra la incidencia de botritis.

Si bien la cosecha se adelantó 15 días con respecto a años anteriores, la temporada más fresca dio lugar a una muy buena madurez con menores niveles de azúcares y, por lo tanto, menores niveles potenciales de alcohol, que apenas alcanzaron los 14 grados. A la vez, se mantuvieron niveles equilibrados de acidez, una tendencia positiva común a todas las regiones. Las regiones más frescas, tales como los valles de Uco y Pedernal, sí mostraron una tendencia hacia mayores niveles de ácido málico y menor acidez tartárica que en un año normal.

El año pasado, 2020, las bayas se cosecharon también antes de lo normal, pero esto tuvo que ver con las condiciones cálidas y secas que aceleraron la acumulación de azúcares durante las etapas finales de la maduración. Si se registró algún estrés, se debió a los niveles de radiación solar y temperaturas más altas.

CHARDONNAY

Vemos elegancia, frescura y sobriedad entre los blancos, entre los que se destacan como ejemplos descollantes los Chardonnays, que fueron cosechados tempranamente antes del inicio de las lluvias. La temporada más fresca contribuyó además una destacada aromaticidad que se conjuga con un elegante equilibrio entre acidez y alcohol. La helada primaveral dio lugar a rendimientos bajos.

TINTOS

La variedad Pinot Noir, por ser temprana, exige dedicada atención al detalle. El arduo trabajo en el viñedo en pos de la sanidad y pureza de los racimos y la cuidadosa selección en bodega han dado como fruto vinos de una bella transparencia.  

Fue posible cosechar las variedades más tardías, tales como Malbec y Cabernet Sauvignon, en un estado de perfecta madurez y libres de problemas relacionados con la calidad, dada la temprana llegada de las lluvias en coincidencia con el envero (el momento en que el cambio de color de las bayas marca el paso de la etapa de crecimiento a la de maduración). Así, las precipitaciones no interfirieron en las críticas etapas finales de maduración, cuando la sensibilidad de las bayas ya blandas y la mayor compactación de los racimos representan un mayor riesgo para la calidad.  

Los tintos ofrecen buen color y estructura tánica, si bien dentro de estilos menos densamente concentrados, y expresan más fineza que potencia. Los taninos se perciben más suaves este año que en la añada 2020, de mayor astringencia. Se trata de una cosecha que produjo uvas más alineadas que nunca con el giro actual hacia las cualidades de frescura, elegancia y aromaticidad, pero con niveles de alcohol en general más bajos, lo cual es esperable en nuestros terrenos montañosos de gran altitud.

RENDIMIENTOS Y POSIBILIDAD DE ESCASEZ

En general, se trata de una añada con rendimientos por debajo del promedio. En comparación con el 2020, el Malbec rindió algo más este año, ya que la naturaleza ofreció mejores condiciones durante a floración y así se obtuvieron racimos de mayor peso. Los rendimientos de Cabernet Sauvignon cayeron este año, y así la variedad se ubicó en el mismo nivel de precios que Malbec.

Este año escasearán los blancos, especialmente los de variedades de brotación temprana, como Sauvignon Blanc y Chardonnay, diezmados por las fuertes heladas.

San Juan

Se cosechó excelente fruta en todos los niveles de calidad, desde los vinos de rápido consumo hasta aquellos destinados a las líneas de alta gama. Los viñedos de mayor altitud y clima más fresco produjeron expresivos Chardonnays, Sauvignon Blancs y Viogniers, mientras que, entre los tintos, Malbec y Syrah ofrecen calidad frutal con menores niveles de alcohol de modo uniforme en todos los valles.

Valle de Pedernal, San Juan

Este singular valle de altura, escondido en un rincón del sudoeste sanjuanino, ha transitado en los dos últimos años una relación climática inversa en relación con Mendoza, que se encuentra más al sur. El Valle de Pedernal tuvo un año seco, mientras Mendoza recibía fuertes precipitaciones en el transcurso de la cosecha. Para el Valle de Pedernal, en cambio, 2021 fue un año fantástico, sin heladas ni granizo. Las temperaturas en general menos intensas, hasta un 15 % más bajas, contribuyeron a conservar la acidez y destacar los aromas, a la vez que la sequedad de la temporada limitó los potenciales rendimientos y así la fruta alcanzó mayor calidad y concentración. Los niveles de alcohol se presentan más equilibrados este año debido a las temperaturas en general más bajas, a pesar de que la cosecha se extendió hasta fines de abril. Pedernal experimentó la cosecha más fría de todos los valles andinos y registró 1400 grados día frente a los 1700 del Valle de Uco, en Mendoza.

BEMBERG FAMILY ESTATE VIÑEDOS ÚNICOS

Finca El Tomillo, Gualtallary, Valle de Uco, Mendoza

Finca El Tomillo sufrió una helada temprana a principios de octubre, pero esta se dio tan temprano en la temporada que no causó mayores daños.

Más adelante en la primavera, una tormenta de granizo llevó a una caída en el rendimiento, dado que casi ningún viñedo de la finca contaba con la protección de las mallas antigranizo. Esta tormenta solo afectó el sector sudeste, donde se encuentran los viñedos de alta densidad de Malbec y Cabernet Sauvignon. Fue por fortuna que este desastre natural no ocasionara otros daños, dado que ocurrió al inicio de la temporada. Al reducirse la relación entre área foliar y fruta debido al granizo, fue necesario llevar a cabo un drástico raleo de racimos a fin de lograr una maduración equilibrada. Esto a su vez aumentó la calidad y concentración.

Afortunadamente, el Chardonnay implantado en el extremo noroeste de la finca no sufrió daños. Esta situación muestra el increíble grado de localización y selectividad que pueden tener las tormentas de granizo. Anticipando la etapa de maduración 2022, entonces, es que se están distribuyendo mallas antigranizo en todos los viñedos.

Las temperaturas más frescas dieron origen a Chardonnays muy elegantes, fragantes y frescos, y Malbecs de vivos aromas y mayor fineza que potencia, ambos de excelente textura.

Finca Las Piedras, Tunuyán, Valle de Uco, Mendoza

El Pinot Noir de esta añada requirió un manejo de viñedo con más atención al detalle que nunca, porque la fase de crecimiento más fresca en este enclave naturalmente fresco dio lugar a una maduración muy lenta. Resultó necesario implementar un fuerte raleo de racimos hasta conservar solo uno por pámpano para facilitar la maduración, medida crucial en vista de la llegada de precipitaciones en febrero que amenazarían el estado sanitario de esta sensible variedad. La cosecha se realizó temprano y la fruta obtenida gozó de excelente calidad. Los vinos expresarán una bella transparencia, reflejo del lugar en esta temporada singularmente fresca. Se observa una intensidad de color levemente menor que en años anteriores como resultado de la mayor cubierta nubosa y por lo tanto menor exposición solar en este Pinot Noir más delicado y fragante y de estilo más mineral, fresco y elegante.

En relación con la de la añada 2020, la cosecha fue más temprana, pero luego, a consecuencia de las temperaturas más altas, se alcanzó la madurez de los azúcares más rápida y fácilmente.

Finca La Yesca Malbec, Valle de Pedernal, San Juan

Este singular valle de altura, escondido en un rincón del sudoeste sanjuanino, ha transitado en los dos últimos años una relación climática inversa en relación con Mendoza, que se encuentra más al sur. El Valle de Pedernal tuvo un año seco, mientras Mendoza recibía fuertes precipitaciones en el transcurso de la cosecha.

Para Finca La Yesca, el 2021 fue un año fantástico, sin heladas ni granizo. Las temperaturas en general menos intensas, hasta un 15 % más bajas, contribuyeron a conservar la acidez e intensificar los aromas, a la vez que la sequedad de la temporada limitó los potenciales rendimientos y así la fruta alcanzó mayor calidad y concentración. Los niveles de alcohol se presentan más equilibrados este año y alcanzan un máximo de 13,5–14 % debido a las temperaturas en general más bajas, a pesar de que la cosecha se extendió hasta fines de abril.

Pedernal experimentó la cosecha más fría de todos los valles andinos y registró 1400 grados día frente a los 1700 del Valle de Uco, en Mendoza.