Me gusta mUCO Fabricio Portelli 06/05/2015 Gastronomía, Notas, Restós 1933 En los últimos años, y como suele suceder en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con los negocios exitosos, los hoteles boutique se multiplicaron; sobre todo en la zona palermitana. Pero no todos han logrado trascender más allá como lo hizo Fierro. Claro que para ello fue necesario, además de la propuesta hotelera y la buena ubicación, darle vida propia, adaptada al espacio. Allí, los hermanos Rosberg no dudaron desde el comienzo darle protagonismo al vino, y con él, a la gastronomía. La primer experiencia sirvió para eso, ganar experiencia. Hoy, el restaurante del hotel más frecuentado por los ingleses, se llama UCO, como el valle vitivinícola con mayor potencial del país. Y el protagonista de UCO no es una persona, sino un equipo comandado por Ed Holloway. Un divertido chef irlandés que hace rato viene cocinando en nuestro país, más precisamente en el Butterfly de Bariloche. El equipo de Ed está formado por profesionales de la cocina y del vino, pero principalmente por productos. Una propuesta totalmente renovada y pensada para disfrutar mucho de la mesa. Porque la idea del chef es servir platos para compartir. Y así como se comparten sus buenos platos, compartir los vinos y los momentos. El ambiente ha ganado en calidez, con la madera natural como protagonista y pequeñas ventanas (fotos enmarcadas) a ese paraíso vitivinícola que le da nombre al lugar. La cocina ya no está a la vista, y las tablas colgadas de la pared indican que allí detrás hay gente cocinando como en casa. Sin dudas el vino es uno de los grandes protagonistas en UCO. No sólo por la climatizadora que recibe a los comensales, tampoco por la brigada de sommeliers, sino también por la carta. Allí, el Presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers, ha logrado un propuesta de vinos muy original, con etiquetas poco vistas y una oferta de vinos por copas muy bien nutrida, que pueden pedirse individualmente o bien disfrutarlos acompañado los menús degustación del día y de la noche. La tabla de Fiambres de UCO es un buen comienzo; y es para destacar que todos los ahumados son hechos en casa. Delicada en sabores y texturas, para nada pesados. El paté de conejo con panes caseros, acompañado del Rosell Boher Brut, es un comienzo a la altura de la propuesta. Hay un toque bastante latam en algunas entradas, presentadas muy cancheras e ideales para compartir. Como los patacones o el tiradito de salmón blanco con justo picante. Ambos mardian muy bien con el Mariflor Sauvignon Blanc 2013. Se nota que Ed Holloway hace gala de los productos, seleccionando lo mejor que tiene a mano y cediéndole el protagonismo, demostrando que hace una cocina sin ego. Otra de sus creaciones para servir al medio y compartir en el comienzo entre cuatro es el Arroz Negro de Mar. Un plato que pide un blanco más untuoso como pude ser el Encuentro Chardonnay 2013 de Rutini. Para el joven y dinámico chef irlandés, compartir es una palabra clave en su cocina, y asegura que “sharing is caring” (compartir es cuidarse y un acto de humanidad). Por eso cree tanto en el tapeo. Hay una entrada que se luce por sí sola. La acelga rellena con hongos portobello y mollejas crocantes. Pero sin dudas las estrella de la carta es la Paleta de Cordero; también ideal para compartir. Luego de una cocción de 18hs, llega a la mesa con una presentación sumamente atractiva, acompañada de puré de garbanzos y hierbas con jugo de morrones asados. Cualquier Malbec de la carta le va bien, como también confiar en los vinos por copa tintos del momento. Incluso va bien con un Cabernet Sauvignon joven y tenso como el Imperfecto 2011 de Daniel Pi, que maridó perfecto. Para los amantes del dulce, los postres no se quedan atrás, aunque seguro que estos no van a querer compartirlos. Hay para todos los gustos y todo caserito, como los helados y la tarta de manzana. Y para combinarlos también se ha pensado en vinos de cosecha tardía o fortificados como el efectivo Fond de Cave Encabezado de Malbec 2011. UCO le da vida al Fierro Hotel, y por eso se llena de residentes y turistas, más allá de los huéspedes. Su propuesta innovadora y distinta, en ese marco cálido, moderno y descontracturado; además de sus precios razonables, invita a querer ir seguido. Algo que no es tan común en la gastronomía porteña actual. Para reservas o información, visitar: http://www.fierrohotel.com/restaurant