El 2022 para la Bodega Alpamanta será inolvidable. Porque con la incorporación de un edificio propio, el proyecto pionero en filosofía orgánica y biodinámica en Mendoza, ya elabora sus vinos en casa propia. Así, Victoria Brond, la hacedora de todos los vinos puede seguir brindando ese “amor por la tierra” que la caracteriza, además de ser el significado del nombre de la bodega en el idioma nativo local. Alpamanta es uno de los pocos proyectos certificados orgánico y biodinámico en Argentina, preservando el equilibrio natural del ecosistema en el viñedo, es una bodega boutique que implementa prácticas biodinámicas las cuales permiten obtener plantas saludables, buenos rendimientos y complejidad aromática sin contaminar los suelos.

La bodega cierra el año con un alto puntaje para su nuevo vino ícono que aún no sale a la luz, un Malbec 2021 al que la Guía Descorchados le otrogó 96 puntos, destacándolo como el mejor de su zona; Ugarteche. NO solo es un reconocimiento muy importante para un vino bio sino también para Victoria, que con esfuero y dedicación promueve la biodinamia.

“Es un vino elaborado con uva de primer racimo que refleja la identidad de Alpamanta y el resultado de años de entendimiento y observación de los equilibrios naturales”, asegura la enóloga.

Sus propietarios son tres amigos europeos de familias tradicionales vitivinícolas que unieron legado y pasión para dar vida a este proyecto: Andrej Razumovsky de Austria y su primo André Hoffman de Suiza (ambos descendientes de la noble familia vitivinícola Sayn Wittgenstein) y Jérémie Delecourt, francés (cuya familia es propietaria de Chateaux de la Crois Bontar, productor de rosados en la región de Cotes de Provence).

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