Luján de Cuyo es reconocida como la cuna del Malbec argentino, porque más allá de tener su origen en Francia, luego de más de un siglo y medio de adaptación, esta uva ha demostrado tener un carácter totalmente diferente, con diversas caras gracias a la gran cantidad de terruños nacionales donde está plantada, que revelan un gran presente y un mejor futuro

El gran desafío de las bodegas centenarias es mantenerse al día en término de modas y estilos, respetando sus tradiciones. Algo mucho más complicado que haber comenzado a hacer vinos en el siglo XXI con el Malbec ya posicionado. Y si bien nada es fácil en este país, la vitivinicultura se las arregla bien para seguir avanzando y estar a la altura de los grandes países productores. Logrando no solo los mejores vinos de su historia sino también ostentando algunas de las mejores bodegas del mundo para visitar.

Fue durante esta reciente evolución que emergió el Valle de Uco, con toda la imponencia de Los Andes de fondo y el empuje de cientos de inversiones extranjeras, mientras a otras regiones se les complicó un poco más sobresalir. Como fue el caso de Luján de Cuyo que supo ser “la niña bonita” de la primera zona mendocina y, por ende, la región vitivinícola más atractiva e importante del país, protagonista del gran cambio del vino argentino cuando pasó de ser concebido más desde lo cualitativo que desde lo cuantitativo. Es que el impacto no solo fue de nombres nuevos sino también de estilos nuevos, de vinos más concentrados y con más crianza en madera, algo que en la primera zona no abundaba. Y si bien surgieron también desde esa zona algunos grandes “Malbec a la moda”, lo cierto es que no reflejaban el lugar; como tampoco muchos de los otros vinos. Los años fueron pasando y las evoluciones transformándose en revoluciones, todo en pocos años y esparciéndose a las demás zonas, aunque con cierto delay. Hasta que los hacedores entendieron que había que poner el foco en el lugar. Pero no en la zona, sino en los suelos, ya que descubrieron que sus composiciones influyen de manera directa en el carácter de los vinos, dándole a los grandes exponentes una personalidad propia. Y de pronto, cuando el origen; cada vez más preciso; empezó a ser el gran protagonista del vino incluso por sobre la variedad, resurgieron algunos viejos conocidos que, apoyándose en el conocimiento, la experiencia y las viñas viejas, apostaron fuerte a mostrar el lugar. Así, lo que era la zona más tradicional y cuna del Malbec; la cepa más importante en el país; se convirtió en una zona emergente, con “nuevos viejos” vinos. Algunos con nombres reconocidos y mucha historia detrás de etiquetas modernas y renovadas para estar a la altura de las circunstancias. Porque si el lugar es lo más importante en un vino, y el tiempo supone una gran ventaja, era el momento de volver a poner en valor a la primera zona y justificar su histórico prestigio.

Una gran historia que no se detiene

Nieto Senetiner es una de las pocas bodegas quecuenta los primeros pasos de la historia del Malbec argentino, revalorizando la región de Luján de Cuyo, cuna de algunos de los mejores Malbec del mundo. En el año 1900 la bodega decide plantar en Vistalba, Luján de Cuyo, uno de los primeros viñedos de Malbec de la región. Se convirtió así en uno de los protagonistas, no sólo de la fundación de la vitivinicultura argentina sino también de la historia del Malbec. Hoy, esos viñedos siguen brindando una uva excepcional que permite elaborar algunos de los mejores vinos Malbec del mundo. Para atravesar la historia hay que vivirla, y si eso se hace bien, se trasciende en el tiempo. Ese es el espíritu de Nieto Senetiner, protagonista de una historia en movimiento en torno al vino. “Luján de Cuyo fue siempre la primera zona vitivinícola de Mendoza. De hecho, de Luján de Cuyo surge la DOC (Denominación de Origen Controlada) de la cual muchos de nuestros viñedos forman parte. Estos viñedos deben cumplir con ciertas características de antigüedad, tipo de poda, cantidad de plantas/ha y producción. Son viñedos muy antiguos y uno de los objetivos de la DOC es cuidar este patrimonio genético que dan vinos excelentes y nos representan en el mundo entero”, explica Jimena Castañeda, ingeniera agrónoma de la casa. Por su parte, para Santiago Mayorga (enólogo principal de Nieto Senetiner) es una zona de ciclo más largo, ya que desde el envero hasta la cosecha pasan más días que en otros lugares. Además, allí siempre se elaboraron vinos Malbec de alta gama. “Por eso tiene características especiales que ayudan a la producción de uvas Malbec de calidad. Es una zona fresca a fría, tiene variabilidad de suelos. Hay gran proporción de viñedos viejos que aportan uvas de materiales genéticos antiguos, con producciones muy reguladas, racimos y granos chicos con alta relación hollejo/pulpa, lo que genera mayor concentración de color, más cantidad de compuestos de taninos y polifenoles que hacen que estas uvas Malbec den vinos complejos, de muchas capas de aromas y sabores, con una gran capacidad de guarda. Los vinos que se logran en cada distrito pueden variar según vengan de Agrelo, Perdriel o Vistalba, pero si necesitamos definir un denominador común, son uvas que dan vinos concentrados, pero al mismo tiempo con mucha fruta, frescura por la acidez de la uva, con aromas y sabores asociados a las flores como la violeta, frutas rojas como la ciruela y a veces también aromas a frutos negros”, asegura el experto.

Y si bien hay diferentes distritos que se destacan dentro de Luján de Cuyo (Agrelo, Las Compuertas, Mayor Drummond y Perdriel, entre otros), Vistalba siempre sobresale, no solo por sus viñedos viejos sino por su carácter. Allí, la bodega posee una finca icónica, Finca Villa Blanca, a una altitud de 950 m.s.n.m. Se trata de un viñedo de más de 100 años de antigüedad, plantado en 1900 en espaldero bajo, con un muy buen equilibrio natural. Clima semidesértico. En ese lugar, los hacedores encontraron algo muy especial. “El viñedo del cuartel 7, en nuestra finca Villa Blanca (Vistalba), se plantó en 1.900. Este viñedo es una mezcla de materiales genéticos, selecciones masales de varios Malbec de Luján de Cuyo. Antes se hacían así las selecciones de los materiales de las plantas por aspecto visual, analizando que no tuvieran ninguna enfermedad, virus o plaga y se multiplicaban por estaca. También se seleccionaba según sus resultados en los vinos finales. Las selecciones masales traen aparejado una ventaja que es que son más resistentes a plagas y enfermedades que aquellas plantas provenientes de clones”, explica Jimena Castañeday agrega, “este viñedo que está por cumplir 123 años, tiene una baja producción entre 4.000 a 5.000 kg/ha dependiendo el año. Son plantas conducidas en espaldero bajo, regadas ahora por riego por goteo para ahorrar agua), se podan siempre a cargador en el invierno y la producción de cada planta se auto-regula con su vigor en cada primavera dependiendo la brotación de sus yemas”.

Sin dudas, para Santiago Mayorga es un lujo poder elaborar un vino de un viñedo con tales características y tanta antigüedad, implica un gran desafío respetar las características del lugar en cada cosecha. Para el joven y experimentado hacedor, “el Malbec es muy versátil y se diferencia de acuerdo a varios aspectos que se relacionan con el “efecto terroir”. Por un lado, el material genético, hablamos de selecciones masales o de clones. Por otro lado, el efecto del hombre, ¿cuándo cosechamos? ¿Cómo se maneja al viñedo? Y el trabajo en campo que se hace: manejo de la canopia, desbrote, deshoje, rendimiento por hectárea, la cantidad de agua que se aplica. Y luego la mano del hombre en la bodega: cómo lo elaboramos, el tiempo de maceración, la maderización. Por último, el efecto clima que hace que esa uva sea especial: la altura, la pendiente, el suelo, la región particular, las horas de luz, la amplitud térmica, con lo cual independientemente que un mismo enólogo haga un Malbec de distintas regiones siempre va a tener alguna particularidad que lo diferencie”

El punto de partida que impulsa a la Bodega Nieto Senetiner es la pasión por la excelencia por crear vinos que representen su origen y el movimiento de su historia, y eso hoy está en muy buenas manos con Santiago, Jimena, Roberto González y un gran equipo. Entre todos, siguen escribiendo esta historia manteniendo una notable consistencia más allá de los ajustes de estilo a la época.

El gran aporte de la D.O.C.

Mientras en el Valle de Uco proliferan las IG, en la primera zona la denominación más antigua de Sudamérica renace. Una Denominación de Origen Controlada (D.O.C.) es el nombre que identifica a los productos originarios de una región, cuyas cualidades particulares se deben al medio geográfico, que abarca tanto a los factores naturales como a los humanos que generan su producción. Los vinos de Luján de Cuyo que tienen derecho a llevar la anhelada sigla D.O.C. en su etiqueta deben cumplir con estrictos requisitos vinculados a tres ejes: viñedo; elaboración y calidad. La certificación de calidad es avalada por la oblea que emite el consejo y que portan los vinos aprobados, con el contralor del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). El objetivo es proteger un perfil de Malbec para darlo a conocer al mundo. Ese perfil fue, de hecho, el que le dio fama: tintos de fruta madura, con ciruela y violeta además de un toque especiado, cuyo buen cuerpo y taninos dulces lo hacían amable a cualquier paladar. El Consejo Denominación de Origen Luján de Cuyo nació de la mano de viticultores y vinicultores de la región con el fin de proteger, promover y difundir el encepado tinto característico constituido mayoritariamente por la variedad Malbec. Todo comenzó con los primeros análisis de suelo y programas del INTA, que estudiaron la identificación ampelográfica y la aptitud vitícola y enológica de los cepajes. Se trató de un trabajo conjunto entre entidades públicas y privadas que tomaron a varias D.O.C. europeas como modelo. Y en 1988 se establecieron las bases y pautas entre las principales empresas de Luján de Cuyo que efectuaban su actividad económica en el sector de producción, elaboración, crianza, comercialización y exportación de vinos, y un año después se creó oficialmente el consejo. En 1990, se obtiene por decreto de ley superior del Gobierno de la provincia de Mendoza su reconocimiento oficial (Ley 3086) y en 1999 se sancionó la Ley Nacional 25.163, con el objeto de establecer un sistema para el reconocimiento, protección y registro de los nombres geográficos argentinos. A partir de ese momento, se establecieron las siguientes categorías de designación: Indicación de Procedencia (I.P.), Indicación Geográfica (I.G.) y Denominación de Origen Controlada (D.O.C.).

Actualmente, el renombre de los vinos que forman parte de esta denominación se debe no solo al probado estándar de calidad de los vinos que nacen del terruño de Luján de Cuyo sino también a las características sobresalientes que poseen, como elegancia, suavidad, redondez y fruta. Y sin dudas, el Malbec D.O.C. de Nieto Senetiner fue uno de los principales protagonistas, hoy en el mercado como Nieto Senetiner Patrimonial Malbec D.O.C.

Los vinos de la denominación tienen una presencia importante en los mercados internacionales (más de 40 países), siendo Brasil y Estados Unidos los principales destinos de las exportaciones D.O.C. Desde 2020, el Consejo de la D.O.C. Luján de Cuyo trabaja de forma activa en preservar, promover y difundir alrededor del mundo las características de este terroir, principalmente a través de la cepa emblemática argentina, el Malbec. Hoy ya son nueve las bodegas miembros quienes, en un trabajo conjunto, aportan proactivamente a la misión de la D.O.C.  De esta manera, las bodegas que ahora la integran son Bressia, Chandon, Lagarde, Luigi Bosca, Mendel, Nieto Senetiner, Norton, Trivento y Vistalba.

Vinos que hablan de Luján de Cuyo

Nieto Senetiner Patrimonial Malbec D.O.C. 2021

Nieto Senetiner, Luján de Cuyo $4666

En honor al Malbec, esta etiqueta distinguida por la Denominación de Origen Controlada de Luján de Cuyo es la expresión varietal más pura de la Primera Zona vitivinícola de Mendoza y mantiene viva la tradición. Aromas bien de Malbec de la región, generoso y fresco, con buena concentración. Paladar amplio y consistente, con un final equilibrado. Franco es la palabra que mejor lo define a este Malbec. Beber entre 2023 y 2025.

Puntos: 90,5

Nieto Senetiner Patrimonial Bonarda 2022

Bodega Nieto Senetiner, Agrelo, Luján de Cuyo $4666

Un 100% Bonarda con un rendimiento de 11.000 kg/ha y una crianza en madera por ocho meses, elaborado por enólogo Roberto González, uno de los grandes expertos en el cepaje. De aromas intensos y buen cuerpo, carnoso y moderno. Paladar franco con notas de roble algo ahumadas que surgen sobre el final de boca. Para el hacedor, la clave de su evolución está en el nervio ácido. Beber entre 2023 y 2026.

Puntos: 90

Nieto Senetiner Las Tortugas Estate Bonarda 2020

Bodega Nieto Senetiner, Agrelo, Luján de Cuyo $15.750

SI biensus aromas son más vegetales, la fruta roja apenas madura está muy presente. De entrada fluida, con taninos incipientes que ganan vivacidad por la buena acidez del vino. Se perciben frutas rojas especias y buena madurez, en su paladar franco y vivaz, pero también classy, con una crianza en roble francés durante 12 meses y un añejamiento en botella durante 6 meses. Sorprende lo familiares que son el Malbec y el Bonarda de la línea, van por el mismo carril, pero a destinos diferentes. Beber entre 2023 y 2030.

Puntos: 91,5

Nieto Senetiner Villa Blanca Estate Malbec 2020

Bodega Nieto Senetiner, Vistalba, Luján de Cuyo $15.750

De un viñedo plantado en 1900 y con muy bajos rendimientos, Santiago Mayorga elabora este Malbec que tiene mucho de tradicional, pero con una fuerza actual De aromas intensos a frutas rojas y agradable crianza, paladar fresco, con leves dejos florales. Concentrado y equilibrado más allá de sus taninos firmes, es potente y carnoso fiel al lugar y a la cosecha, y unos años más en estiba le van a venir muy bien para alcanzar una mayor armonía en sus expresiones y texturas. Beber entre 2023 y 2030.

Puntos: 92,5

Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.