Las nuevas fiestas del vino argentino Fabricio Portelli 15/03/2025 Incio, Notas, Vinos Notas 14 Creo que es más efectivo y consistente, que la industria se sume a esta nueva movida de los jóvenes, que buscan pasarla bien al ritmo de la música electrónica. Por Fabricio Portelli para The Wine Time Las nuevas fiestas del vino argentino Todo buen consumidor de vino sabe que el vino es celebración, es compartir, es disfrutar, y muchas cosas más. Y claro, si los hacedores “embotellan placer”, ¿cómo no vamos a sentir placer todos al descorchar? El vino no es mágico, pero tiene el poder de convertir una comida familiar cotidiana en una comida inolvidable. Además, siempre está presente en los momentos importantes de la vida, esos que se celebran alrededor de la mesa, ya sea en familia o con amigos, o con muchos invitados. Brindar es eso, y generalmente se brinda con vino. Por eso el vino es festivo y se asocia a la fiesta. Por eso, se acaba de celebrar una vez más, la fiesta popular más importante que tiene la Argentina; Fiesta Nacional de la Vendimia. Que en este 2025 tuvo como lema, “guardiana del vino eterno”. Esta fiesta es la culminación y la prueba viviente que el vino y la fiesta son sinónimos. El tema es que, al parecer, las “fiestas vínicas” han evolucionado, se han modernizado. Y hoy, convocan más los “after o sunsets” que las peñas o las ferias de vino. Quizás porque las nuevas generaciones ven en el vino cierto atractivo, pero rechazan lo tradicional de su legado, buscando así nuevas formas de relacionarse con nuestra bebida nacional. Es mucho más loable esto, que intentar convencer a los jóvenes que se acerquen el vino con productos alternativos o innovadores, que desdibujan su esencia, como por ejemplo los vinos desalcoholizados. Pero esa discusión la dejaremos para más adelante. Creo que es más efectivo y consistente, que la industria se sume a esta nueva movida de los jóvenes, que buscan pasarla bien al ritmo de la música electrónica. Claro que las nuevas generaciones están más volcadas que las viejas generaciones, al cuidado de la salud, siguiendo hábitos de alimentación más saludables, a la vez que privilegian más el fitness. Sin embargo, a la hora de divertirse, las bebidas alcohólicas siempre están. Y, entre ellas, el vino es la más noble, natural y diversa de todas. Lo único que debe hacer (el vino) es adaptarse al momento y al público. Sin que ello implique un vino diferente. Por el contrario, los jóvenes pueden apreciar igual o mejor un buen vino, que cualquier consumidor entrenado. No hace falta que sean livianos, ni refrescantes, ni dulces. Con ser buenos, alcanza y sobra. Claro que las etiquetas / marcas, ayudan a atraerlos. Aunque ello no implique que los vinos clásicos y consagrados deban “vestirse” de nuevo para llamar su atención. En todo caso, los jóvenes van a tener que dejar sus prejuicios de lado. Pero es cierto que una buena estrategia de marketing es desarrollar líneas para gente joven, con etiquetas y marcas más atrevidas, y precios atractivos. Pero esa tampoco es el foco de discusión de la nota, sino la fiesta. ¿Se puede en una fiesta electrónica disfrutar vinos? La respuesta es que si, tal como quedó demostrado el pasado sábado 1ro de marzo, cuando en Lomas del Malbec (Agrelo), tocaron Michael Bibi, Bedouin, Nim, Baez & Saint, entre otros, en el marco del Arcana Festival. Es cierto que dicho festival de música electrónica estaba auspiciado por una marca de cervezas muy conocida, y que la bebida más demandada esa noche fue el agua. Pero el vino también estuvo presente, y gran parte de las 12.000 personas pudieron disfrutarlo. Ya sea por copa en el campo, bailando, como en las mesas de los vips o en los descansos. Los vinos (espumosos, blanco, rosado y tintos) que ahí mismo se producen, también fueron protagonistas de esa fiesta electrónica, que se llevó a cabo en un predio rodeado de viñedos orgánicos, y en plena cosecha. El evento arrancó temprano, es por ello que, la gran mayoría de los asistentes pudo apreciar el imponente paisaje de Los Cerrillos, y la puesta del sol detrás de la Cordillera de los Andes, mientras sonaban distintos artistas. El vino también fue una de las bebidas elegidas para el encuentro con los amigos y el baile mientras caía la noche. Luego, cuando subieron el volumen y los artistas principales subieron a escena, claramente el delirio se apoderó de los más jóvenes, y el vino quedó marginado. Pero es lógico, porque el vino es para compartir y charlar, no para tomar solo, escuchando música fuerte. Y si bien esto se da, fundamentalmente porque en Mendoza el vino es local, sirve de prueba para las demás fiestas electrónicas que se lleven a cabo en otros puntos del país. Ya que el vino puede ser partícipe y aportar lo suyo en pos de un mejor espectáculo. Cómo “defensor” del vino, considero que, si bien no es su lugar natural, el vino debe marcar presencia en este tipo de eventos. No solo por lo que puede dar, sino por el mensaje que implica estar cerca de tantos consumidores potenciales. Hacer Comentario Cancelar RespuestaSu dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web Δ