Laureano salió del garaje Fabricio Portelli 30/06/2015 Bodegas, Notas 1839 El hacedor de vinos es siempre un autor. Pero no siempre sus vinos responden a su espíritu, sino que muchas veces es el mercado el que manda. Laureano Gómez sabe mucho de esto. Lo vivió primero en Trapiche, y luego en Salentein. Y si bien en ambas bodegas dejó su huella, hoy se puede decir que todos los vinos que elabora llevan su mensaje en cada botella. Desde 2010 convirtió su casa en una bodega; literalmente. Su mujer e hijo pasaron a formar parte de la flamante empresa. Cada uno ocupando muchos frentes. La camioneta empezó a dormir afuera porque al garaje fueron a parar los primeros tanques de acero. Y en el living tuvieron que correr el sillón y la tele para que entraran las barricas. Pero eso no fue todo. La parte de abajo de la cama matrimonial se convirtió en la estiba de botellas del espumante método rural que hace la familia. Y mientras esperaba que sus primeros vinos se criaran, trabajó un tiempo en EnoRolland, el laboratorio del afamado flying winemaker quien había asesorado a Laureano en Trapiche (Iscay) y en Salentein. Hoy su casa es una bodega habilitada con todas las letras. Incluso las ventas le permitieron construir dos pequeñas naves y sacar, por fin, las barricas del living-comedor. Laureano es un enólogo menudo y algo callado, de paso y tono tranquilo. Pero los que lo conocen, saben de su carácter; y que no confía en ningún otro colega. Le gusta hacer los vinos a su manera. Y hoy en su casa, se da todos los gustos. Aquellos que lo siguen de cerca ya saben que su estilo es bien definido. Sus tintos son concentrados y con elegancia potencial, siempre pensados más para la guarda. Quizás, por su pasado reciente, hay dos variedades con las cuales se lo identifica un poco más; Pinot Noir y Merlot (¿influencia de Rolland?). Sin embargo, en su garaje hace Malbec, más por necesidad comercial que por pasión; un Semillón y un espumante rosado con el método rural. Concebido para celebrar los 15 años de su nieta (hoy de 9 años), y con muchas particularidades. Se coloca el Malbec en un tanque, y a las 6 horas el mosto con 238 gr de azúcar se pasa a barricas de 5to por 24/36 hs para asentarse. De ahí, el mosto bien limpio pasa a otras barricas (también usadas porque busca el contenedor y no los sabores), donde empieza a fermentar en un contacto más íntimo con las levaduras. En el método rural no hay segunda fermentación en botella, sino una sola. Porque cuando el vino llega a 25 gr de az/l, se embotella. Es decir que el vino nunca deja de fermentar. Así sale un vino bien distinto, y que se degüella al momento de despacharse al mercado a donde llega Brut Nature o Nature de acuerdo a los caprichos de la fermentación. Para todos sus vinos utiliza uvas del Valle de Uco, donde trabajó durante los últimos quince años. De viñedos de San Carlos, de donde siempre viene el Malbec, y Tupungato. El Semillón fue un lujo que se dio, pero lo más probable es que sea reemplazado por un Sauvignon Blanc de Gualtallary, por las dificultades para madurar a tiempo en La Consulta y su tendencia a la Botrytis. O bien que pase a formar parte de un blend blanco al estilo bordelés. Su Pinot Noir viene de La Arboleda (Tupungato), un terruño muy distinto a Gualtallary. Allí, las viñas sufren más; y al ser parral, debe cosecharlas diez días más tarde. Aprendió mucho de Michel Rolland, dice. Y confiesa que sus vinos deben tener boca, porque es lo que más persiste. Reconoce que antes se hacían vinos de 12 grados, luego pasaron rápidamente a 16, y hoy se está intentando buscar el punto justo, siempre respetando el terruño. Con el Merlot quiere dar su mensaje, buscando ofrecer algo distinto al Malbec; del cual no reniega, más por necesidad que por gusto. Pero en el Merlot es donde corre más riesgos. Lo conoce desde 1996 cuando un Merlot suyo impulsó la creación del Iscay, ese histórico blend de Trapiche que buscó hermanar dos naciones (Francia y Argentina) y dos enólogos (Michel Rolland y Ángel Mendoza). La clave de su Merlot está en ese viñedo injertado en un parral de Pedro Giménez de 39 años de La Arboleda, que da unos frutos muy distintos a las plantas nacidas en el vivero Rausedo; el origen de muchos Merlot nacionales. Este año hizo dos Merlot, uno más sencillo, para beber más joven y como alternativa a su Malbec. Laureano elabora solo vinos a partir de uvas maduras, no sobre maduras (aclara). Y en donde la crianza no se note, ya que considera que la barrica es una herramienta para terminar el vino, con el varietal presente. Hoy, está empezando a hacer los cortes 2014 con su hijo, los cuales llegarán al mercado recién en 2016. El garaje va creciendo con las cosechas, y ya elabora 40.000 botellas al año; 30.000 sólo del Malbec. Pero la filosofía no se mancha. Sus vinos son y serán a su imagen y semejanza. Fuertes, con vigor y más pensados para la guarda. Maduros de sabores y con las firmezas suficientes para que su paso por boca se sienta y se recuerde. El sello de un verdadero autor de vinos en sus vinos de autor. La familia está feliz y más unida que nunca. Laureano sabe que está escribiendo su propia historia, y ya tiene asegurada la generación que lo sucederá. Como toda empresa tiene sus pros y sus contra. Entre ellas, que no puede esperar los vinos hasta su momento óptimo; cuando el vino está, sale al mercado y luego debería mejorar en la casa de los clientes. En su bodega garaje, la experiencia del vino es muy diferente. Se toca timbre para entrar, y no se descorchan botellas para degustar; sino que se degusta directamente de la barrica. No hace falta anunciarse o reservar cupo para ir, el que está de la familia, muestra con orgullo los vinos de la casa; mejor dicho, del garaje. Notas de cata: Laureano Gómez Espumante Rosé de Malbec s/a Laureano Gómez, Valle de Uco $200 Se aprecian burbujas finas y colores intensos. Hay algo frutal en su carácter salvaje. De buen volumen y paladar franco, la fruta madura sale al final y su textura no es tan equilibrada, más bien se trata de un espumante brioso. Agradable y con muy buen potencial de guarda. Una propuesta interesante y original, más para la mesa por su estructura. Puntos: 88 Laureano Gómez Semillón 2013 Laureano Gómez, Valle de Uco $165 Algo apagado y maduro, con cierta tipicidad. Hay potencia con frescura, y si bien no es muy largo, tiene personalidad. De paladar franco y con toque salino, algo potente, con carácter y una textura firme al final. Un Semillón bien típico, austero y seco, que acompaña sin hacer ruido más allá de su estructura. Y del cuál solo se hicieron 700 botellas. Puntos: 87 Laureano Gómez Pinot Noir 2013 Laureano Gómez, Valle de Uco $330 Tinto que sorprende por su expresión. Con fuerza y firmeza en el final. Y si bien el color y su textura inicial son bien típicos, hay taninos y un carácter muy maduro, con toques herbales. También nervio y potencia, con un final fresco que equilibra cada trago. Necesita botella para domar su carácter y desplegar su potencial. Puntos: 88 Laureano Gómez Reserva Malbec 2013 Laureano Gómez, Valle de Uco $189 De buen cuerpo y fluidez, con agradables dejos herbales; potencia y enjundia. Tiene nervio y una agradable concentración. Su vivacidad disimula bien su potencia. Con carácter, se mueve bien en boca, con firmeza. Necesita tiempo para calmar esos taninos. Hay fuerza en este vino, y solo necesita más botella para suavizar sus texturas. Puntos: 88 Laureano Gómez Blend 2013 Laureano Gómez, Valle de Uco $350 Blend de Malbec (80%) y Merlot (20%), concentrado y potente, carnoso y algo firme. Paladar denso, y con mucha fuerza. De buena frescura a su paso por boca y final compacto. Es de esos vinos que necesitan abrirse en la copa o con un decantador. Necesita descansar un año más en la estiba para poder suavizar sus texturas y desplegar mejor todo el carácter de la fruta. Puntos: 89 Laureano Gómez Merlot 2013 Laureano Gómez, Valle de Uco $350 Solo se hicieron 3000 botellas de este Merlot pensado para la guarda. Sus aromas muestran su intención. De paladar compacto y fresco, con taninos firmes y un final cálido, con dejos en su final de boca propios de la madurez, y algo vegetal en su carácter, típico del varietal. Por ahora la intensidad de los ahumados del roble conviven con el carácter cálido de la fruta. Beber en 2017. Puntos: 90