Tras nueve años de maduración, Dom Pérignon presenta el Vintage 2005. “Dom Pérignon Vintage 2005 representa la esencia de una cosecha, lo que pudimos salvar del diluvio.”

Para Richard Geoffroy; Chef de Cave de Dom Pérignon, custodio de la historia y el estilo de este champagne único desde 1990; contraste, excepcionalidad y pureza son tres términos que definen esta nueva añada.

 

Contraste

Ninguna creación del chef de cave de Dom Pérignon puede encarnar mejor el riesgo que entraña dar vida al Vintage 2005. Dom Pérignon es siempre un Vintage. Cada nuevo Vintage se crea a partir de las mejores uvas de una única añada. Reinventándose a sí mismo, interpretando el carácter exclusivo de las estaciones. Atraviéndose a no declarar un Vintage cuando la añada no cumple con su ideal. Este es el compromiso de Dom Pérignon.

Caracterizado por estaciones cálidas y secas, el 2005 fue un año de contrastes. El calor abrasador de agosto dio paso al tiempo fresco y las abundantes lluvias de septiembre. Las viñas de Pinot Noir se vieron afectadas por un brote de botrytis, o podredumbre gris, que, por suerte, pudieron superar gracias al buen tiempo que acompañó el inicio de la vendimia.

Una selección drástica en el viñedo garantizó finalmente un volumen limitado de una calidad excepcional. La madurez aromática es inédita. Se permitió que las uvas alcancen su punto óptimo de maduración: de esta forma contienen todo el potencial que ofrece la cosecha. La cosecha de uvas Chardonnay empezó el 14 de septiembre, pero se decidió permitir a las Pinot Noir tres días más de maduración.

El plan de vendimia, es decir, el orden en el que se cosechan las uvas de cada viñedo, también es crucial. Cada uno se debe vendimiar en su momento óptimo, y a veces es necesario postergar el momento de la recogida.

A continuación, las uvas se seleccionaron con unos criterios sumamente estrictos, y se conservaron solo las mejores, las más puras e intactas. La clave de la cosecha radica en la calidad excepcional de las uvas.

 

Excepcionalidad

Al final, solo quedó un volumen limitado, brillante y lleno del sol de julio y agosto.

Esta singularidad constituye un elemento único y dramático en la historia de 2005, que contribuye en cierta medida a dar al vino un impulso y una intensidad añadidos.

 

Pureza

Como todos los años, la fórmula del assemblage se crea para cada añada en particular, partiendo de la dualidad entre uvas blancas y negras, o entre uvas negras y blancas, en un equilibrio entre tensión y armonía.

Se caracteriza más que por la riqueza de sabor, por una sensación de coherencia. No es una explosión, recorrido perfecto en el que la textura y la estructura van de la mano.n

Esta suave intensidad es completamente intencionada y se ha construido con la máxima precisión. Los distintos elementos evolucionan juntos, adquiriendo un carácter más sólido y físico, destacando la presencia de cada una de sus notas.

Chardonnay y Pinot Noir conforman el assemblage, un equilibrio perfecto entre tintas y blancas que hace culto a la diferencia. El 2005 es el 41° vintage desde 1921 y la primera vez que se concreta por cuarto año seguido.

 

NOTAS DE CATAS – DOM PÉRIGNON 2005

Un año de contrastes, globalmente cálido y con pocas lluvias. Un mes de agosto de altas temperaturas seguido de un septiembre lluvioso y fresco que parece atemperar el entusiasmo inicial. Una selección drástica en el viñedo nos garantiza finalmente un volumen limitado de una calidad excepcional. La madurez aromática es inédita. La cosecha comienza el 14 de septiembre.

En nariz

El bouquet, sumamente rico, se abre en oleadas sucesivas. En primer lugar la fruta, intensa, más negra que roja, que se funde con la mineralidad plateada. El caramelo praliné y el cilantro vienen a completar el conjunto.

En el paladar

Un vino con un carácter bien marcado. Una presencia decidida, algo incluso un tanto físico: un conjunto estructurado, enfocado y sólido. El final floral y especiado es intrigante y perdura en los siguientes sorbos.