La hipocresía y la mentira tienen las mismas patas Fabricio Portelli 25/04/2016 Notas, Vinos Notas 2056 Como las noticias para los periodistas, las novedades sobre vinos son la razón de ser de los que vivimos de comunicarlos y difundirlos, con una opinión crítica y con la sana intensión de promover su buen consumo. Para hablar de vinos no hay que recibirse de nada, más allá de poder hacer la carrera de sommelier o diferentes cursos introductorios. La práctica hace a la profesión, como en muchos otros casos. Pero dicha práctica, que incluye visitas a zonas y bodegas, charlas con enólogos y degustaciones de vino de todo tipo y en diversas situaciones, necesita de una guía. Y esa guía son las bodegas. Porque sin el apoyo de las bodegas, el aprendizaje que uno pueda acumular para después compartirlo es casi nulo. Ya que si bien se pueden adquirir los vinos en el mercado, googlear algo de info (e imágenes) y degustarlos, para luego publicar una opinión, no es suficiente. Porque son muchos los elementos, acciones y personas que intervienen para lograr cada botella. Y es por eso que la experiencia acumulada es la única fuente de información que tiene el “periodista especializado en vinos”. Desde el año 2000 que elegí compartir mis opiniones vínicas como una forma de vida, una profesión casi inexistente en el país. Por lo tanto, para poder cultivar el reconocimiento de hacedores y lectores, el único camino posible fue la consistencia (mezcla de pasión e insistencia) en el trabajo. Empecé en el sitio www.ArgentineWines.com (el primero y aún vigente), luego pasé por distintas editoriales hasta que puede armar mi propia empresa (Simposium). Allí llegamos a ser 30 personas dedicadas pura y exclusivamente a la comunicación del vino en diversos formatos. Y todo eso fue posible gracias al apoyo de una industria creciente y pujante como la del vino argentino. Lo más importante era que ese apoyo iba mucho más allá del aporte económico, necesario para desarrollar el negocio. Contemplaba el interés de las bodegas por compartir sus novedades y sus nuevos vinos, algo invalorable. Debo reconocer que hoy me encuentro en una situación muy diferente, volví a empezar, pero con más de quince años de experiencia y, por suerte, la misma pasión. Y si bien la mayoría de las bodegas mantiene ferviente esas ganas de compartir sus hallazgos, me sorprendió la falta total de interés de una de las bodegas líderes en mostrarme sus nuevos vinos. Qué interés podría tener yo entonces en hablar de ellos. Los mismos de siempre como debe ser, si no fuera porque me falta “la información”. Podría ir y comprarlos (aunque no todos por cuestiones de precio), pero no sería lo mismo. Sobre todo porque fue una bodega que me consideraba “referente” en el momento de apogeo de mi multimedio vínico. Al principio pensé que era algo fortuito. Pero pasó todo el 2015, y ya en lo que va de 2016 tampoco me participó de sus novedades en botella. Soy muy consciente que ya no tengo a un medio gráfico o que no trabajo en uno masivo, más allá de colaborar con Infobae cuando de vinos se trata. Tampoco pretendo ser incluido en los viajes, ya que demandan un alto costo para las bodegas y están atados a una lógica estrategia de comunicación. Pero al menos, sí pretendo poder seguir degustando los vinos y escuchando a sus responsables, para seguir aprendiendo y compartiendo. Por suerte la mayoría de las bodegas respetan el trabajo y las intenciones de uno, e incluso comparten sus novedades con comunicadores de todo tipo, sin medir sus coyunturas personales. Porque saben que somos los legitimadores de sus mensajes embotellados, incluso cuando no están de acuerdo con nuestras opiniones, porque saben que son tan respetuosas como sus vinos. No se si esto es casual o causal, o si tiene que ver con la preocupación de comenzar a perder liderazgo. Lo que sí estoy seguro es que es muy raro, y lo lamento mucho.