En cada cosecha se renueva la esperanza, y no es una frase hecha, es una realidad. Porque agrónomos y enólogos tienen depositadas todas su ansiedades en lo que viene, ya que siempre se trata de hacer más y mejores vinos. Y la experiencia es la mejor manera de aprender en vitivinicultura.

Por un lado, poder plasmar todo lo planificado previamente en función a los vinos que se quieren obtener. Y luego seguir de cerca el clima para ver qué hay que hacer para lograr los objetivos. Mucho se avanzó los últimos años, con la tecnología como gran aliada, hoy se puede “preguntarle” a cada planta qué necesita y en base a ello actuar. Sin embargo, a la madre naturaleza nadie la puede manejar, y sigue siendo de gran influencia en la calidad y en la cantidad de los vinos argentinos, año tras año.

Es cierto que somos un país privilegiado y que por ello abundan las buenas cosechas. Pero también lo es el cambio climático global, y por eso los protagonistas deben estar cada vez más atentos. Saben, en algunas zonas más que en otras, que tienen a mano herramientas para sobrellevar imprevistos y llegar a lograr los vinos propuestos. Porque el hombre sigue siendo el factor fundamental en los vinos argentinos. Pero hay veces que ni siquiera eso alcanza.

Ante la gran cantidad de comentarios alarmantes de la cosecha 2016, consulté a varios agrónomos y enólogos de diferentes regiones para que cuenten en primera persona lo acontecido. Sólo me quedó pendiente la respuesta de Leo Puppato (Familia Schroeder), aunque se comenta que de otras zonas fueron a San Patricio del Chañar a buscar vinos que no pudieron elaborar en sus regiones. Esto no aporta detalles de  cómo serán los unos patagónicos, pero sí demuestra que allí los problemas climáticos no perjudicaron tanto la cantidad de uvas.

Es interesante el informe porque enumera las complicaciones del año, pero a su vez expone lo bien preparada que está la industria para hacerle frente a la naturaleza. Es decir que si bien hay una parte vacía, la parte llena de la copa es más importante.

Saber cómo fue la cosecha que acaba de finalizar permite inferir cómo serán los vinos 2016. Y si bien es cierto que aún falta mucho para disfrutarlos, enófilo prevenido disfruta por dos.

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José Galante (Salentein) – Edgardo Del Popolo (Dominio Del Plata y Per Se)

 

¿Cuán conforme estás con la cosecha 2016?

El ingeniero agrónomo Edgardo Del Popolo (Dominio del Plata y Per Se) todavía lo está meditando. Desde los comienzos dijo que esta sería una vendimia que rompería todos los moldes, porque no se podía comparar con ninguna otra de los últimos 25 años. En Dominio de Plata molieron uvas con tan buena o incluso mejor sanidad que en el 2015. ”Así como considero que el año ha sido muy difícil en muchas zonas, hemos tenido uvas de libro en otras”, afirma entusiasmado. Por su parte José Galante (enólogo de Salentein) quién cumplió su cosecha número 41, cuenta que está muy conforme, y que sin lugar a dudas los vinos que ofrecerá la cosecha 2016 serán diferentes a los que estamos acostumbrados de Argentina. Oscar Marcovecchio es un publicista retirado hace tiempo que se dedicó a crear una de las fincas más atractivas del continente según los que saben; Viña Vida en el corazón de Vistaflores. Allí, todos los años sigue muy de cerca la cosecha. Y si bien esta vez la cantidad estuvo un 20% por debajo de los 2,1 millones de kilos cosechados en 2015, Oscar está muy contento porque la calidad y sanidad de sus uvas son 10 puntos. Claro que para ello tuvo que estarle muy encima a cada planta y aprovechar cada rayo de sol en época de cosecha.

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Oscar Marcovecchio – Viña Vida

Rogelio Rabino, enólogo de Kaiken, está acostumbrado a vinificar con uvas de las principales regiones de Mendoza. Y si bien no fue tan generoso como Oscar, calificó a esta cosecha con 8 puntos, lo cual habla de una muy buena conformidad.

En Luigi Bosca también están conformes con la cosecha, más allá de considerarla atípica. Algo en lo que también coincide Herve Birnie-Scott, Director de Bodega Chandon, Terrazas de los Andes y Cheval des Andes. Quien agrega que ha sido un desafío y un beneficio a la vez. “El clima con el que se trabajó este año fue similar al de la Champaña, la región de Francia donde nacen todos nuestros vinos, y con el que nuestros enólogos están acostumbrados a trabajar. Esto hizo que se manejaran con total conocimiento y lograran vinos destacados por su acidez y finesa aromática”, afirma. Por su parte, Alejandro “Pepe” Martínez (enólogo de Cavas Rosell Boher) expone las dos caras de la moneda de la cosecha 2016; “en lo personal y enológico muy conforme a pesar de lo complejo que fue ella. En lo referente a los rendimientos de producción, como viticultor, no del todo conforme debido a las sensibles mermas que se han generado en los rendimientos por ha en todas las variedades”.

Por su parte en San Juan, Eduardo Casademont (enólogo de Finca Las Moras) afirma que la calidad ha sido excelente y que no ha sufrido merma alguna en la cantidad de uvas.

“Como ya nos tiene acostumbrado el Valle de Cafayate, Chañar Punco y alrededores, es extraordinaria la calidad obtenida en esta cosecha, más allá que hubo una disminución en las producciones generales de las fincas. Si bien aún estamos estudiando los motivos, creemos que la helada temprana que afectó a la región en el mes de Octubre 2015 provocó una disminución lógica en la cantidad de uvas que recibimos en nuestra bodega. De todos modos, como se sabe en estos casos, a menor cantidad de uvas por plantas menor rendimiento en general y eso da como resultado un vino excepcional”, se entusiasma Alejandro Pepa de El Esteco.

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Alejandro Pepa – El Esteco

 

¿Cuáles fueron los factores claves que van a  determinar la calidad y cantidad de los vinos 2016?

Con el aval de toda su experiencia, Pepe Galante dice “sin lugar a dudas que la marcha climática del año fue el elemento condicionante de la calidad y cantidad de uvas, la influencia de la corriente del niño se hizo sentir en toda su dimensión, con una primavera lluviosa y fresca, la temperatura promedio del mes de noviembre fue 5 grados centígrados por debajo del promedio histórico (recordemos que noviembre es el mes del cuaje), por lo que los rendimientos se vieron muy afectados. El inicio del verano fue también fresco por lo que todos los fenómenos fenológicos se vieron retrasados. Afortunadamente todo esto se equilibró con un mes de marzo y abril secos que ayudaron a la maduración y consecuentemente a la calidad que finalmente nos entregó esta vendimia, resultando uvas muy equilibradas en sus distintos componentes”. Algo que Edy Del Popolo grafica de otra manera pero con el mismo significado: ” fue un año burguiñon, porque este año hemos tenido índices bioclimáticos más propios de la Borgoña que de Burdeos o Napa”. Y si bien en Kaiken destacan las temperaturas bajas y las lluvias como factores atípicos, Rogelio Rabino considera que la maduración polifenólica fue más temprana que la azucarina, similar a una cosecha de Bordeaux. En Viña Vida el factor clave fue el terruño, no sólo por las cualidades de Vistaflores, sino también por la inclinación de la viña que permitió un muy buen drenaje de las copiosas lluvias de verano. Mientras que para Herve Birnie-Scott “el único factor clave es el viñedo: los buenos terroir, de suelos con buen drenaje y mucho trabajo en el lugar. La cantidad no fue un factor prioritario para Chandon, Terrazas de los Andes y Cheval des Andes. Hemos priorizado la calidad a la cantidad, con mermas significativas en comparación a un año normal”. Silvia Corti, enóloga de Bodega Argento lo explica bien claro: “si bien ha sido una cosecha difícil debido a que no todos los productores estaban preparados para lidiar con años lluviosos, curar a tiempo y hacer curaciones extras a las que estaban acostumbrados y trabajaron bien, tuvieron buenos resultados en términos de sanidad. En los viñedos propios hemos trabajado con labranza tradicional y haciendo las curaciones con caldo bordelés y productos orgánicos, lo que nos ha permitido obtener muy buena sanidad. El correcto manejo de canopia que nos permite distribuir bien los racimos en la planta ha sido también clave. Respecto de la cantidad, hubo una merma natural de la producción este año. Como Bodega Argento trabaja en varias regiones de Mendoza, la búsqueda de uvas en regiones que no fueron tan afectadas por las inclemencias del tiempo nos ha permitido llegar al objetivo de volumen a elaborar”. Para Alejandro Pepa el factor clave fue la calidad; “dado el menor rendimiento, tuvimos una sanidad realmente increíble y una calidad excepcional en los vinos. Y si me pongo a pensar solo en vinos obtenidos, lo considero un año extraordinario”, dice con entusiasmo.

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Silvia Corti – Bodega Argento

 

¿Cómo enfrentaste esos factores?

Ya más aliviado y con alguna sonrisa Edy Del Popolo confiesa, “con resignación y esperanza, siempre bastante optimista. Porque desde que empezamos a probar uvas en las viñas después del envero, vimos que había cosas muy interesantes. Llegamos a cosechar con niveles de acidez de libro (pH de 3,3-3,4 en tintos), algo muy pocas veces visto. Sin dudas, la lluvia fue la gran protagonista de la vendimia 2016, ya que el promedio de lluvias en algunas zonas fue de 600 a 800 mm cuando lo habitual son 200 a 300 mm. Y todo esto fue causado por El Niño, tal como afirma José Galante, quien reconoce el trabajo anticipado de Gustavo Soto y su equipo de agrónomos para enfrentarlo. “Recuerdo que el otro gran Niño que fue el del 1997 e impactó en la cosecha del 98´, produjo mucho daño. Por suerte, el manejo de viñedos de aquella época no se puede comparar con el trabajo que se hace ahora”. Este año fue necesario comenzar preparando el viñedo con un buen trabajo de armado de la canopia para evitar uvas apretujadas, y hacer más curaciones. ”Para que tengas una idea, este año fue necesario hacer no menos de 5 a 7 curaciones dependiendo de la variedad y la zona, cuando en un año normal son 2 curaciones”, alerta Pepe. Por su parte Viña Vida comercializa casi la totalidad de sus uvas de alta gama, y es por ello que han tenido que trabajar juntos con las bodegas para lograr una calidad óptima. Además de curar, Rogelio Rabino realizó fuertes trabajos de deshojes en viñedo para ventilar la canopia y tuvo que estar recorriendo los viñedos más frecuentemente que en otras cosechas.

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Rogelio Rabino – Bodega Kaiken

Vicente Garzia (enólogo de Luigi Bosca) cuenta que “primero nos planteamos el factor calidad contra cantidad, por eso fue necesario anticiparse en la vendimia para evitar la botrytis y así cosechar la uva lo más  sana posible”. Es interesante lo que plantean desde Terrazas de los Andes, donde concentraron todos los esfuerzos en los viñedos, poniendo foco en el trabajo diario de la viña en relación a su desarrollo, sosteniendo hasta el final la esperanza de que el clima les diera la oportunidad de madurar y concentrar lo mejor de sus terruños. La experiencia del año 98´y la previsión de este fenómeno con suficiente anticipación (por la tecnología actual) hizo que pudieran aplicar muchas técnicas y conocimientos que se utilizan en zonas con regímenes de lluvia muy superiores a los de Mendoza , obteniendo un resultado muy bueno en la calidad de las uvas. Silvia Corti de Argento agrega que “los problemas climáticos han sido posibles de afrontar, debido a que hacemos un trabajo de suelo en nuestros viñedos con labranza tradicional que nos permite una buena permeabilidad y que ha ayudado a la percolación del exceso de agua de lluvia en el suelo”. Pepe Martínez apeló más a su experiencia para jugársela, “con mucha firmeza y coraje, al momento de la toma de decisiones, como ser fecha y hora de cosecha, no pretender luchar contra las condiciones reinantes como ser, un exceso de lluvias, y ser paciente sin descuidar la evolución de maduración y su estado sanitario”, asegura.

En San Juan, lo más difícil fue definir el momento justo de cosecha de las uvas para los varietales tintos de alta gama que no llegaban al punto óptimo de madurez , por riesgo a cosecharlas con taninos verdes, según el enólogo de Finca Las Moras. En Cafayate lo hicieron probando y analizando químicamente cada cuartel. Y en muchas ocasiones, realizando cosechas diferenciadas en búsqueda de uniformar la madurez justa en las uvas.

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Finca Los Miradores, Luigi Bosca – Herve Birnie-Soctt, Bodegas Chandon

 

Comparándola con las cosechas desde 2010 a la fecha, ¿cómo la ubicarías en tu escala de preferencia?

Pepe Galante no se anima aún, “me parece que es muy difícil compararlas en este momento cuando los vinos recién están terminando” dice. Mientras que para Herve Birnie-Scott la cosecha 2016 está fuera de escala. “El clima de Mendoza se asemejó más bien a Bordeaux u otros climas frescos de Europa y por esto los vinos no son comparables a ninguna otra añada”, afirma. Sin embargo, Edy Del Popolo es contundente, prefiere la 2013 y por último la 2015. A la 2016 no la ubica ni en el tope, ni en la cola de su ranking. Silvia Corti apela a su instinto femenino apostando a que cada cosecha será mejor que la anterior. Paro Rogelio Rabino no será mejor que la 2013 o 2011, pero sí superior a las últimas dos cosechas. Alejandro Martínez es otro que prefiere no enmarcarla en un ranking y prefiere dejarla para el recuerdo como una gran experiencia y aprendizaje. Y en lo posible, no desearía tener muy seguido una equivalente. Eduardo Casademont no duda en ubicar a las 2016 detrás de la 2011, la mejor cosecha de los últimos años en San Juan. Desde Cafayate, Alejandro Pepa da una respuesta tan humana como real. Explica que “detrás de un vino hay un centenar de familias esperando “la cosecha”. Este año muchos se verán afectados económicamente, y algunos productores zonales no tendrán “esa cosecha”. Por esta razón, no puedo clasificarla como dentro de las mejores. Pero sin dudas, los vinos obtenidos estarán dentro de los mejores que hemos logrado en los últimos años”.

 

¿Qué zonas o sub zonas crees que se pueden destacar?

El terruño de los vinos se está volviendo más importante que las variedades que los componen, por eso es interesante recordar los lugares que dieron origen a los vinos más destacados este año.

Sorprende, viniendo de un enólogo formado en el Valle de Uco como Rogelio Rabino, que destaque Agrelo y Vistalba como las zonas estrellas, por el excelente color, la buena acidez y la buena madurez azucarina. Silvia Corti prefiere destacar lugares en función a la calidad de las uvas. Por ejemplo, Gualtallary por el Malbec, Medrano y Carrizal (donde se encuentra la finca de Piedemonte) por el Bonarda y Agrelo por el Cabernet Franc. Para un fana del Valle de Uco como es Edy Del Popolo, Los Chacayes, por su capacidad de madurar al Malbec, y Gualtallary, como siempre destaca por lo indomable de su espíritu con vinos muy frescos, lineales, austeros y muy finos. Es muy interesante la opinión de Herve Birnie-Scott, porque advierte que no se puede generalizar ya que de un viñedo a otro hubo bastante variabilidad, y lo mejor solo salió de los viñedos muy bien trabajados, sin exceso de vigor y sanos. En ese contexto afirma que le encantaron los blancos del Valle de Uco para base espumante y los Chardonnay para vinos tranquilos. También los Cabernet Sauvignon de Perdriel y Agrelo Alto, y los Malbec de Los Chacayes, El Peral y Altamira, entre otros.

Para Eduardo Casademont de Finca Las Moras el Valle de Tulum se ha destacado por dar vinos blancos y tintos muy “ limpios “,  frescos y frutados, básicamente con alcohol más moderado y mejor acidez natural. Los valles más altos como  Zonda y Pedernal lo han hecho también por su intensidad y complejidad de aromas, colores muy vivos y taninos sedosos y elegantes

En los Valles Calchaquíes, tanto en Cafayate como en Chañar Punco, sin dudas los viñedos o terroirs ubicados en los sectores más altos donde alcanzaron el mejor equilibrio en los viñedos y fue de donde se obtuvieron increíbles uvas e increíbles vinos, según sus hacedores.

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Bonus Track: Algunas anécdotas de cosecha

Edy Del Popolo: “Muchas, entre ellas este año vi viñedos que por las lluvias el grano de Malbec se rajó un par de veces, dos o tres según el lugar. Siempre esperé que se pudiese formar la línea gris de botrytis pero nunca ocurrió. Muchos productores trabajaron muy bien (así como tantos otros lo hicieron muy mal y llegaron a la cosecha sin hojas en sus viñedos). Hemos ganado una experiencia tal en las viñas y en la bodega, que este año nunca hubiese sido comparable con 1998, como varios decían a los comienzos”.

Pepe Galante: “Si bien en este momento soy muy optimista en cuanto a la calidad de la cosecha 2016, debo confesarte que me genero una gran ansiedad e incertidumbre, un gran stress adicional que hace mucho tiempo no sentía. Este año fue necesario caminar mucho los viñedos y estar muy atentos para tomar decisiones. Recuerdo que caminando las hileras del Cabernet Franc y probando las uvas las sentía muy bien, por lo que decidimos comenzar la cosecha del Cabernet Franc el 31 de marzo, algo totalmente atípico si hacemos una comparación histórica con las fechas de cosecha de esta variedad. Esta decisión me generó mucha preocupación, ya que si bien las uvas se sentían muy bien, el resultado final podía no ser el esperado. Por lo que al día siguiente, lo primero que hice cuando llegue a la bodega fue ir a probar el jugo del Cabernet Franc y seguía sintiéndose muy bien, aunque interiormente dudaba de la decisión. Luego a medida que avanzaba la fermentación y el vino mantenía su expresión varietal, sin gustos vegetales o herbáceos desagradables, más feliz me sentía. Hoy el vino esta en barricas, ya terminó la fermentación maloláctica y cada vez que lo pruebo más me convenzo de aquella decisión tomada en base a la degustación de las uvas”.

Oscar Marcovecchio: “Sorprendido por haber sumado a nuestro equipo el apoyo logístico y humano de enólogos como Santiago Mayorga, que está en plena ejecución de actualización y optimización de los vinos de alta gama de Nieto Senetiner y Cadus Wines”.

Rogelio Rabino: “La voy a recordar como la vendimia que perdí 15 kg y varios miles de millones de pelos”.

Herve Birnie-Scott: “ Este año cosechamos unos Chardonnay y Pinot Noir para espumantes de nuestro viñedo de Cepas del Plata a 1500 m de altura el 18 de Abril. O sea la misma semana que muchos Malbec del Valle de Uco, cuando normalmente hay un mes de diferencia entre ellos. Esto hubiera sido inimaginable años atrás”.

Alejandro “Pepe” Martínez lleva más de 40 cosechas en Mendoza, no obstante delata como ha sufrido en esta 2016. “Anécdotas tengo varias. Por ejemplo, el pensar en el mes de diciembre como venían las condiciones climáticas, si nos podíamos arriesgar, si podríamos cosechar, quien ganaba el premio al acierto de los porcentajes de merma (serían del 20, 30, 40, 50 o quizás, más). Más de uno perdió o ganó un asado de arriba. Nadie te comentaba que estaba tranquilo, nadie dormía bien, todos mirando el clima y leyendo los pronósticos extendidos, los cuales aseguraban lluvias, lluvias, y más lluvias. Todos soñábamos con estar ya un 30 de Abril hablando sobre los resultados. En el medio de risas, angustias, broncas, incertidumbre, discusiones, desganos y hasta con ganas de mandar todo a la mismísima…. Pero por suerte no fue así”.

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Alejandro Martínez – Cavas Rosell Boher

Eduardo Casademont: “La confirmación de Pedernal cómo el valle ícono de calidad de San Juan, encontrándose a la altura de las mejores zonas vitícolas del país.

Alejandro Pepa destacó las vivencias que diariamente comparte con todos sus compañeros de trabajo (Francisco, Claudio, Maxi, Ignacio, Ramiro, Vale, Caro, Emile y muchos otros compañeros). Dice “es la aventura de transformar frutas en vinos vibrantes o gordos, frescos o concentrados, delicados o intensos, y toda la gama o el abanico de aromas y sabores que nos podemos imaginar. Es muy lindo ingresar a las bodegas y sentir todos los aromas que esta transformación nos brinda”.

Un consejo de alguien que sabe, “salud y guarden unos 2016 en su cava para varias décadas, van a ser vinos eternos”; firmado Herve Birnie-Scott. Y para finalizar, un brindis que resume bien lo que fue esta cosecha, “levanto mi copa para brindar por la cosecha 2016, habrá que tener paciencia y aguardarla con la misma ansiedad y emoción con la que yo la viví”; Pepe Galante.

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Viña Vida desde el aire – Vistaflores, Valle de Uco

 

3 Respuestas

  1. Carlos Arias

    Felicitaciones por compartir tus conocimientos con todos los que te seguimos en las redes. Que sigan los éxitos

  2. Rodolfo König

    Hola Fabricio.
    Hace rato quería escribirte en relación a un par de arts. que publicaste que me parecieron muy buenos, en particular uno relativo a los vinos sin paso por madera (y que al fin de cuentas pasan sin pena ni gloria; al menos eso entendí de tu percepción; y si afirmo es la mia), y el segundo relativo a los precios desorbitantes de los vinos “buenos” (uso parentesis porque al final de cuentas el gusto del vino es subjetivo).
    Pero para eso tengo mucho que escribir, y nunca me tomé el tiempo.

    Lo que hoy me lleva a escribirte es la cosecha 2011 (aprovecho este art. puesto que habla justamente acerca de una cosecha).
    Probé varios vinos de distintas añadas, y siempre caigo en que me gustan más los 2011.
    Un ej. claro que tengo presente con una línea de vinos popular y masiva, pero que siempre me gustó: Angélica Zapata.
    Los 2011 los siento mucho más completos que las añadas previas. Son mas dulzones, más redondos, más lácticos.
    Y con otros vinos tmb. me pasó. Siempre me queda el mejor recuerdo de los 2011; en comparación a añadas anteriores y posteriores.
    Vos podrías contarme un poco de la cosecha de ese año?
    Capaz yo la tenga en la gloria, pero por cuestiones meramente subjetivas.

    Un abrazo.
    Rodolfo.

    • Fabricio Portelli

      Rodolfo, en general la cosecha 2011 fue húmeda y fresca, sobre todo en verano. Y si bien llovió el mayor aprendizaje en el manejo del viñedo permitió un mejor riego, y por consiguiente se obtuvo una muy buena calidad de uva, sobre todo Malbec. Tal es asñi que muchos enólogos/agrónomos la compararon con las cosechas de 2002 y 2006. Pero además hay que entender que año tras año los vinos nuestros mejoran,más por know how que por las condiciones del clima. Cada vez hay más conocimiento de los suelos y las plantas, y una tecnología que permite prepararse incluso para una cosecha muy lluviosa como la 2016, y así lograr igualmente grandes vinos. Es decir que tu percepción es correcta, y encima hoy, cinco años después, los mejores vinos 2011 están pasando por su mejor momento. Saludos y gracias.