Alta consistencia a la vista Fabricio Portelli 07/02/2017 Notas, Vinos Notas 4873 Muchas veces se confunde; o se sobre estima o sub estima; el término francés “savoir faire”. Quizás porque suena como sabor (saveur), una palabra muy asociada al vino, o porque se la emplea mal en algunos textos en castellano. En realidad su significado es mucho más profundo; saber hacer. Esta simple frase a la vez se torna contundente en el mundo del vino. Porque para elaborar un buen vino hace falta mucho saber, también para poder entender el desarrollo de una vid, y mucho más para poder interpretar un terroir y poder embotellarlo. Es decir, que una de las claves fundamentales para llegar a saber cómo se hace es la experiencia. Alta Vista no es la bodega más antigua del país, tampoco es el emprendimiento vínico de origen francés pionero en nuestras tierras, pero ya está por cumplir 20 años haciendo vinos aquí. Aunque a estas dos décadas hay que sumarle el expertise Champenoise, ya que la familia de Patrick D´Aulan fue propietaria de la casa Piper Heidsieck, (hasta que en 1988 se la vendieron a Remy Martin). Esto explica (y justifica) el crecimiento de sus espumosos Atemporal. Además, la familia también elabora vinos en Burdeos y en Hungría. En 1998 los D´Aulan llegaron con Jean Michel Arcaute, un prestigioso enólogo francés amigo de la familia; el mismo que ideó el Clos de los Siete junto a Michel Rolland. Por eso Alta Vista posee un viñedo dentro del campo. Compraron en Las Compuertas una vieja bodega que tecnificaron (fueron los primeros en incorporar vasijas Galileo – esferas de cemento), respetando las piletas de cemento y la arquitectura original. Por otra parte, Alta Vista está comprometida con los principios de producción sustentable y este compromiso se demuestra con buenas prácticas vitivinícolas, reciclado y tratamiento del agua y gestión de residuos sólidos tanto en los viñedos como en la bodega. Fue una de las primeras bodegas en Argentina en obtener la certificación ISO 9001/2000 en 2007, y en diciembre 2012 obtuvo una pre-certificación de ISO 22.000 para detectar sistemáticamente riesgos de sanidad en procesos de producción. Sin embargo, Alta Vista fue siempre una bodega de bajo perfil aunque paso firme. Debutó en el mercado en 2002 con su vino ícono, el Alto 1998; la peor vendimia de los últimos 50 años, a causa de El Niño. Pero el Alto ya lleva más de diez cosechas en el mercado, manteniéndose como un referente. Es más, el Alto 2006 fue el primer vino argentino en obtener de manera unánime de la prensa norteamericana especializada los 95 puntos. Pero los vinos de Alta Vista van mucho más allá de este blend de lujo, porque supieron ver y apostar como pocos al auge del Malbec, del cual también fueron protagonistas y muy responsables, sobre todo con sus single vineyards. También fueron de las primeras bodegas mendocinas en elaborar un Torrontés en Cafayate y sorprender al mundo. Su línea Alta Vista Premium Estate es, desde siempre, sinónimo de vinos “best buy” en los mercados más importantes, incluyendo el interno. Pero el “saber hacer” de Alta Vista trasciende a sus vinos y a sus viñedos, porque ven en la evolución del conjunto, su propio crecimiento. Con ese objetivo cedieron su marca “Single Vineyard” en 2007. Y con ese mismo espíritu de cooperación para el desarrollo y crecimiento de la industria vitivinícola, la bodega cede ahora el uso de su marca “Terroir”, registrada desde el año 2006. Como buenos franceses, desde sus orígenes han reflejado el gran valor que tiene el terroir a la hora de elaborar vinos, tal como reza su slogan: “Terroir Expression Winemakers”. La palabra, o el concepto de Terroir, es lo que en español se conoce como terruño. Su uso tiene como objetivo identificar ciertas variables que, en su conjunto, conforman un espacio de características únicas e irrepetibles en una determinada zona vinícola. El término va más allá del viñedo: abarca el tipo de suelo, las particularidades del clima y la relación de estos factores con la vid y en armonía con el trabajo del hombre. “Poder identificar estas cualidades para expresarlas en el vino, es lo que motiva el quehacer cotidiano de todo el equipo de Alta Vista” afirma Patrick D´Aulan. Otro factor que resalta la consistencia (técnica y filosófica) de esta joven bodega es haber certificado por segundo año consecutivo un Malbec Fairtrade (comercio justo). Los vinos de hoy Ser una bodega de bajo perfil no le impide sorprender permanentemente con novedades. En 2016 lanzaron el Atemporal Brut Nature, y de algún modo sirvió para celebrar que Lutecia (la distribuidora que también es propiedad de la familia) comenzaba a importar los prestigiosos Champagnes Taittinger. También subieron la apuesta con el Cabernet Sauvignon presentando el Terroir Selection, atrajeron la atención de los consumidores jóvenes con el flamante Alta Vista Red Blend (un corte de Malbec, Cabernet Franc y Syrah), y ampliaron la línea Alta Vista Premium Estate con un Cabernet Franc. Quizás por todo esto la bodega fue nominada Mejor Bodega del Nuevo Mundo por la revista estadounidense Wine Enthusiast. Pero sin dudas lo más relevante de 2016 ha sido el cambio de enólogos en el equipo. Porque salió Matthieu Grassin, quien continuará su carrera en su Francia natal, y regresó Didier Debono. El perfil de vinos de Alta Vista, de identidad argentina y savoir faire francés, nació de la mano de este joven francés, que fuera el enólogo principal entre 2002 y 2008, manteniéndose siempre como asesor en cada cosecha y en períodos de corte de los grandes vinos de la casa. Y hablando de grandes vinos el Alto aparece en escena. Un tinto concebido año tras año como la quintaesencia de los mejores Terroirs mendocinos, elaborado según los métodos practicados en los “Grands Crus” franceses, adaptados a las características propias de los terruños argentinos. Para su elaboración, se cosechan las mejores uvas Malbec y Cabernet Sauvignon, de los viñedos más antiguos, y se cría entre 14 y 18 meses en barricas nuevas de roble francés. El Alto es el vino que más refleja el ADN de la bodega, según cuenta su propietario, porque involucra a toda la empresa en el cuidado de cada detalle. Además, su pasión y entusiasmo por la Argentina son un ejemplo para muchos bodegueros (y por que no empresarios) locales. Patrick disfruta de los placeres simples de la vida, privilegiando la calidad y la consistencia por sobre todas las cosas. “Una experiencia Alta Vista es esto, buenos vinos que reflejen en el tiempo lo que vinimos a hacer, una gran cocina y buenos amigos”, asegura levantando orgulloso (y sonriente) su copa. Y para ser fiel a sus orígenes, al finalizar el encuentro descorcha un “cuvee speciale” reservada sólo para los amigos, como dicta la cultura en Champagne. Un Alto en botella magnum del 2006, el millessime más importante para Patrick; al menos hasta ahora. Degustación de vinos de Alta Vista Alta Vista Atemporal Brut Nature s/a Alta Vista, Mendoza $ – $$ – $$$ -$$$$ ($360) Se nota que detrás de esta etiqueta hay un paladar muy francés delineando el vino. Porque el carácter es, además de seco y firme, complejo. Sobre todo en su entrada en boca. De burbujas finas y textura fresca y tensa. No es muy profundo pero sus sabores en el final son muy delicados, propios de los 18 meses de reposo sobre lías. Beber entre 2017 y 2018. Puntos: 89 Ata Vista Premium Estate Torrontés 2015 Alta Vista, Cafayate, Salta $ – $$ – $$$ -$$$$ Si bien el 2016 ya está en las góndolas, este Torrontés está pasando por un gran momento. De aromas y paladar maduro, con mucha frescura floral y algo de frutas tropicales maduras. Se mantiene vivo, con su paso bien seco aunque algo untuoso, y con la intensidad de sus sabores que prolongan el final, resaltando mucho su tipicidad. Puntos: 88 Single Vineyard Temis Malbec 2011 Alta Vista, San Carlos, Valle de Uco $ – $$ – $$$ -$$$$ Un Malbec con todas las letras que delata su juventud. Ostenta un muy agradable carácter varietal, con cierta madurez rodeada de notas de crianza. Con fuerza y buen volumen, y taninos incipientes que conforman una textura vivaz, equilibrando ese toque algo licoroso que surge en el final de boca, y que habla de un estilo interpretando un lugar. Beber entre 2017 y 2021. Puntos: 90 Alto 2010 Alta Vista, Mendoza $ – $$ – $$$ –$$$$ Blend Malbec y Cabernet Sauvignon de los viñedos más antiguos, criado entre 14 y 18 meses en barricas nuevas de roble francés. De aromas compactos y paladar franco. Expresión austera y firme, con taninos que aún se hacen sentir. Es de esos vinos que necesitan tiempo en la copa. Así suelta sus tonos especiados y se aprecia bien su paso jugoso y fresco. Esto es lo interesante en este vino, hay madurez con frescura, y menos peso que en anteriores cosechas. Su profundo final de boca se dirime hoy entre la fruta y el roble, pero es evidente que tiene mucha vida por delante, y podrá desarrollar más complejidad. Beber entre 2017 y 2025. Puntos: 92 Alto 2006 (Magnum) Alta Vista, Mendoza $ – $$ – $$$ –$$$$ Sus aromas no han perdido fuerza, son compactos pero con cierta delicadeza. La crianza asoma leve por sobre la fruta, pero hay un carácter que se aprecia. De paladar franco, poco profundo pero muy equilibrado. De estilo classy (fruta madura con frescura actual), con una complejidad y elegancia muy de Malbec. Se percibe un estilo definido de gran vino argentino que no cambia por las modas, sino sólo por los cambios climáticos de cada cosecha. Beber entre 2017 y 2022. Puntos: 92