El futuro ya llegó; a Agrelo Fabricio Portelli 09/06/2024 Incio, Notas, Vinos Notas 230 La entrada de Anaia es parecida a la de muchas bodegas. Pero una vez atravesado el portón y recorrer las calles entre parcelas, se llega al estacionamiento. Y a partir de ahí, parece otro mundo. No por el paisaje, claro está, porque la Cordillera está siempre ahí. Pero todo lo que se ve llama la atención, por su diseño futurista, pero totalmente integrado al paisaje y el entorno natural. Anaia es además una gran noticia para la Primera Zona, porque la gran mayoría de las últimas aperturas se dio en el Valle de Uco. Una región con mucho potencial, tanto en vinos como en enoturismo, que se ha logrado desarrollar desde fines del siglo pasado gracias al riego por goteo. Su auge opacó a la Primera Zona, al menos durante las primeras dos décadas del nuevo milenio. Pero por suerte, muchas bodegas tradicionales reaccionaron, apostando por la experiencia de sus viñas. Y con una nueva visión e interpretación del lugar, comenzaron a aparecer vinos más frescos y con mucho carácter. Y se sabe, Agrelo es uno de los nombres propios de Luján de Cuyo, y alberga a grandes bodegas. Allí eligieron comprar Patricia Serizola y su marido, Osvaldo del Campo, asesorados por Héctor Durigutti, que los conocía muy bien. Fue tanto el empeño de ambos, pero principalmente la fuerza de ella que, en menos de diez años, Anaia ya está considerada como una de las bodegas más importantes de Mendoza. No por tamaño, sino por todo lo que significa y ofrece. Haber logrado tanto en tan poco tiempo, tiene nombre y apellido; Patricia Serizola. Porque solo una mujer tan apasionada y convencida por lo que estaba haciendo, pudo haber logrado lanzar sus vinos, crecer, cambiar y ver su sueño hecho realidad. Nunca le importó no saber, le importaba aprender, escuchar y ser parte de todo, una mujer con mucha fuerza. Su legado está en todos los detalles de la bodega, Anaia es Patricia. Pero para llegar e este presente, la bodega pasó por un período de transición, ya que Héctor Durigutti no se podía hacer cargo de los vinos, por tener su propia bodega. Así fue como Gonzalo Serrano Alou llega en Enero del 2021. Hoy, Gonzalo es el Director de Operaciones de la bodega y maneja a las 24 personas que forman parte del equipo, tanto en viñedos, bodega, administración, turismo y el lodge. La propuesta de Anaia se va consolidando desde los vinos, al tiempo que es un modelo de cómo se debe hacer en emprendimiento vitivinícola en la Argentina. Porque no le falta nada, la apuesta es completa, viñedos y bodega, pero además un lodge de 6 habitaciones, ideal para retiros de trabajo o escapadas en familia o amigos. Un lujo moderno, diseñado por el arquitecto Gabriel Japaz y la interiorista Luis Yanzon, ambos premiados por lo que hicieron en Anaia. Además, la bodega tiene a Silvina Milaner como responsable de comunicación y marketing. Ella conoció muy bien a Patricia, y está muy comprometida con su legado. Eso explica también que Anaia sea sede de diversos eventos e importantes acontecimientos corporativos. Allí, el futuro se encuentra con el pasado, porque el lugar siempre estuvo allí, lo mismo que La Cordillera. Y haber levantado un spot digno de visitar, respetando el lugar, aportando confort y creando diversas propuestas para los turistas, es la mejor manera de difundir sus vinos. De la bodega Anaia es una de las nuevas bodegas más impactantes de la Argentina, enclavada en el corazón de la Primera Zona, posee una estética única que llama la atención. Son dos edificios, además de la bodega moderna y pensada para la accesibilidad de todos, está el Lodge; la Casa Anaia. Separados por dos espejos de agua y unidos por un puente, todo rodeado de sus 72 hectáreas de viñas. En la bodega, el área de turismo está totalmente pensada para vivir una experiencia única. Allí, luego de un breve recorrido panorámico, que en ningún momento interrumpe el trabajo en bodega, se puede ver el área de elaboración con los “mates” de concreto como grandes protagonistas. Son vasijas de forma original diseñadas por Osvaldo del Campo, propietario de la casa, que en su diseño completo incluyen motores para que se muevan y así trabajar mejor el sombrero. Luego se pasa por la sala de barricas, que, si bien no es muy grande, es prolija e impacta porque cada barrica tiene un QR code. Con esos, Gonzalo Serrano Alou puede pasar en cualquier momento por cada barrica, leer el código y saber no solo qué vino está en la barrica sino todos los trabajos que se le han hecho hasta el momento. Y, es más, si quiere que se le haga algo especial a esa barrica, lo anota en su celular, lo sube a la ficha técnica, y su equipo ya sabe qué debe hacer. Un sistema muy moderno que sirve para eficientizar los procesos y para que las personas pongan más foco en la percepción de los vinos. El recorrido sigue por la estiba, una sala oscura con una imponente mesa para degustaciones privadas. Y culmina en la sala de degustación con vista panorámica al viñedo, los lagos y la montaña. Claro que antes se pasea por el viñedo, se visita la Casa Anaia, si es que no está ocupada, y se sube al mirador. Desde allí se puede apreciar la inmensidad de Agrelo y su paisaje, coronado por la Cordillera de los Andes, y entender por qué se llama Primera Zona. Y por qué hay tantos nombres importantes allí instalados desde hace varias décadas. Del hacedor Gonzalo Serrano Alou llegó a la bodega en Enero 2021, pero desde entonces tuvo que comunicar los vinos de la casa, aunque él tenía otra visión. Hoy, dos años después, algunos de sus vinos empiezan a salir al ruedo, demostrando que su interpretación del lugar era la más adecuada para mostrar el lugar y así consolidarse como una de las bodegas referentes de Agrelo. Porque si bien está rodeada por varias de nombres mucho más famosos, esas bodegas hacen vinos de diferentes regiones, pero Anaia no, solo elabora vinos de uvas propias y de los viñedos que rodean la bodega. Gonzalo trabaja con Emiliano Caetano, uno de los mejores ingenieros agrónomos jóvenes. Ellos trabajaron juntos en Bodegas Bianchi. Emiliano es un apasionado de lo que hace y vive cerca de Agrelo, y Gonzalo lo convenció de volver al ruedo, porque se había ido de la industria por tener que hacerse cargo del negocio familiar. En Anaia son 24 personas en total. En bodega junto a ellos dos trabaja con Oscar, que además es el gran asador del equipo, César y dos operarios más. Para Gonzalo “el equipo es lo más importante que tiene Anaia”. Se nota que disfruta mucho lo que hace, y uno de los grandes momentos que el vino le regaló fue haber recibido a Marcelo Gallardo, ex técnico de River, en la bodega y degustar vinos junto a él. A Gonzalo le gustan los vinos limpios, que expresen fruta pura y frescura, “arrancas el partido ganado”, dice, mientras explica como hace para mantener limpias todas sus vasijas, especialmente las de cemento, para evitar las típicas contaminaciones que hoy abundan. Y si bien a muchos puede no molestarles y hasta gustarles, lo cierto es un defecto, algo similar a lo que pasaba con el aceite de oliva hacia fines de los noventa que se consumía atrojado. Gonzalo es perfil bajo, pero en solo tres años ha logrado plasmar mucho de lo que él considera, es el mejor camino. Siempre con la coherencia como bandera, buscando ajustar cada uno de sus vinos para que se expresen de la mejor manera, en función a la búsqueda en cada línea. De los vinos Esta pequeña y moderna bodega cuanta con seis líneas de vinos. El tinto de Agrelo es un vino joven de entrada de gama. Anaia, la segunda línea, es en la que se busca la tipicidad varietal de Agrelo, y los vinos fermentan y se crían en concreto. En la misma se destaca el Sauvignon Blanc que con su cosecha 2024 que está al llegar, demuestra ser otro buen exponente blanco de la zona, porque ofrece un equilibrio actual con el carácter del lugar, es decir frescura con volumen. En el Anaia Malbec 2023, también se nota un perfil nuevo que va evolucionando. Le sigue la línea Gran Anaia, con un rosado que llama mucho la atención. Porque el Gran Rosé es un blend de Malbec y Syrah que salió en 2023, y que este año duplica la cantidad. Con un toque más de Syrah y más filoso, pasa de 4400 a 8800 botellas, reflejando su éxito. “Se empieza cosechando muy temprano”, explica su hacedor. Esto explica la frescura y su mayor sutileza respecto del 2023. La línea la completan el Gran Anaia Malbec y el Gran Anaia Cabernet Sauvignon. Los 2022 de ambos muestran más concentración, se vinifican en concreto y luego se crían en madera por al menos 12 meses. En esta línea también están el Cabernet Franc y el Viognier del cuál muchos están hablando. De todos ellos se puede decir que hay un respeto por el carácter de lugar y un estilo buscado en su interpretación. Son jugosos, con volumen y frescura, y sus mensajes no son obvios, son rosado, blanco y tintos de Agrelo que han salido de su zona de confort y dejan pensando. Todos reflejan muy bien la búsqueda de Gonzalo y Emiliano, que parte del punto de cosecha, la limpieza y la poca intervención. Luego vienen los Grand Assemblage, la línea de corte de la casa, uno a base de Malbec y el otro de Cabernet Sauvignon, ambos 2022 y del cual solo se hacen 4000 botellas de cada uno. Acá se nota bien que los Malbec necesitan más juego y dedicación para lograr una identidad propia, mientras que los Cabernet Sauvignon tienen una personalidad más definida del lugar. Le siguen los Disruptivo, con el Pinot Noir como gran apuesta, sobre todo por la zona y el desafío que implica. La 2023 es la tercera cosecha, “es un vino que disfruto mucho hacer y el que más trabajo me lleva, pero le agarré cariño a la variedad”. Degustado en la bodega y con varios meses de estiba por delante antes de llegar al mercado, demuestra que ha mejorado respecto del 2021 porque se nota la búsqueda. Con más tensión, no quiere ser un Pinot Noir apoyado solo en la fruta, sino en la parte terrosa, más allá que la crianza quiere jugar. “Tiene sabores complejos que necesitan acomodarse en la copa”, afirma el enólogo. Si lo logra, rápidamente se va a posicionar como el gran exponente de Agrelo. Y la propuesta de la casa se cierra con el Oblivion, un gran Cabernet Sauvignon. Gonzalo la siente como su bodega, y si bien todo pasó muy rápido, no se la cree. Solo está enfocado en hacer vinos coherentes en uno de los mejores terruños argentinos y en una de las bodegas más lindas, con todos los chiches. Suena lógico que todo el potencial que eso significa, empiece a hacerse realidad en las copas. Anaia Malbec 2023 Anaia Wines, Agrelo, Luján de Cuyo (aún no llegó al mercado) Sus aromas son bien afrutados con dejos vegetales. De paladar fresco, hay algo frutas negras, pero ganan los vegetales. Con taninos casi firmes que dan carácter. Hay tierra seca y jugosidad en su trago limpio y consistente. Mucha expresión para un Malbec joven, y eso habla que cada vez mejor empieza a reflejar su origen. Beber entre 2024 y 2026. 90,5 Puntos Anaia Gran Viognier 2023 Anaia Wines, Agrelo, Luján de Cuyo ($$$) Un blanco amplio y fragante, con aromas florales y de frutas blancas. De paladar envolvente y con buena frescura que resalta ciertas texturas vibrantes que equilibran su importante paso por boca. Es un blanco con carácter y persistencia fresca, con suaves tonos de crianza. Beber entre 2024 y 2026. 91,5 Puntos Anaia Gran Rosé 2024 Anaia Wines, Agrelo, Luján de Cuyo (aún no llegó al mercado) Blend de Malbec y Syrah en el que se nota su paso más refrescante. De aromas equilibrados y un carácter frutal limpio, con nervio y buen volumen. Con cuerpo y presencia, hay carácter un de Agrelo con frescura en este rosado con presencia e ideal para lucirse en la mesa. Beber entre 2024 y 2026. 91 Puntos Anaia Gran Malbec 2022 Anaia Wines, Agrelo, Luján de Cuyo (aún no llegó al mercado) Malbec de buen cuerpo, hay frutas negras y dejos de especias secas. No es muy profundo, pero sí de ataque fresco, con leves dejos resinosos de la crianza. Amable en su final de boca, con la crianza que matiza los típicos dejos vegetales que hablan del lugar. Su cuerpo es jugoso y sus taninos consistentes. Beber entre 2024 y 2027. 91,5 Puntos Anaia Grand Assemblage Malbec 2022 Anaia Wines, Agrelo, Luján de Cuyo (aún no llegó al mercado) Aromas expresivos y equilibrados, con dejos de frutas rojas y algo de cedro. Hay fluidez con consistencia, trago mordiente fino, con taninos incipientes. Muy buena frescura, concentrado, pero sin peso, y bien de primera zona. Un blend muy bien logrado y con gran potencial. Beber entre 2024 y 2029. 93 Puntos Anaia Grand Assemblage Cabernet Sauvignon 2022 Anaia Wines, Agrelo, Luján de Cuyo (aún no llegó al mercado) Aromas de buena tipicidad, tanto de la variedad como del lugar, con dejos vegetales y notas a frutas negras. También comienzan a aparecer ciertas notas complejas de la crianza. Su paladar es franco, fresco y con buen potencial. Hay un carácter austero y unos taninos firmes que le aseguran un gran potencial. Beber entre 2024 y 2029. 93,5 Puntos