Willy y Pablo empezaron a trabajar con pequeños productores allá por 2004. Ya pasaron más de una década haciendo vinos juntos y su relación va más allá de lo profesional. Guillermo Banfi es un joven bodeguero del siglo XXI, que se afincó en los Estados Unidos decidido a conquistar el mercado con sus vinos Sur de los Andes. Por su parte, Pablo Durigutti es un enólogo de perfil bajo pero de alto renombre, quizás más conocido por el andar de su hermano Héctor, pero ya tiene tantos vinos con su sello en el mercado que se ha ganado su propio lugar.

La dupla viaja mucho y, sobre todo, escucha al mercado. Para todos los vinos trabajan en los viñedos para diferenciar la calidad, con rendimientos de dos hasta cuatro plantas para lograr una botella. Uno de sus vinos más vendidos es el Premium Blend, mitad y mitad de Malbec y Cabernet Sauvignon. De Agrelo viene el Malbec, mientras que el Cabernet Sauvignon es de Tupungato.

Pablo es el creador dentro de la bodega, siempre en busca de cosas nuevas y de algún perfil nuevo para la Argentina, de vinos menos concentrados y menos maderosos, más elegantes en nariz y tomables, y a la vez menos golosos. Con ese concepto realizó una elaboración tradicional con el Malbec, alguna maceración en frío, fermentando con levaduras autóctonas. Al Cabernet Sauvignon lo fermentó con raspón y algunos cuidados para no pasarse con los taninos. Trabajando muy bien la viña, confiesa que hoy se piensa más en el viñedo que en la elaboración. Para el enólogo “normalmente los Cabernet Sauvignon aportan algo maduro y piracinas, pero el raspón aporta grafito en la elaboración, y no son de gran concentración de color. Por el raspón los granos quedan intercalados en el sombrero y no se pueden hacer remontajes, deben entrar y pisarlo. Es por ello que el mosto no tiene tanto color pero sí mucho aroma. Luego se produce una segunda fermentación de los granos que quedaron enteros y con ella se obtiene más color y concentración y se termina haciendo un blend de ambos. “Queremos darle mas tiempo en botella aún en la bodega”, afirma el enólogo al presentar la cosecha 2010 que está en el mercado. Desde 2005 vienen probando diferentes vinificaciones, para encontrar alternativas ya que en los Estados Unidos cansó un poco el Malbec concentrado y con madera, según Guillermo Banfi. “Por eso estamos buscando otra cosa, como blends con maderas alternativas de segundo y tercer uso.

Willy lo conoce muy bien porque ha participado activamente en el desarrollo de dicho mercado, el más importante para el vino argentino. El 90 % del vino nacional que se vende en Estados Unidos es de menos de 15 dólares la botella, y su Blend está en u$s13.99 y su Cabernet Sauvignon Gran Reserva en u$s 19.99. “El consumidor arranca en una franja de precios y hay que estar ahí con calidad, al revés de lo que se hace en la Argentina donde se puede jugar más con el precio” explica Willy. Y agrega, “es interesante el concepto de góndola, acá se mueven los segmentos y si te quedas te asocian con la baja calidad, mientras que en Estados Unidos es un entorno estable y por eso no aceptan los aumentos”. El americano es un mercado de 350 millones de cajas de 12 (precio promedio de37 dólares y 3.2 por botella) de los cuales el 70% es de producción local (Gallo, Constelation y Wine Group manejan el 50%), y del 100 % del vino importado la Argentina representa solo el 7%, y 1 millón de esas botellas pertenece a una sola marca. “Una cosa es derramar prestigio y otra cosa es tener vinos de prestigio para poder vender gran cantidad de vinos más económicos” advierte Guillermo.

El bodeguero sostiene que aquí el consumidor sigue el precio y no la etiqueta, y que eso atenta contra la fidelidad más allá de la diversidad, obligando a tener más surtido solo para satisfacer la demanda. En todo este tiempo se nota que Willy ganó mucha experiencia comercial, y busca mas calidad en sus vinos para satisfacer a sus consumidores globales.

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Los vinos de Sur de los Andes

Por el momento solo el 5 % de la producción de la bodega se queda en el país, pero la idea es aumentar la participación para lograr un mayor reconocimiento de marca. Para Pablo Durigutti, quién además hace los vinos en su propia bodega (Familia Durigutti) y en Lamadrid, el 2016 ha sido un año excelente en calidad pero no en cantidad, y advierte que se está monopolizando el tema de los viñedos, y que se va a terminar regulando el precio de la uva a favor de unos pocos, los más grandes.

Por ahora producen un Malbec entry label de $140 que es la novedad de la casa y un Malbec Reserva a menos de $190. El Sur de los Andes Premium Blend a $190, el Cabernet Sauvignon Gran Reserva a $290 y el Malbec Infinito a $450; en total conforman una producción de 200.000 botellas al año.

Además del Premium Blend, Pablo Durigutti presentó su Cabernet Sauvignon Gran Reserva, elaborado con un 30% de uva de Tupungato, un 30% de La Consulta y un 40% de Agrelo. “Acá el Cabernet se trabaja distinto porque necesito mas elegancia”, confiesa el joven enólogo, ya que para barricas nuevas se necesita otra cosa, quiere la mayor complejidad de esas barricas en sus vinos. El rendimiento para este vino es de 3 plantas por botella. Es más concentrado y lo elabora con un 10% de raspón usando un 80% de barricas nuevas. Pablo aporta datos muy interesantes, “en el acero hay una carga eléctrica y hay cierto stress, por eso el vino se limpia mucho mas lento que en la pileta de cemento”, o “los sondas (por los vientos) revolucionan los vinos”. Son sólo algunas de las complicaciones diarias que los hacedores deben enfrentar para lograr embotellar placer.

El Infinito Sur de los Andes Malbec 2010 es el vino top de la casa, elaborado a partir de viñedos viejos, plantados en alta densidad (7500/8000 plantas x ha). Está compuesto por Malbec (97%) y un toque de Cabernet Franc, implantado en el típico viñedo viejo mendocino. Acá la dupla busca salir del Malbec tradicional, se elabora en dos sistemas. Con barrica abierta fermenta en la de 225 l, y en la barrica de 500 l, y el vino vuelve a criarse en su tonel de origen. El rendimiento es de casi 4 plantas por botella, y se nota que es un vino a gusto y semejanza de Pablo, porque se emociona al describirlo. Con este nombre tan impactante, en las cosechas venideras el enólogo debería patear más el tablero, siempre respetando su gusto por los vinos de buen cuerpo, paladar contundente y con presencia de buena madera.

El paso más difícil ya lo ha dado Sur de los Andes, hacerse de un lugar en el mercado. Ahora que el negocio camina en base a la calidad deben empezar a apostar más por sus marcas a partir del diferencial que les puede permitir la vitivinicultura. Los conceptos los tienen muy claros pero los vinos siguen siendo muy maduros, más como los de antes; siempre hablando de este siglo. Tienen equipo y un estilo elegido por su wine maker. Ahora deben jugar más en bodega para aggiornarse y llegar con vinos más jóvenes sin perder equilibrio, y dejar de lado la madurez y la concentración, para conquistar más paladares.

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Sur de los Andes Premium Blend 2010

Bodega Sur de los Andes, Mendoza $190

Elaborado con Malbec de Agrelo y Cabernet Sauvignon de Tupungato en partes iguales. De buena fluidez y frescura, con agradable fruta. En boca se sienten los taninos incipientes y ciertos dejos herbales. Bien logrado, fresco y ágil, no muy intenso y algo mordiente, con la torrefacción justa que asoma sobre el final. Es un tinto agradable y prolijo que sorprende su vitalidad con seis años de vida. Beber entre 2016 y 20218.

Puntos: 88

 

Sur de los Andes Gran Reserva Cabernet Sauvignon 2010

Bodega Sur de los Andes, Mendoza $290

De aromas equilibrados, algo classy y cálidos. Con cierto agarre y sabores armónicos. Fruta algo madura, con buen volumen pero poca profundidad. Algo láctico en su carácter, con taninos finos pero algo firmes. Paladar franco, buen cuerpo, y con su concentración domada por el tiempo. Dejos herbales finales, es un tinto clásico bien vivo y austero, que ostenta una fresca madurez. Beber entre 2016 y 2020.

Puntos: 90

 

Infinito Sur de los Andes Malbec 2010

Bodega Sur de los Andes, Mendoza $450

Elaborado con uvas de Las Compuertas (70%) y La Consulta (30%), es intenso y gana la madera. De paladar firme, denso y negro, con los ahumados casi cárnicos que le ganan a la fruta madura y algo licorosa. De paladar franco, muy concentrado en ataque y final compacto. De buena frescura pero muy ahumado, jugoso y con taninos incipientes, la profundidad está dada por la concentración y su potencia. La estiba puede afinarlo un poco pero la evolución ya se siente en sus aromas y sabores. Beber entre 2016 y 2018.

Puntos: 88