Con más de 150 años de trayectoria haciendo vinos de la más alta calidad, Graffigna es parte de la historia del vino en nuestro país y fundante de una cultura que creció y se expandió con nuevos consumidores ávidos que se acercan al mundo del vino en busca de nuevas experiencias de consumo.

La bodega sanjuanina  fue fundada en 1870 por el inmigrante italiano, Santiago Graffigna, que con visión y vocación plantó los primeros viñedos de la zona, convirtiéndose de esa manera en la bodega más antigua de San Juan y la tercera más histórica de Argentina. Actualmente sus vinos son tan aclamados en el mercado argentino como el internacional con presencia en países como Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y recientemente en Japón.

Sus diferentes etiquetas tienen un sello que los identifica a través de los años. Graffigna se caracteriza por ofrecer vinos con carácter, audaces y elegantes que expresan la tipicidad de cada uno de los varietales que componen su portfolio. Su jefe de enología, Fernando Mengoni, reconoce que la bodega ha logrado su vigencia a través de la historia de vitivinicultura, gracias a una filosofía enológica original que pone en el centro al varietal, y a partir de allí pudo la bodega aggiornarse con el paso del tiempo para incursionar en nuevas formas de “hacer” el vino, que le permitieron conquistar nuevos paladares.

“Los vinos de Graffigna son muy valorados por los consumidores, tanto en Argentina como en el exterior, por ofrecer siempre más de lo que valen. Trabajamos centrados en la calidad de la uva y es por eso que la bodega está en constante búsqueda de la mejor materia prima con uvas provenientes de Valle de Uco, Mendoza y viñedos de Cañada Honda en San Juan,  la mejor tecnología a disposición y las instalaciones de su bodega, para elaborar vinos audaces, con la insignia de Graffigna en cada detalle“ asegura Fernando Mengoni.

A través de los años la centenaria bodega se mantiene a la vanguardia de la industria y su actual portfolio ofrece vinos con un estilo audaz, expresivo y amigable que convoca a nuevos consumidores. “Para lograr este objetivo decidimos darles más protagonismo a los matices frutales y a las características florales de cada variedad y utilizar al roble como un detalle que nos permita aportar complejidad ” explica Mengoni.

Una de las claves está en el proceso de selección de las uvas para cada una de las líneas. Mengoni junto a su equipo de enología  se enfocan en cosechas más tempranas para asegurar la frescura y los matices florales. Luego, en una segunda cosecha, definen el perfil  de fruta negra. Otras de las decisiones estratégicas de la bodega fue la de optar por disminuir el trabajo con el roble, para así lograr aumentar la genuinidad, dando paso a vinos más amigables, expresivos y elegantes.

El resultado se aprecia en las líneas Genuine Collection con el Chardonnay, Cabernet Sauvignon y Malbec, todos con un perfil fresco de tipicidad definida y un carácter ideal para situaciones de consumo simples, cotidianas y el Glorious Selection con un Malbec y un Cabernet Sauvignon, con un estilo de vinos sobrios con mayor concentración frutal.

El portfolio de Graffigna ha mantenido su identidad, elegancia y vigencia, a través de los años que le permitió estar presente en la mesa de los argentinos por más de un siglo, y a su vez, abrirse camino a mercados internacionales. La bodega supo conservar su filosofía única de vinificación enfocada en producir las cepas más emblemáticas del país afianzando el patrimonio de esta pasión argentina, elaborando vinos audaces que transmiten una historia de excelencia de más de 150 años.

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