Contra las modas; a favor del vino Fabricio Portelli 13/02/2018 Notas, Vinos Notas 2589 Desde sus inicios, Kaiken fue una bodega que trazó su propio camino. Es cierto que corría con la ventaja de la experiencia de Aurelio Montes, el referente chileno, más allá de haber nacido gracias al Malbec y su potencial. Pero después de cumplir 15 años sus vinos confirman que no se inspiran en las modas, sino más bien en sus terruños y en sus visiones. Con Rogelio Rabino al mando del equipo enológico desde hace varios años, la bodega se animó a patear el tablero hacia fin de año lanzando dos etiquetas. Un vino que pocas bodegas se animan a elaborar, pese a la nobleza del cepaje, y un blanco de precio accesible cuando la mayoría sigue apostando por los de alta gama. Se trata del nuevo integrante de la familia Ultra, hasta ahora compuesta por los pioneros Malbec y Cabernet Sauvignon (los primeros vinos de la casa allá por 2002), y un Chardonnay. Un Merlot 2016. Sí, un Merlot; ese varietal que es protagonista del segundo vino más caro del mundo, pero que por una jugada hollywoodense (por la película Sideways) pasó sin escalas a un quinto plano. Tal fue así el impacto en los mercados del mundo que muchas bodegas locales injertaron cepas de Merlot con Malbec. Por otra parte, si bien la bodega no es tan reconocida por sus blancos, Rogelio apostó por un vino económico en la línea Estate. Un blend de Sauvignon Blanc, porque es una de las variedades que más conoce, y Semillón, porque le gustó al enólogo y porque es un cepaje flexible al momento de la cosecha. Este blend 50/50 de la ex línea Reserva (ahora se llama Estate) proviene 100% de Agrelo, y posee solo12,5 grados de alcohol. “La idea es que invite a seguir tomando” dice su autor, quién agrega que se paró la fermentación con 3,5 gr az/l para hacer su final más amable. Este blanco bien al estilo bordelés ya está a la venta a un precio sugerido en vinotecas de $180. Pero ese miércoles 13 de Diciembre Rogelio voló a Buenos Aires por el día para presentar su nueva gran creación; el Kaiken Ultra Merlot. Fue un almuerzo distendido pero bien planificado en Las Pizarras, uno de los mejores Bistró de autor de la ciudad, a metros de Plaza Italia, donde su chef-propietario (Rodrigo Castilla) cocinó para la ocasión. Rogelio viene trabajando desde 2014 en un viejo parral de 76 años de Vistalba, sobre el cono aluvional del río Mendoza, en el viñedo que rodea a la bodega. Cuenta que es una variedad fisiológicamente difícil porque no le gustan las altas temperaturas, y con un estilo docente y accesible explica que a más de 30 grados el Merlot deja de hacer la fotosíntesis porque cierra sus estomas, y se complica su madurez. Pero en Vistalba y en parral el racimo está más cubierto, y la parada de la biosíntesis no se realiza. Vistalba, por estar en el codo del río Mendoza, es una zona muy templada, de suelos aluvionales y de muchas capas. En 2014 se animaron a hacerlo por separado, pero con la sinceridad que lo caracteriza confesó que en 2015 le pifió en el punto de cosecha, y las uvas se pasificaron. Por suerte en 2016 le salió bien y ahí convenció a todos con su flamante vino. Tarea nada fácil teniendo en cuenta que en el equipo hay dos expertos chilenos que conocen muy bien al Merlot, como son Aurelio Montes padre e hijo. Antimoda, pro-vino Con el hashtag #kaikenbancaalmerlot Rogelio busca devolverle al varietal la nobleza perdida. Confianza le sobra, y también los resultados lo avalan. “Estamos en las antípodas; cuando todos apuestan por los vinos caros, salimos con un vino barato; en general las ventas de las bodegas están caídas pero nosotros vendemos cada vez más; y nadie quiere vender Merlot pero nosotros salimos con el Ultra Merlot”, se entusiasma el enólogo. Claro, es el mejor año en la historia de Kaiken por varias razones. Es una de las pocas bodegas medianas que certificaron las normas de calidad ISO9001 versión 2015 y HACCP, que les permite demostrar su compromiso con la inocuidad alimentaria. Por otra parte, crecieron por tercer año consecutivo en ventas, tanto locales como en exportaciones. Un logro poco usual en estos tiempos. La prestigiosa revista Wine Spectator eligió al Ultra Malbec entre los mejores vinos del año, y la revista Decanter destacó al Mai 2014, el Malbec top de la casa. Actualmente tienen muchos proyectos de plantaciones nuevas y una ampliación de bodega, lo cual confirma que van a seguir invirtiendo en la Argentina. Se vendieron 220.000 cajas de 12 a un promedio 50 dólares, más del 20% que el precio promedio; y en 2016 se habían vendido 168 mil. “Somos una bodega con poco pasado y buen presente, pero con un gran futuro”, acotó Jorge Muñoz Olesti”, director de la distribuidora del grupo. Ultra es quizás la línea que mejor representa a Kaiken. Actualmente se hacen 350 mil botellas del Malbec, 110 mil del Cabernet Sauvignon y unas 30 mil del Chardonnay. El Kaiken Merlot Ultra ($350) debutó con 6100 botellas y por más éxito que tenga no va a poder crecer mucho porque es lo que da el viejo parral. Es un vino que pasó 100% por barricas nuevas, de segundo y tercer uso, y tiene un toque (7%) de Cabernet Franc para resaltar la frescura en el final de boca. A Rogelio le gusta mucho hablar de las cosechas; 2014 y 2015 fueron y lluviosas. La 2016 fue extra ordinaria y más fresca, mientras que la 2017 es más seca y cálida pero sin llegar a niveles excesivos. Al explicar el vino, Rogelio afirma que el Merlot llega fácilmente a los 14, 14,5 grados, con menos taninos verdes y más fruta con notas balsámicas. Desplegó tres cosechas para degustar y poder entender mejor al varietal; la 2014 que fue experimental, la 2016 que es la que se lanzó, y una versión 2017 de Merlot puro que será la base del vino que viene. Kaiken es una bodega que elabora 4 millones de kg. de uva y hay que asegurarse que las fermentaciones se den sin sobresaltos, por eso no utilizan tanto levaduras indígenas. “Depende de cómo ingrese la uva; lo más importante de hacer vino es la uva, lo demás aporta poco”, asegura el enólogo. Recuerda que tuvo que hacer un trabajo de hormiga con los Montes para convencerlos. Y si bien aún no hay un estilo marcado de Merlot argentino según Rabino, reconoce que hay buenos ejemplares en La Patagonia. Y es cierto, son pocos pero muy buenos los exponentes de Merlot argentinos cuando se lo concibe respetando su estirpe. Siempre será más amable y suave que un Cabernet Sauvignon, más austero que un Malbec, y con la elegancia de un Pinot Noir aunque con más cuerpo. Y si el problema “comercial” del Merlot para muchos bodegueros está en el nombre, deben recordar que de Merlot a Merlove hay un paso, y de sus vinos depende. Degustando vinos de Kaiken Kaiken Brut (corte 2014) $350 Espumoso con frescura tensa y paladar equilibrado, burbujas finas y persistentes, y un carácter más frutal que de levaduras. De paladar armónico y fresco, con buena fruta blanca evidente pero ciertas pretensiones en su estilo. Puntos: 88,5 Kaiken Estate Sauvignon Blanc, Semillón 2017 $180 De aromas bien intensos y directos, con notas de frutas blancas. Paladar refrescante, simple y directo, con cierta tensión. También es franco y muy frutal, bien amable pero equilibrado por la frescura, joven y vivaz. Ideal para beber por copa o servir en la mesa con pescados y frutos de mar. Puntos: 88,5 Kaiken Ultra Merlot 2014 (no se comercializa) Elaborado con levaduras indígenas, de aromas intensos y frescos, con un carácter algo vegetal. De buen cuerpo, con agarre y cierta consistencia, y la madera bien integrada, pero los taninos son más del roble. Hay una madurez que se nota en el vino, de buen volumen con fluidez, franco y algo persistente, con la madurez que lo domina. Hay cierta seriedad en este tinto, con frescura atractiva, pero más classy que moderno. Puntos: 89 Kaiken Ultra Merlot 2016 De aromas intensos pero equilibrados en su carácter. De buen volumen y agarre, más de estilo bordelés y menos argentino clásico por su paso fluido y fresco (se nota el toque de Cabernet Franc). La fruta y las especias conviven con la madera que se está integrando, aunque por ahora le aporta algo goloso y cálido que lo hace más comercial. De paladar vivaz y vibrante, necesita más botella para desplegar mejor esa vuelta de rosca que se nota, tiene en el final de boca. Puntos: 90 Kaiken Ultra Merlot 2017 (aún no se comercializa) Acá está el Merlot (puro por ahora), con agarre firme pero fino, y la fruta roja y fresca pero a la vez austera. Un buen exponente varietal, cerrado y franco pero con más delicadeza que el 2014 y 2016. La textura y la fluidez están muy bien logradas, y el carácter es frutal y especiado, ni tan comercial como el 2016 ni tan classy como el 2014. Bien bordelés, joven pero tomable, expresivo, con fineza y mucho potencial. Puntos: 91,5 Obertura Cabernet Franc 2015 Proviene de Los Chacayes y crece en vaso, a razón de 10.000 plantas por ha. De aromas intensos, con notas más maderizadas que en la cosecha 2014. De buen volumen, paso consistente, dejos herbales marcados, y muy amable en su carácter franco. Con taninos finos, buena fruta y los ahumados dulces de la crianza que se sienten en su fresco final de boca. Es el vino preferido de Rogelio Rabino por la mineralidad que siente, y no utiliza barricas nuevas sino de 3er y 4to uso ya que no cuenta con tanques chicos para elaborar los 4500/5000 l. Puntos: 91