Bodegas San Huberto tiene viñedos y bodegas, y produce vinos en Argentina y en China (en la localidad de Huailai, ciudad ubicada a 100km al norte de Beijing).
Aquí poseen una bodega en Mendoza, en el distrito Vistalba de la localidad Lujan de Cuyo y otra en La Rioja, tercera provincia productora de vinos, con 7.450has de vides. Cerca de Anillaco, en el corazón del Valle de Aminga, se encuentra la bodega (la segunda más importante de La Rioja) con una capacidad de 5millones de litros, y una superficie plantada de 200 hectáreas, cuyas principales variedades son: Malbec, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, Merlot, Syrah, Cabernet Franc, Bonarda, Chardonnay, Torrontés, Chenin, Sauvignon Blanc, Viognier, Moscato Giallo. Sus tres fincas están situadas en el Valle de Aminga (latitud Sur 28º), Departamento Castro Barros, sobre suelo franco arenoso, clima seco, escasas precipitaciones en el año, moderados vientos, gran amplitud térmica, amplia luminosidad y 1450 mt. de altura sobre el nivel del mar.

La bodega lanza al mercado su nueva línea de vinos, Nina Natural, conformada por tres blends (Tinto, Blanco y Rosado). Si bien en la Argentina aún no existe una legislación ni protocolo de vinos naturales, ellos saben de que se trata la cosa y han estado trabajando durante dos años para poder ofrecer al público un vino que exprese todo lo relacionado con un vino de estilo natural. Es un proyecto que iniciaron en mayo de 2018; un año de tarea entre trabajos de finca y bodega. La primera cosecha es la 2019.

La idea es brindar a los consumidores un vino fresco, con mucha fruta, moderno y juvenil. Su elaboración es el fruto del trabajo en viñedos con el fin de desarrollar una viticultura más cuidada y sustentable, donde la labor de los enólogos en la bodega, con la justa utilización de la tecnología, dan como resultado un “vino más natural”, expresivo, puro y equilibrado.

En la producción y cuidado de las uvas en el viñedo, todas las tareas se hacen a mano, sin uso de maquinaria, y se utilizan productos orgánicos con certificación tanto en fertilización como en tratamientos fitosanitarios y, lógicamente, se riega por goteo, que es la forma más racional de uso y cuidado del agua. La cosecha es manual y en cajas. En la elaboración de estos vinos sólo se utilizan medios físicos e insumos enológicos con certificación orgánica. Y se destaca la fermentación con levaduras indígenas, clarificantes orgánicos y filtración a través de medios inocuos.

Y más allá del suelo, el clima y las variedades, detrás de estos vinos hay personas que forman parte del terroir: Juan Banno (enólogo jefe desde hace 19 años), Julio Alarcón (ing. agrónomo desde hace 18 años) y Mauricio Lorca (asesor enológico externo desde hace 19 años). Todos ellos con gran experiencia y conocimiento del terroir, sus características y sus bondades.

La recomendación de consumo es que enfríen aproximadamente el vino blanco de 6 a 8 grados, el rosado de 4 a 6 grados y el vino tinto de 13 a 15 grados. Actualmente, toda la línea completa de Nina está compuesta por 18 vinos.

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