La cosecha 2019 de Buscado Vivo o Muerto llega con nuevo rostro.

La cosecha 2019 de la línea Buscado Vivo o Muerto acaba de salir al mercado. Y si bien cada nueva añada de un vino es especial, renovando la visión de su equipo de trabajo y la conexión con su público, esta lo es aún más: viene acompañada de un rediseño total de su imagen, a cargo de la artista Lorena Bertolin.

“Cuando encaramos este proyecto, estaba claro que debíamos transmitir la idea de sectores específicos de los cuales provienen vinos excepcionales gracias a una combinación de un excelente terroir y elaboración. Pequeños hallazgos, lugares únicos y singulares. Una curaduría de suelos”, explica.
Buscado Vivo o Muerto nació cuando Alejandro “Colo” Sejanovich y Jeff Mausbach decidieron diseñar vinos a partir de terruños marginales, a menudo olvidados, del Valle de Uco. Recorriéndolo de norte a sur, hallaron suelos singulares y las variedades que mejor los representaban.

Así, redondearon una línea de cinco tintos y cuatro blancos. Los tintos, elaborados mediante co-fermentación, tienen al Malbec como componente central (entre el 80 y el 85% del blend) sumando distintas cepas en cada etiqueta. San Jorge (con uvas de Paraje Altamira) incorpora Cabernet Franc;El Indio (de El Cepillo) Tempranillo y Cabernet Sauvignon; El Límite (de Las Pareditas), Tempranillo y Syrah; El Manzano (de Los Chacayes), Petit Verdot y Cabernet Franc; y La Verdad (de Gualtallary), Cabernet Franc.

Los blancos, mientras tanto, se basan en el chardonnay: El Límite se elabora con uvas de Las Pareditas, Las Tunas proviene de Los Árboles, El Cerro de Gualtallary y La Verdad de San Pablo. Cada una de las particulares expresiones que se logran en estas micro-zonas es reforzada en bodega con diferentes enfoques de elaboración, utilizando combinaciones adecuadas de recipientes de acero, hormigón y madera usada para fermentación y crianza.
En la nueva añada 2019, la etiqueta de cada vino reúne la información básica de su procedencia, mostrándola de manera clara y elegante. Además, dibujos realizados por Bertolin a mano alzada simbolizan su esencia. “La idea era trabajar con dibujos que representaran gráficamente el nombre de cada lugar, dándole identidad a cada selección combinados con ornamentales orgánicos que a su vez se unen en un solo dibujo”, señala.

Así, por un lado se busca la individualidad con los elementos únicos: El Limite con la brújula indicando el extremo sur, El Indio con plumas, San Jorge con el dragón del santo (protector de los agricultores), Las Tunas con la planta, La Verdad con la antigua máscara romana de la Bocca Della Veritá, y El Cerro con el Tupungato.

“Todos estos dibujos están combinados por ornamentales clásicos, que representan lo orgánico entre el lugar y la ‘mano’ del hacedor”, agrega Bertolin. “El dibujo completo, con la unión de todos estos elementos en su ubicación geográfica, conforma una suerte de mapa oculto que representa lo escondidas que están estas viñas únicas y particulares”.

A través de su concepto para Buscado Vivo o Muerto, Bertolin busca que el consumidor perciba la atención al detalle y dedicación, apreciando diferentes detalles que en una segunda lectura transmiten ese cuidado en todo el proceso. “Desde la selección del papel hasta los acabados y detalles en los dibujos y textos, se busca que la experiencia sea sensorial y de carácter meticuloso. En cada una de estas selecciones se aporta mucha información del lugar. Son etiquetas para ser buscadas y coleccionadas”, subraya

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