Hay tantos referentes argentinos del Malbec como pioneros. Y cada uno de ellos aportó lo suyo para que hoy el Malbec sea nuestro vino más famoso, respetado y consumido. Hay mucha historia escrita, pero aún falta mucho camino por recorrer. Los últimos 20 años han sido muy movidos, y de esos, el último lustro ha marcado un gran salto evolutivo.

Y si bien son muchos los nombres que se me vienen a la cabeza, quiero poner foco en una persona que hizo mucho por este presente del Malbec y que tan bien le hizo al vino argentino. Porque antes de su irrupción en nuestra escena vínica, los vinos locales eran sólo muy admirados en el mercado interno. Y fue él, junto a otros protagonistas de peso, quien le dio ese empujón que, dos décadas después, le permite estar en copa de todos.

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Michel Rolland ya no necesita mucha presentación. Me gusta resumirlo diciendo que es la segunda persona más famosa del mundo del vino. Y se sabe que en esta materia, fama y prestigio van de la mano. Viticultor y enólogo francés, dedicó su vida a viajar y a elaborar vinos por el mundo. Por suerte, en uno de esos primeros viajes como asesor (hacia fines de los 80), se enamoró de la Argentina; y con el tiempo, también del Malbec.

Y fue justo este vino el que le permitió soñar con el Clos de los Siete. Un proyecto único e imponente, que alberga a varias bodegas de primera línea. Este campo modelo, de 800 hectáreas de viñas, podría haber sido plantado en cualquier país vitivinícola, pero fue al pie de nuestros Andes que Michel Rolland lo decidió. Y no solo por la majestuosidad del paisaje, sino por que el Malbec tuvo mucho que ver.

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Divertido, verborragico, ocurrente y muy inteligente, Michel tiene una exposición inimaginable para un enólogo. Y esto a veces le juega en contra. Sobre todo de algunos periodistas que toman partido por sus gustos (¿o prejuicios?), cuando deberían ser lo más objetivos posible, en función a su profesionalismo. Pero Michel no necesita defensores, sólo consumidores que gusten de sus vinos. Y por más que lo acusan de hacer vinos fotocopia, soy muy consciente que todos sus vinos son distintos; los de su propiedad y los que asesora. Obviamente tiene un estilo propio, como todo gran enólogo. Y se basa en el punto de madurez de la uva; siempre bien madura. A partir de ahí, una vez en la bodega, poder intervenirla lo menos posible. Es por eso que en su bodega del Clos, llamada Mariflor, todos los vinos fermentan en piletas de cemento sin epoxi. Esto permite fermentaciones y maceraciones más lentas y extracciones más naturales. Y obviamente gusta del roble, francés por supuesto. Nuevo, usado, e incluso emplea barricas especialmente creadas para el con maderas de árboles que tienen 350 años, talados sustentablemente.

Allí, en Mariflor, creada hace cinco años junto a Dany Rolland, trabaja Rodolfo Vallebella en el día a día de los vinos.

Y fue justamente a Michel Rolland a quien fui a ver para hablar del Malbec en el capítulo debut de Lado V, mi nuevo programa de TV dedicado al vino argentino (ver https://www.fabricioportelli.com/2015/04/06/el-otro-lado-del-vino/). Porque no sólo lo conoce mucho, sino porque lo elabora para sí y para los demás, tanto en Mendoza como en Salta (Yacochuya) y en Patagonia (Bodega del Fin del Mundo). Además, recorre el mundo mostrando sus vinos argentinos (además de sus franceses), y es una referencia constante para los líderes de opinión de la talla de Robert Parker y Wine Spectator.

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El día de filmación de Lado V, culminó con un almuerzo, también filmado (pero para un documental de la bodega), para celebrar a unos de los mejores Malbec nacionales; al menos para mi. El Val de Flores. Un Malbec por el cual el señor Rollando estuvo un par de años molesto conmigo por algo que había escrito en el Anuario Brascó-Portelli de los Vinos Argentinos 2006. El tiempo y el trabajo profesional, nos volvieron a cruzar. Y gracias a ello, he tenido la oportunidad siempre de seguirlo tanto en Mendoza como en Pomerol, por sus bodegas y por las de sus clientes. Es decir que conozco casi todos sus vinos; pero mucho más (obviamente) sus etiquetas argentinas.

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Para Michel y su familia, el vino se disfruta en la mesa, y no degustando. Algo que es sumamente relevante, viniendo de un degustador de vinos tan famoso. Y eso explica que se sirviera una magnum 2008 de Val de Flores para empezar el almuerzo, luego del aperitivo en los balcones de la bodega regados con Mariflor Sauvignon Blanc y Malbec. Hay que destacar que en su casa de Burdeos, la familia tiene una cava con 30.000 botellas, con lo cual están muy acostumbrados a sacar vinos de cosechas anteriores, para disfrutar en la mesa. La magnum de Val de Flores 2008, fue un lujo. De aromas delicados, con la impronta de un Burdeos joven, con la delicadeza del roble acompañando cada trago. El carácter del vino es único, propio de un tinto creado a partir del terroir. Se nota el trabajo desde siempre en ese jardín de viña añoso del Ing. Marcelo Canatella. Es un Malbec que dice muchas cosas, con sabores y texturas que sólo pueden dar los grandes vinos. Buen cuerpo y madurez, son sellos muy Rolland, pero también equilibrio. Entones, sus vinos suelen tener esa elegancia profunda. Esa botella era especial pues fue el primer vintage de Val de Flores para vender en dicho formato, y coincidió la mejor cosecha de del vino hasta hoy (dixit MR).

Pero no fueron los únicos protagonistas vínicos del almuerzo. Ya que fue la oportunidad de conocer de cerca las últimas creaciones de la casa, todas inspiradas en los nietos de los Rolland. Camille 2008, un puro Malbec; Arthur & Theo, un blend 2010 a base de Malbec con toques de Cabernet Franc y Syrah; y Raphael una cofermentación de Malbec y Cabernet Franc 2012. Todos tienen el estilo de Michel, porque son tintos profundos y carnosos, y a la vez con mucho equilibrio. Y por más diferencia de edad entre cada uno, es innegable como se mantienen los vinos. Esa longevidad que empieza a ser evidente gracias a grandes vinos argentinos creados hace años con pretensiones de guarda. Intensidad es otro rasgo que no falta nunca en un Malbec by Rolland. Para mi fue una clase particular de Malbec; magistral por cierto. Y pude entender que si bien el vino es un negocio, cada cual lo hace como más le gusta. Y eso es lo que atraviesa todos los vinos de Michel. Lamento que haya colegas alrededor del mundo que, por no bancarse al personaje, critiquen negativamente sus vinos. Porque la calidad es innegable que está, al igual que el espíritu del terroir argentino, interpretado por un artista francés. Vivir acá y compartir varios momentos con él, y degustar muchos de sus vinos frente a frente, me permitieron conocer verdaderamente al personaje. El tiempo, así como acomoda a los buenos vinos dentro de la botella, también ubica a las personas donde se merecen; y también al Malbec. Por eso está hoy donde está. Los espero, este y todos los Martes a las 23,30 en Canal 2 de Cablevisión y 71 de Telecentro. También lo podes verlo en vivo a través de http://www.buenosaires.gob.ar/canaldelaciudad

 

 

Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.

2 Respuestas

  1. martin

    Felicidades por hacer grande está nación vitivinícola por hacernos cada vez más profesionales. Gracias por compartir y enseñar. Mis saludos

  2. Gustavo

    Fabricio, felicitaciones por el estreno de Lado V y gracias por seguir promoviendo y hacer crecer la industria del vino nacional. Salud!