Hay muchas formas de comercializar vinos más allá de la transacción clásica entre dos personas de intercambiar botellas de vino por dinero. Hace muchos años en la prestigiosa región de Burdeos se creó un sistema pensado para asistir financieramente a los productores que no podían estibar sus vinos por años, a la espera que se vendieron. Así nació La Place de Bordeaux, un histórico market place de más de 300 negociantes, creado en Francia en el siglo XVII con el objetivo original de vender vinos de la región de Bordeaux a comerciantes y coleccionistas de todo el mundo.

A partir de 1998, La Place abrió su red a otras regiones del mundo, solo a productores prestigiosos, tales como Seña y Almaviva de Chile, Opus One y Joseph Phelps de California, Ornellaia y Masseto de Italia, Vin de Constance de Sudáfrica, entre otros. Y en los últimos años se sumaron algunas de las etiquetas icónicas de grandes bodegas argentinas como Catena Zapata, Viña Cobos y Zuccardi, entre otras.

A lo largo de los años, los negociantes de La Place de Bordeaux se han convertido en el epicentro de distribución de los mejores vinos del mundo, ya sean de Bordeaux u otras zonas vitivinícolas. Sus clientes buscan vinos con una trayectoria impecable en cuanto a calidad, identidad y prestigio.

Hoy, en las puertas del siglo XXI, la tecnología permite ir más lejos, de manera fácil y sin moverse de casa. Los flamantes vinos digitales no son más que “vinos tokenizados”, que al momento de cambiarlos por los NFT adquiridos, se los puede servir en las copas y disfrutar como cualquier otro. Sin embargo, esta posibilidad permite mucho más que adquirir vinos originales para consumir, porque se pueden realizar diversas inversiones y acceder a un negocio por demás rentable. Esto ya es posible gracias a la flamante plataforma Drinksify creada por un grupo de argentinos vinculados a la industria del vino, y que conocen muy bien todos los secretos comerciales de las bodegas. Según ellos, comprar un NFT de un vino argentino, es decir un “vino tokenizado, ya es posible.

Partiendo que los NFT son “Token no fungible” (por sus siglas en inglés) o activo digital encriptado.​ Se trata de un tipo especial de token criptográfico que representa algo único. Los Token no fungibles no son, por tanto, intercambiables de forma idéntica.​​ Y su gran diferencia con las Cripto Monedas es que en este caso hay un respaldo físico, el vino.

Lo que propone Drinksify es adquirir tokens no fungibles de vinos (Wine NFT´s) de bodegas en su portfoilio. Los vinos que se venden por ahora a través de la plataforma aún no están embotellados, pero sí existen y están en el proceso de crianza. Además, los propietarios de NFT’ s automáticamente acceden a un club de beneficios, van a ahorrar y a preservar los pesos con una excelente inversión, más allá de asegurarse stock de una partida de un vino determinado que recién llegará al mercado en meses o años. Similar a lo que se hace en La Place de Bordeaux desde hace 300 años, pero más ágil y con otros beneficios.

Por ejemplo, el propietario del NFT se involucra desde la elaboración con el vino que le gusta, asegurándose desde una botella, algunas cajas o una barricaentera, mucho antes que salga al mercado. Esto es ideal para etiquetas muy demandadas o de partidas limitadas difíciles de conseguir, porque una vez que llegan a las góndolas que se venden muy rápido. Además, en breve, cuando las bodegas comprendan y perciban los beneficios que les puede brindar este novedoso sistema comercial, varias etiquetas se van a vender solo a través del sistema de NFT, a modo de preventa.

Otro gran beneficio de los “vinos digitales” es que las “cavas virtuales” no ocupan lugar físico, hasta que se realizan (canje del NFT por la botella en cuestión cuando salga al mercado). Ya hay consumidores que están armando sus propias “cavas virtuales”, mientras que otros optaron por comprar Wine NFT’ s para hacer regalos originales.

Aquellos que puedan esperar hasta que el vino llegue a sus manos o necesiten vender su Wine NFT, lo podrán hacer en cualquier momento, ya que hay miles de compradores y vendedores en la plataforma. Y si aún si no hubiera compradores para ese NFT, serán las mismas bodegas las que los recompren para asegurar la “liquidez” de los mismos.
Más allá de los beneficios complementarios que ofrece este sistema, como descuentos en el ticket de vinotecas y restaurantes en el momento de consumo (mediante un QR que podrán bajar en el momento), copas de vino sin cargo, catas exclusivas y muchos beneficios más que cada bodega decida otorgar a quienes compren sus Tokens, a muchos consumidores les atrae mucho la inversión en vinos. Más en la actualidad, ya que mantener el valor del dinero y ganarle a la inflación es tan complejo.

Se sabe queporcentualmente los vinos han aumentado más su valor que lo que lo ha hecho el IPC, según lo demuestra mes a mes el nuevo Índice de Precios del Vino que publica Vinodata. Por ende, ya sea para resguardar el valor de los ahorros, o bien para incrementarlos en el mejor de los casos, es una excelente inversión que además no ocupa lugar físico y se puede vender en cualquier momento fácilmente.

Otro de los aspectos que muchos se cuestionan, algo lógico que acarrea cualquier innovación, es el tema de la seguridad. Y al parecer, en estos momentos no debe haber sitios más seguros para comprar que aquellos que venden tokens (NFT´ s) ya que estas operaciones se realizan sobre una red Blockchain, es decir, transacciones inviolables que no pueden hackearse ni modificarse. Por otra parte, cada operación realizada representa un contrato directo de compra y venta (Smart Contract) entre la bodega y el consumidor.

Por otra parte, están las bodegas, que siguen mejorando la calidad y definición de sus vinos, aunque eso a veces no se corresponde con las ventas. Pero nunca es culpa del vino sino de la macro. Ya sea por la inflación en el mercado interno o por las trabas y el dólar atrasado en el mercado externo, vender vinos es lo más difícil para las bodegas, después de elaborarlos. Por eso suena tentador comenzar a vender sus vinos mientras los elaboraban, como los pequeños viticultores de Burdeos que obtienen así el financiamiento necesario de La Place para seguir produciendo. En la Argentina, las bodegas hasta ahora no contaban con un canal seguro para hacer “pre ventas” directas a consumidores a lo largo del proceso de elaboración que dura entre 2 y 3 años. Esto no solo es un beneficio financiero, sino que fundamentalmente representa un nuevo canal digital de ventas, y todo gracias a la tecnología que permite transaccionar fácil y seguro con sus clientes.

Es evidente que la “tokenización” de activos llegó para quedarse, y bien muchos aún la miran con cierta desconfianza, comprar un token de un activo físico es lo mismo que comprar un bien que va a mantener el valor en el tiempo o se va a apreciar más aún.

En la Argentina es muy incipiente, pero ya hay terrenos, propiedades, desarrollos inmobiliarios, autos y decenas de activos físicos que se pueden comprar y vender de esta manera. Y las bodegas, con todo el valor agregado que generan a partir de un producto agrícola, pueden ser las grandes impulsoras de esta nueva forma de comercializar sus vinos a consumidores de todo el mundo.

NDR: para informarse más o contactarse con DRIONKSIFY, visitar https://drinksify.io/

Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.