En apenas cinco años (llegó a principios de 2010), José “Pepe” Galante, cambió los vinos de Salentein, al tiempo que revolucionó los vinos del Valle de Uco. Ya que si bien es cierto que hay muchos enólogos más jóvenes que él haciendo de las suyas por la zona; desafiando límites vitivinícolas, y dando a luz vinos tan originales por fuera como por dentro; la experiencia se nota. Porque la paciencia es algo que se adquiere con los años. Y a esta la alimenta la confianza de tener en claro a donde se quiere llegar, y por qué camino hay que ir.

Es decir que, mientras muchos buscan, Pepe ya llegó. Y la consistencia de sus “nuevos” vinos así lo demuestran. Hacedor de los grandes Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Malbec que sirvieron de trampolín para que toda una generación vínica pueda lucirse hoy en el mundo con los flamantes vinos argentinos; hoy está en su lugar preferido. Porque el Valle de Uco es un terruño de ensueño para el, y Salentein tiene allí 2000 hectáreas de viñas en su apogeo.

Le tomó, y se tomó, un par de años para saber donde estaba parado. Microvinificó hasta el cansancio. Y cosechas mediantes, siguió firme a sus convicciones, porque sabía que la pareja que había conformado con Salentein era la ideal. Y respetando los conceptos de cada línea, fue proponiendo su forma de trabajo. Se entendió a la perfección con Gustavo Soto, el ingeniero agrónomo que plantó todas las viñas de la bodega. Hoy ya saben qué parcela va para cada vino. Y esa es la base de los resultados de su trabajo en estos pocos años al mando de los vinos de Salentein.

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Primus, más auténticos

Esta línea nació con la bodega, a fines de los 90. Y ha recorrido un largo camino hasta encontrar su mejor expresión. Porque más allá del equilibrio de las plantas y el mejor manejo vitícola, hay que saber qué clon elegir y cómo vinificarlo para obtener lo que se quiere. Y eso que se quiere está primero en la cabeza del enólogo. Y recién luego de un par de años puede empezar a verse en la bodega. Por eso la claridad del wine maker es muy importante. Porque se puede buscar siempre el mejor vino, pero para poder lograrlo hay que saber por donde ir. Y Pepe la tiene muy clara, y el Primus Chardonnay 2013 así lo refleja (ver https://www.fabricioportelli.com/2015/08/28/primus-chardonnay-2013/). En este vino puntualmente la sintonía fue bastante fina, mejor selección de uvas, una cosecha más temprana y una utilización de barricas más medida. Y el resultado fue sorprendente, ya que si bien mantuvo la elegancia que s e le exige (y reconoce) a Primus, le agregó carácter y austeridad; atributos fundamentales de los Chardonnay que pretenden hacer historia.

Con el Pinot Noir no tiene tanta experiencia y, como todos los enólogos del mundo, la reconoce como una uva muy difícil de trabajar. Aquí para cosecharla no lo hace por degustación sino por acumulación de polifenoles. Cuando se llega al máximo, se cosecha; todo manual. Se fermenta en cubas de roble de 7000 l (allí se cargan 5000 k de uva) con algo de racimo entero para darle más nervio. Y luego de macerarlo en frío. Cuando la fermentación amaga con empezar, se libera la temperatura y las levaduras indígenas hacen su trabajo. Cuando el vino llega a la textura deseada pasa a barricas usadas; que antes fermentaron y criaron Chardonnay; para continuar como un blanco, sobre borras, con maloláctica y con battonage suaves para obtener más medio de boca. Y al cabo de diez meses y en función a cómo va evolucionando, se saca del roble. El 2011, si bien fue más fresco que el 2012, y en ese aspecto más parecido que al 2013, acusa ciertas notas de madurez que hablan más de un vino con evolución que de un vino que recién llega al mercado (ver https://www.fabricioportelli.com/2015/08/28/primus-pinot-noir-2011/).

 

Un nuevo Primus hermano

Pero la fiesta gastronómica que se armó en UCO, el restaurante del Fierro Hotel, fue para presentar al nuevo integrante de la familia; el Primus Cabernet Sauvignon 2012.

El fanatismo de Pepe Galante por el rey de los tintos lo llevó a desafiar a Gustavo Soto (en 2010 a su llegada a la bodega) para lograr un gran exponente. Algo que en las alturas de Uco no es tarea fácil. Pero luego de un estudio pormenorizado de las parcelas, y un trabajo muy bueno con microvinificaciones en 2010 y 2011, les permitió seleccionar al clon 169 (el más difundido en Mendoza) y al 337, que no tienen tanta potencia pero que aporta la fineza. Antes de cosechar se sacrifica el ala (una parte saliente del racimo) para lograr una mejor concentración natural de los granos. Es decir que el nivel de detalle ha ido más allá de las parcelas, hileras o plantas; ha llegado hasta el racimo. Algo así como una viticultura de estilista. Cosechando en el momento preciso han logrado más carácter de casis y mucho menos vegetal. Pero el 2012 fue un año algo cálido. No obstante la calidad y el nivel logrado por el equipo los motivó para salir con el vino hoy. Y mientras que a las palabras se las lleva el viento, el vino queda. Yo he tenido la posibilidad de degustar, durante la grabación del capítulo de Lado V dedicado a Uco y sus Nuevos Vinos (https://www.fabricioportelli.com/2015/05/05/lado-v-capitulo-4-uco-y-sus-nuevos-vinos/), el 2013. Y supera a este flamante Primus Cabernet Sauvignon 2012. Que se las arregla para quedar en el podio entre los exponentes nacionales más destacados. El vino ya está a la venta en las mejores vinotecas ($620) y restaurantes del país.

Y es en este vino donde más se percibe el trabajo de Pepe galante. Por un lado porque la bodega no tenía un Cabernet Sauvignon que se le pudiera animar a los referentes de Burdeos o Napa. Y por el otro, por ser un varietal muy austero, serio, que habla poco pero dice mucho, y que llega en 2015 pero va a hacer de las suyas al menos hasta 2030.

Seguramente Pepe sabía que este día llegaría, y que marcaría el comienzo de una nueva era de grandes Cabernet Sauvignon (ni más ni menos) con su sello.

 

Primus Cabernet Sauvignon 2012

Bodegas Salentein, Valle de Uco, Mendoza

$ – $$ – $$$ – $$$$ (Ago2015 $620)

De aromas intensos, con algo de fruta y notas de crianza muy sutiles. Asoma el terroir con leves tonos de madurez. En boca hay calidez en la fruta, con buen cuerpo y un ímpetu que se asemeja más a los grandes vinos de Napa Valley. Entra con volumen y mucha frescura, sus taninos incipientes marcan el paso pero siempre equilibrado. Se abre y su textura fina domina la escena; hay profundidad y vivacidad, trago con peso y delicadeza, y va ganando fineza con el paso de los minutos sin ceder ese agarre que le da consistencia a su cuerpo. Es moderno pero tiene mucho de clásico, y goza de un gran potencial de guarda.

Puntos: 93

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Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.

Una Respuesta

  1. tomas

    Yo sé muy bién que EL GRAN PEPE le enseñó a hacer vinos a muchos.Algunos con “chapa”