Pequeñas historias de vinos para conocer

El sueño vínico de Finca La Igriega empezó como muchos otros, con la compra de un pedazo de tierra aprovechando una oportunidad. Pero con el tiempo, papá Marcelo primero y Nicolás (29) hijo después, sintieron una atracción inexplicable que se transformó en pasión. Fue cuando la finca comenzó a tomar color y empezó a dar uvas de una calidad que llamaba la atención de enólogos y agrónomos que merodeaban la zona en busca de uvas Malbec especiales.

Así fue que los Goldberg, además de continuar siendo viñateros del siglo XXI, decidieron convertirse en bodegueros.

Recuerdo una charla hace varios años en la cual todo era potencial, y haber convertido aquellas palabras en realidad merece admiración y respeto.

Finca La Igriega está en los Altos de Altamira, son 25 de las mejores hectáreas plantadas con viñas que se pueden encontrar en La Consulta, a decir de varios agrónomos. Básicamente se plantó Malbec, aunque hay una pequeña parcela de otras variedades, y las uvas que no utilizan las venden a las principales bodegas.

A la hora de empezar a cranear sus vinos todas recomendaciones condujeron al mismo lugar, y por eso desde el día uno el enólogo es Felipe Stahlschmidt, uno de los jóvenes profesionales con más experiencia y más futuro.

En 2012 fue el primer intento, pero entre las características propias de la cosecha; cálida y consecuentemente con uvas de profunda madurez; y las ansias del vino fundacional, el resultado fue muy compacto. En 2013 hubo un cambio, y ya desde 2014 hay un juego más de equipo, en el que Nicolás (el hijo) es el director.

Cómo llegaron a la finca

Justamente él responde sin vueltas quiénes son, los qué, los por qué y hacia dónde van con sus flamantes vinos.

Finca La Igriega es un proyecto familiar que comenzó en 2006 cuando compraron la finca. Hoy Nicolás puede decir orgulloso que es segunda generación de hacedores de vino, aunque sea una historia que recién está comenzando. Él es economista, y en aquel entonces trabajaba en el Ministerio de Economía y en una consultora, muy lejos del vino. Pero sus tíos los invitaron a conocer Altamira, en el Valle de Uco, Mendoza. Y al llegar, él y su padre se enamoraron del lugar, de la gente y de su paisaje salvaje. Y cuando apareció la primer oportunidad de comprar una finca, no dudaron ni un minuto.

Son 25 hectáreas a 1000m de la calle superior, en una zona (ahora) más conocida como Altamira Soho; con derecho a agua (fundamental) y todo. Desde el vamos fue pensada de manera ordenada y cuidada, y le pusieron todos los chiches; una represa para el riego por goteo y malla antigranizo. Empezaron como productores de uva, y en 2011 alcanzaron una producción anual de 180.000 kg.

La primer decisión fue plantar todo Malbec y fue de (papá) Marcelo, por eso se enfocaron en lograr un auténtico Malbec de Altamira, algo que varias de las principales bodegas valoran mucho desde entonces.

En 2010, a través de su Ing. Agrónomo Carlos Cagiatti conocen a Felipe, y la única condición era que debía ponerse la camiseta. Hoy Felipe es parte de Finca La Igriega.

2012 fue la primer cosecha en la que elaboraron vinos, eran microvinificaciones en bines plásticos y con la intención de intentar ver que podían hacer, siempre queriendo agregar valor.
En 2014 Nicolás trabajaba con el reconocido economista Dante Sicca, y recibieron una invitación de un tío lejano para viajar a Nueva York.

Si bien Marcelo había elegido trabajar con sus hijos como concepto (por eso el proyecto nace como familiar), fue el tío quién puso el dedo en la llaga, y les ayudó a ver que era Nicolás el profesional indicado para liderar la bodega familiar.
Así fue que desde Enero 2015 se dedicó a full a Finca La Igriega, “fue un semestre en el cual la empresa familiar era 100% a pulmón”, cuenta Nicolás.

Rápidamente empezó a trabajar con un importador nacional en los Estados Unidos, y estuvo seis meses viajando sin parar de estado a estado, capacitándose. Él con un solo vino, el Malbec 2013 que había sido fraccionado en Febrero.

En julio de ese año se dirigió a California para realizar un curso de la OIV de dos semanas, y de ahí a Nueva York sin escalas para empezar a vender sus vinos en una vinoteca (Wine Shop) de Manhattan. “Abrí algunas cuentas (20) pero se necesitaban más cosas. El distribuidor me facilitaba la logística, y así se vendió bastante. La aceptación del vino fue muy buena, pero cuando volví a Buenos Aires el proceso ya no fue tan fluido”, recuerda el joven bodeguero.
En ese momento eligió trabajar con El Garaje de Aldo (la distribuidora del reconocido sommelier y propietario de los restaurantes Aldo´s y Casa Cruz, entre otros). “El primer año de venta local fue espectacular, por encima de lo esperado, y por eso nos animamos a sacar el Blend, que en Estados Unidos ya está en varios restaurantes”, agrega Nicolás.

Ellos quieren vivir de esto pero saben que hay que ir de a poco, e invertir donde sea más necesario. Hoy ponen foco en el trade, por eso viajaron en 2017 a Vinexpo en Burdeos por primera vez, donde participaron en el stand del Andreas Larsson, uno de los mejores sommeliers del mundo. Y ahora exportan a China.
Forman parte de PIPA, una asociación civil con personería jurídica que agrupa a los pequeños productores de Paraje Altamira, la reciente IG (Indicación Geográfica) promulgada. Nicolás es el Tesorero pero también uno de sus máximos impulsores, convencido que la unión hace la fuerza, comenta: “lo que está pasando por PIPA es que varios críticos internacionales están viniendo a Altamira”.

Los vinos de La Igriega
En todos los vinos buscan una genuina expresión del terruño. Injertaron algunas cepas de Malbec con otras como Cabernet Franc, Petit Verdot y Cabernet Sauvignon en algo más de 0,5 ha, para poder lograr un blend con uvas propias.
El nombre Finca La Igriega responde a una filosofía de vida propia de Marcelo, en el que una suma de cosas hacen posible un todo.
En el producto final no fueron tan detallistas como en la viña, “usamos para todos los vinos la misma botella y el mismo corcho, las diferencias están en trabajo en viñedo y en la bodega”, afirma Nicolás.


2017 fue la primer añada del Rosado, se prensa suave y se evita la maceración elaborado a partir de un Malbec con rendimiento natural. La Finca es muy heterogénea con muchos manchones de piedra, y el Malbec Superior tiene que ver con una mejor expresión del viñedo, ya que proviene de los sectores más pedregosos, con más deshoje y la mitad del rendimiento del Malbec La Igriega.
“En este Malbec buscamos la expresión del terroir, tiene 12 meses de paso por barrica de 2do uso”, comenta Nicolás.

Para el Blend 2015 buscaron algo más complejo pero con menos barrica (10 meses, solo de roble francés), a los seis meses se hace el corte y luego se cría por cuatro meses más todo junto. Por otra parte, las barricas nuevas se reservan para el Malbec Superior.


Finca La Igriega Rosé Malbec 2017

Bodega Finca La Igriega, Paraje Altamira, Valle de Uco 

$ – $$ – $$$ – $$$$ (Ago2017 $290)

La bodega se sumó a la temporada de rosados del año con esta flamante novedad. Elaborado con uvas propias, sus aromas son expresivos y frutales, típicos del Malbec. De buen cuerpo, algo mordiente y con carácter. Paladar fresco y joven, con cierta madurez. Por su estructura y estilo es mejor para servir en la mesa, mejor al comienzo de un asado.

Puntos: 88

Finca La Igriega Malbec 2014

Bodega Finca La Igriega, Paraje Altamira, Valle de Uco 

$ – $$ – $$$ – $$$$ (Ago2017 $380)

Malbec de aromas densos y frescos, con buena fruta. De paladar compacto pero refrescante, con buen volumen y cierta concentración. Paso amable y algo maduro en su carácter pero con estilo. Taninos dóciles, trago poco profundo y franco, con un toque salvaje en sus expresiones frutales, dejos especiados y un final mordiente. Con potencial más allá de estar dominado por la madurez.

Puntos: 88

Finca La Igriega Blend 2015

Bodega Finca La Igriega, Paraje Altamira, Valle de Uco 

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De aromas equilibrados y compactos pero no densos. Paladar franco, con un carácter de fruta negra madura y buenas especias. Su ataque es fresco y su paso muy fluido. De trago refrescante, con cierto agarre, y una expresión vivaz entre lo frutal y lo especiado, con taninos que se hacen sentir pero con equilibrio. Y además goza de buen potencial.
Puntos: 89

Finca La Igriega Malbec Superior 2014

Bodega Finca La Igriega, Paraje Altamira, Valle de Uco 

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Malbec fermentado en barricas, de aromas densos y compactos, con fruta madura pero fresca y delicada. Hay buena fluidez, con taninos incipientes y un paladar franco, algo más classy en sus expresiones que los demás varietales de la casa. Con una fuerza delicada y una frescura bien lograda, hay agarre con austeridad. De final limpio e interesante, sobre todo para la mesa, porque hay un mejor manejo de la concentración de este vino respecto de su antecesor.
Puntos: 91