Hay equipo Fabricio Portelli 12/06/2015 Notas, Vinos Notas 2616 De la mano de Ángel Mendoza (qué buen nombre y apellido para un enólogo argentino), la bodega Estancia Mendoza lanza el primer vino de alta gama del grupo FE.CO.VIT.A., y esto es un suceso que marca el principio de algo importante. Porque la Federación de Cooperativas Vitivinícolas (la más grande de Sudamérica) agrupa a más de 25000 productores de uva, siendo un modelo productivo modelo. Es cierto que una empresa cooperativa de semejante envergadura es susceptible a los pequeños cambios de mercado, y que por eso a veces su éxito depende de otros factores que no tienen tanto que ver con la naturaleza. Pero a lo largo de la historia vínica local, esta empresa ha sabido sobreponerse y en 2004 creó una bodega para elaborar vinos, más allá de sus afamados Toro, los tintos y blancos de mesa omnipresentes en los hogares argentinos. Así nacen un bivarietal (Malbec-Cabernet), una línea de varietales con un Malbec (el 2013 cuesta $45) como estandarte; del cual se elaboran al año más de un millón de botellas. Luego vino la línea Roble, y un proyecto más dedicado a los jóvenes con vinos dulces naturales, espumantes y tranquilos, llamado Dilema. El objetivo de la empresa, cuenta Juan Arizu, el jefe de enología del grupo, es poder dar un plus al consumidor en cada vino que elaboran. Y eso es algo que evidentemente cumplen ya que los vinos de Estancia Mendoza gozan de una relación calidad-precio muy atractiva, y el amante del vino responde. Pero el vino argentino está evolucionando a pasos agigantados, y para mantener la expectativa de tantos productores hay que sacarle más el jugo a esas 6000 hectáreas de viñas de donde provienen las uvas para todos sus vinos. Y el único camino es agregarle valor. Por eso, hace algunos años comenzaron con el proyecto Los Helechos. Convocaron al experimentado enólogo argentino, Ángel Mendoza, quien rápidamente se sumó al equipo. Y verdaderamente allí hay un equipo detrás de este vino que es una combinación de muchas cosas. Es un blend de enólogos de distintas generaciones, donde el más joven (aunque con mucho peso en el grupo), Mariano Signoli, es el que está al frente de esta flamante bodega. Para concebir Los Helechos se eligió Malbec, pero no de una zona, sino varias. La Consulta en San Carlos, Gualtallary y El Peral en Tupungato, donde se elabora este Malbec de Malbecs. Sí, un varietal concebido a partir de un blend de distintos Malbec elaborado con todos los mimos. Racimos y uvas seleccionadas, fermentaciones controladas y una crianza de 14 meses en barricas de roble francés. El objetivo de los hacedores es mejorar la expresión de cada terruño y lograr un vino de equilibrio en sus expresiones, no de extremos sobre maduros o verdes. Las uvas de Gualtallary le aportan frescura y dejos mentolados, de La Consulta aprovechan el carácter de fruta roja y la carnosidad en boca, y de El Peral las notas florales (Violeta) que aportan uvas de 20 y 30 años. Y para confirmar que Los Helechos Malbec de Malbecs lo hace u equipo, cada uno de los enólogos involucrados prepara varios cortes y participan de concursos internos que se repiten algunas veces hasta que el vino ganador se destaque y convenza a todos. Esto propone que las proporciones del vino, y los orígenes de las uvas pueden cambiar con el correr de las cosechas. Del 2012 se hicieron 35.000 botellas y el precio sugerido es de $220 (ver nota de cata: https://www.fabricioportelli.com/?p=3858). Con el nacimiento de este vino la bodega cumple con una de sus misiones, ofrecer al consumidor vinos en cada uno de los segmentos. Y si bien es cierto que comenzaron a la inversa que muchos otros emprendimientos, tener la base de la pirámide asegurada con sus vinos de consumo diario, les permite pensar en un crecimiento sólido. Además, tuvieron la oportunidad de mirar de reojo la evolución del mercado y aprender de errores ajenos, sin cometer propios. El gran desafío ahora será convencer a sus mejores productores para apostar por la calidad de la uva y comenzar a pensar en hacer crecer a esta bodega. Y así, quizás este modelo de negocio inclusivo que está más cerca de lo utópico, se vuelva realidad, y muchos productores pueden celebrar con el valor agregado de sus uvas.