Más allá de la pandemia, Kaiken sigue su camino, el mismo que había comenzado a transitar en 2020. Fue en aquel entonces que Gustavo Hormann, Gerente y Enólogo de la casa, propuso hacer cosas para salir de la rutina de la bodega y aprovechar todo ese tiempo para jugar a ver qué podían inventar con los vinos que tenían. Así fue que, junto a Juan Pablo Solís, Rogelio Rabino (que desde enero está en Finca Flichman) y todo el equipo (marketing y ventas), crearon dos propuestas con un hilo común; romper la rutina y salirse del molde. Porque, en definitiva, Kaiken es como Montes (de Chile), una bodega clásica más dedicada a hacer grandes vinos que reflejen el cepaje y el terroir, respetando las tendencias de consumo globales.

Y de ese “wine-brain-storming” de pandemia surgieron dos ideas vínicas muy entretenidas. La primera más apoyada en lo técnico, en las condiciones que cada lugar le imprime al Malbec. Así nacieron los Aventura, tres Malbec de alta gama, pero desprejuiciados, exponiendo el espíritu del kaiken (ganso salvaje patagónico que viaja de Chile a la Argentina cruzando los Andes todos los años).

Pero la segunda novedad fue más atrevida. Con el respaldo enológico, se la jugaron por crear vinos para un consumo más descontracturado. Así surgieron los flamantes Indómito, un Cabernet Franc 2019 y un Red Blend 2018 que combina Malbec y Cabernet Sauvignon en partes iguales, con un 10% de algo que no se sabe que es. Y ese será el secreto que les permita jugar todos los años, no solo por el misterio que ello implica sino por la posibilidad de aportarle cosas diferentes al vino. “La intención fue mostrar el alma indómita de Kaiken a través de dos maravillosos vinos”, confiesa Gustavo Hormann.

El lanzamiento también fue muy original más allá de la obvia virtualidad. Porque los enólogos degustaron ambos vinos acompañados por dos magos que realizaban divertidos trucos de magia. “La idea era mostrar cómo nos divertimos haciendo estos vinos”, cuenta Juampi, quién debió subirse (junto a Gustavo) a un globo aerostático a más de 50m para la presentación oficial de los vinos.

El concepto es claro, reflejar el espíritu libre y sin ataduras, son vinos pensados vinos para vivir una experiencia de consumo sin hojas de ruta. “Estos tintos son ideales para beber solos y en vaso, en diversas situaciones o acompañando cualquier tipo de comidas”, explica Gustavo Hormann. Acá, el ganso (kaiken) que representa el espíritu libre y viajero, gana protagonismo, pero además las etiquetas llaman mucho la atención por sus diseños coloridos. Todo esto coronado con una excelente relación calidad-precio. Es decir que el combo es completo; nuevos, buenos, originales y accesibles. Queda claro que Indómito representa una nueva forma de comunicarse de la bodega, y que busca brindar una experiencia relajada y sin ataduras, más en sintonía con la gente joven que busca una vida más sana y tiene una actividad física más intensa. “Lo que buscamos en Kaiken fue jugar fuerte en una línea que creció mucho en ventas con la pandemia; la franja entre los $800 y los $1000; apostando a un Cabernet Franc que tiene un consumo interesante entre los jóvenes, y a un Red Blend para salirnos un poco del Malbec”, detalla Jorge Muñoz Olesti, Director de Ley Seca, distribuidora de Kaiken.

El nuevo desafío de Kaiken hoy será conquistar nuevos paladares con un mensaje más descontracturado y con vinos más llamativos, para después sumarlos a sus líneas consagradas y tradicionales como Ultra, por ejemplo.

Los Indómito

Si bien el foco no está puesto en el aspecto cualitativo, está claro que se trata de dos vinos muy completos y más serios por dentro de lo que demuestran por fuera. El Cabernet Franc es puro y proviene de Agrelo, las uvas fueron cosechadas manualmente, previa selección, y fermentó en tanque de concreto. Solo el 20% del vino permaneció en barricas de roble de diferentes usos durante 10 meses, para aportar aromas y complejidad, según cuenta Juan Pablo Solís.

Por su parte, el Red Blend es de Paraje Altamira, en el Valle de Uco, y fue concebido por sus características especiales. Combinación de Malbec y Cabernet Sauvignon (45% de cada una), con un 10% de algo secreto, “que será el espíritu libre año tras año”, relata Hormann. La elaboración fue similar a la del Cabernet Franc, pero acá el 20% en barrica aporta algo de chocolate amargo al final de boca, según el enólogo.

En resumen, son dos nuevos vinos con suficientes atributos para llamar la atención de paladares inquietos como también nuevos, y de diversas edades, más allá que siempre el tono de la comunicación y la imagen va dirigido a un target específico. Seguramente el mensaje va a llegar y muchos van a conocer estas nuevas propuestas de Kaiken en situaciones alternativas. No obstante, una vez que el vino haga lo suyo; contagie y enamore; los hábitos vínicos más tradicionales se volverán también atractivos para esos nuevos consumidores. Además, queda en evidencia que una de las intenciones de la bodega es causar un buen impacto y así atraer a más clientes, porque la calidad del vino supera las expectativas. Por lo tanto, son dos etiquetas para conocer y si gustan, adoptar.

Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.