La primera cosecha de Pyros fue la 2012. Y si bien muchas cosas cambiaron en este corto camino, la esencia de búsqueda y superación para demostrar que la visión de Mijndert Pon era la correcta es la misma. Y eso hizo que estos años, menos de 15, parezcan una eternidad gracias a los logros obtenidos.

Pon vio en el Valle de Uco un gran potencial, y no se equivocó. Salentein es una gran muestra de ello. Y algo similar le pasó con el Valle de Pedernal.

Desde el comienzo, con los vinos de Pepe Morales (hoy enólogo de Huentala Wines) supervisados por otro Pepe, el gran José Galante, demostraron que era un lugar especial. Lo decían los vinos, aunque el conocimiento de la región no era tan profundo. En realidad, si de la zona, gracias al ingeniero agrónomo Gustavo Matocq que vio nacer ese valle cuando estaba trabajando en Graffigna. Pero a priori los vinos eran una incógnita. Hasta que en 2016 llegó el matrimonio Bourguignon (Claude y Lydia), dos expertos internacionales en temas de terroir. Y tan maravillados se quedaron con el lugar que los 40 minutos disponibles para las tres calicatas preparadas por Fernando Atencio (encargado de la finca), se convirtieron en 8 horas. Es que ese suelo, con viñedos plantados sobre una sierra 100% calcárea (Limestone Hill) es algo muy poco usual en el mundo. Y a partir de entonces, a Gustavo Matocq se le acomodaron los conceptos, y pudo poner más foco en la búsqueda de la mejore expresión de ese lugar.

Primero, descubriendo parcelas especiales (Block 4 y Limestone Hill), pero luego intentando con el riego homogeneizar las vides para poder transmitir la heterogeneidad de esos suelos, al parece únicos.

Con la llegada de la enóloga Paula González, se profundizó esa búsqueda en la bodega, con cientos de microvinificaciones al año, sabiendo que tiene por delante el gran desafío de llevar a las copas el carácter tan particular de ese lugar.

Ir hasta el lugar ayuda a entender mejor los vinos, aunque eso no signifique un cambio en las opiniones. Y toda esa experiencia está detallada en la siguiente nota, publicada recientemente en Infobae: https://www.infobae.com/tendencias/2022/01/09/viaje-al-valle-de-pedernal-el-origen-de-los-nuevos-grandes-vinos-de-san-juan/

Pero acá vamos un paso más allá, con los vinos que se vienen, esos que aún están en bodega. Algunos ya fraccionados y otros en su etapa de crianza. Con esos, 100% elaborados por la joven enóloga, el camino está más que claro. Pyros, el lugar, es complejo. Y todos los vinos de allí se tienen que hacer eco de ello. Claro que en distintos niveles. Con los Appellation (Malbec, Syrah y Chardonnay), que provienen de suelos con mayor proporción de material fino (limos arenosos), pero también con componentes calcáreos, y con esa condición tan particular de ser suelos sueltos, pero con alta retención de agua. El blend que seguirá siendo un vino que refleje el espíritu de la finca. Mientras que los Pyros Vineyard serán el fiel reflejo de esas parcelas únicas e irrepetibles. Dos Malbec con personalidad propia, y un gran reconocimiento (nacional e internacional), por más que se trate de etiquetas relativamente nuevas.

Lo que viene

El Pyros Appellation Chardonnay 2021 es la segunda cosecha del primer blanco de la casa. Elaborado sin filtrar, y hecho el corte en pequeños tanques, se fraccionó en diciembre y llegará al mercado en marzo próximo.

La idea de la línea Appellation es mostrar como es el valle, por eso se permiten jugar con productores asociados. La uva, tanto para el 2020 como para este 2021, fue de Finca El Durazno, porque en Pyros aún no tienen producción propia. Se le hace un seguimiento a lo largo del año, y se cosecha con una alta acidez natural, más bien en verde. Paula González trabaja buscando generar muchos componentes, por eso una parte se fermenta en tanques de 4000 l, otra en barricas de 2, 3 y 4 usos, para potenciar y mostrar el terruño. La acidez es natural y punzante porque hay mucha presencia de ácido málico. Solo la parte en barrica (20%) tiene maloláctica full, y se trabaja mucho con levaduras indígenas. Eso hace que sea más lento el final de la fermentación. “En 2021 las barricas pararon con 20gr de azúcar residual. Y luego, el día que hizo más frío, se despertaron las levaduras y terminaron la fermentación, dejando el vino a rastro. De no creer, pero el que no arriesga no gana”, sostiene la enóloga.

Están encarando un trabajo muy específico en este sentido, aislando las levaduras autóctonas. En 2020 enviaron 20kg de uva de las distintas parcelas al INTA, y con fermentaciones se fueron aislando, creando un pool de levaduras propio que este año se utilizará a escala piloto en el INTA. Y en base a los resultados, se van a multiplicar y así comenzarán a utilizar sus propias levaduras en el 100% de las fermentaciones.

El Chardonnay se elaboró con método oxidativo para eliminar los polifenoles oxidables al principio y que el vino sea más duradero. Con 3 o 4 meses de paso por madera, solo una parte del vino, por las mismas barricas que el 2020, solo se aumentaron las barricas nuevas porque creció el volumen y se buscó mantener la proporción (20%).

Los suelos de donde nace este Chardonnay son pedregosos, con materiales finos, francos arenosos, y profundos. Un viñedo plantado en 1998, según cuenta el agrónomo Gustavo Matocq.

En el 2021 la madera no se siente tanto como en el 2020, a pesar que el trato fue el mismo. Es to quiere decir que se nota el efecto de la cosecha. Y mientras el 2020 evolucionó rápido en botella, en el 2021, más allá de la diferencia entre los años, de nota el mejor manejo de la fruta. “Las uvas provienen de los cuarteles 11 y 12, y en 2020 el cuartel 11 estaba más asoleado, pero en 2021 cambiamos eso, y por eso logramos más carácter en las uvas y en el vino”, afirma el agrónomo.

Pyros Appellation Chardonnay 2020

Bodega Pyros, Valle de Pedernal $1200

De aromas frescos, con notas de copos de maíz. Buena fruta blanca y frescura tensa, voluptuoso y con cierta vivacidad. Hay carácter con dejos de lías, y si bien se siente la madurez de la cosecha, su final es refrescante. El 2021 se muestra más austero, con fuerza herbal y una frescura más marcada, propio de una cosecha más fría. Igualmente es un blanco muy expresivo que se luce en una línea de vinos que se destaca por su relación calidad-precio. Puntos: 89

Pyros Appellation Chardonnay 2021

Bodega Pyros, Valle de Pedernal (sale en marzo2022)

Sus aromas son más de frutas blancas, con leves toques de ananá. Paladar más austero y vertical, sin el volumen del 2020. Leve paso mordiente (crispy), y en boca aparece algo herbal con un dejo cítrico, pero moderado. Con fuerza y cierta austeridad. Puntos: 90

Conclusiones:

El 2021 resulta más fresco, reflejando un poco más la zona y menos el trabajo en bodega como el 2020. Mientras en el primero hay notas de frutas tropicales con dejos lácticos del contacto con roble, en el segundo gana la frescura, pero ambos muestran ese costado de levaduras sutiles.

En los tintos, la idea es potenciar el trabajo meticuloso del viñedo para poder mostrarlos en las botellas, y que se exprese el terroir, con más frescura y menos madera. Acá también hay barricas usadas y levaduras indígenas. Como Syrah todavía no hay en el viñedo Pyros, este Appellation se elabora con uvas de Finca El Durazno. No obstante, ya tienen plantas propias en un vivero en Caucete, esperando su momento. “Lo vamos a plantar en los sectores más templados de la finca porque es una variedad que crece rápido y es sensible al frio. Tiene más vigor que el Malbec y por eso hay que protegerla”, explica Matocq.

Este vino fermenta en tanques de acero inoxidable de 20.000 kg, de inox, y también hay partes de microvinificación, que se realizan para entender las diferencias de las parcelas. “Sin dudas, tiene más un perfil de Syrah de zona fría”, asegura Paula.

Pyros Appellation Syrah 2019

Bodega Pyros, Valle de Pedernal $1200

Aromas leves especiados y de crianza, de trago mordiente con buena fluidez y texturas finas para ser Syrah. Con leve dejos herbales, algo salino y un final vegetal que aporta carácter. Muy bien para la línea y menos comercial en su estilo (sin tanta amabilidad de fruta) y con la madera mejor integrada. Puntos: 89,5

Por su parte, el Malbec si es de Pyros, más precisamente de los cuarteles 8 y 9, que presentan un suelo más fino, sin tanta roca calcárea. Allí es donde se expresa más la fruta. También hay uva del sector 5 donde hay algo de calcáreo, y por eso hay más textura, pero con mucha explosión de fruta. “Esta es la foto de hoy, pero todo es muy dinámico y en cada vendimia vamos generando nuevos sectores. Hoy, esa zona es la ideal para expresar el lugar”, detalla la winemaker. 

Una parte del vino pasa por barricas usadas de roble francés, más para conservación que en busca de un aporte de madera. El 2019 se fraccionó a mediados de diciembre. “Somos conscientes que estos vinos que hoy están en $1100 (por los Appellation), podrían costar $1800 aproximadamente, pero lo hacemos para que la gente conozca el lugar”, agrega Matías Bauza Moreno (responsable del portfolio de lujo de Bodegas Salentein).

La impronta de la enóloga, y la demanda del consumidor, es salirse de la madera y la mayor madurez. “Con tanto trabajo que hay en el viñedo no podemos usar tanta barrica ni dejar que el alcohol llegue a 15%”, dice la enóloga.

Desde 2017 el frío es parte del terroir en Pyros, por eso cuentan con más sensores y están muy pendientes de las condiciones diferentes. Les llevó tres años entender como son los fríos y su influencia e las uvas. Hoy tienen toda la finca mapeada por temperatura, con 45 sensores que arrojan 13 millones de datos al año, y eso les permite demarcar zonas bien diferenciadas dentro de la finca.

Para qué sirve eso, para evitar problemas y tomar decisiones, como podar más tarde para que las plantas broten más tarde y así esquivar las bajas temperaturas. “Buscamos un sistema de rendimientos estables a valores razonables y así evitar los picos de producción y mejoramos la calidad”, agrega Leo Neila, el agrónomo que trabaja codo a codo con Gustavo y Paula.

Desde 2017 siempre hay heladas entre el 10 de septiembre y los últimos de octubre, y retrasando la poda lograron “engañar” a las plantas porque duermen más. “Pedernal no es un buen lugar para cometer errores”, asegura la enóloga de Pyros.

Estudian los micro-climas con más de 1 sensor cada 2 ha, esto les permite conocer bien la influencia del clima, y eso se suma al trabajo de suelos que realizan con los Bourguignon dese 2017 y con Guillermo Corona desde 2021, con la intención de marcar áreas y lograr una zonificación dentro de la finca para lograr vinos de lugares, “porque si en la botella no se nota la diferencia, es folclore”, sostiene Gustavo Matocq.
Hace años que vienen trabajando con mínima intervención para poner en las botellas lo que es Pedernal y no copiar a otras zonas. Se nota que hay mucho manejo del viñedo, y el 2021 fue el primer año de transición orgánica, buscando certificar la totalidad de la finca en 2024. “Para mi, los componentes son herramientas para lograr este Malbec, y si yo fuera pintora, en lugar de 3 colores me gustaría tener 20 en mi paleta, para crear un mejor cuadro”.

Pyros Appellation Malbec 2019

Bodega Pyros, Valle de Pedernal $1200

De aromas equilibrados, con dejos herbales y especiados. Mordiente y de buen volumen, con algo de frutas negras y un muy buen carácter frutal, con dejos especiados finales. Hay frescura integrada con agarre y eso demuestra que ganó en la definición de su expresión. Puntos: 90,5

Conclusiones:

Antes eran vinos más comerciales, con madera y fruta más amable, que mostraban un costado de San Juan moderno, y estaban muy bien para su segmento. Ahora hay una vuelta de rosca, y este Malbec se sale del molde, es un vino que está en un escalón superior, y obviamente mucho tiene que ver la uva propia y el manejo de la viña.

Antes eran vinos más comerciales, con madera y fruta más amable, que mostraban un costado de San Juan moderno, y estaban muy bien para su segmento. Ahora hay una vuelta de rosca, y este Malbec se sale del molde, es un vino que está en un escalón superior, y obviamente mucho tiene que ver la uva propia y el manejo de la viña.

Para Matías Bauza Moreno, “los Pyros no son vinos fáciles, sabemos que son vinos complejos porque están en un lugar complejo. Y a partir de la 2016 se comenzó a ir en este camino, bien diferente del 2013, 2014 y 2015. Los nuevos Appellation buscan más mostrar el lugar. Esa es la política”.

En este Appellation Malbec 2019 las texturas están a otro nivel, también la frescura, y la madera más integrada. Es más, un vino de clima frío, ya no tan generoso en su fruta, sino más mordiente y no tan amable.

¿El consumidor de Pyros es el que experimenta o toma hace diez años lo mismo? Esa sería una buena pregunta, porque el cambio se siente, ya que se nota una vuelta de rosca muy bien lograda, que empezó en la viña y llegó a las copas.

La línea Pyros Vineyard tiene dos exponentes de vinos de parcela. El Pyros Single Vineyard Block Nro. 4 Malbec y el Limestone Hill.Del primero, el 2017 es el que está en el mercado. Y si bien hay 2018; pero bastante poco; se degustó el 2019 porque la idea de la hacedora fue comparar el que está en el mercado vs el que se viene.

Las uvas para el Block Nro. 4 provienen de un suelo con material más rocoso. Y la vinificación es más meticulosa, con fermentación en huevos de concreto (desde la 2019) y cubas de madera, y algo en tanques de inox chicos, y también microvinificaciones en bines con control de temperatura.

Todo se trabaja hoy por sistema de gravedad sin usar bombas, tal como lo vio la enóloga en su vendimia en Comando G (España), donde en lugar de bombas usan regaderas, y también fermentan todo con racimo entero. Por eso ella comenzó a probar con hasta el 10% de escobajos en alguno de los componentes, todo por gravedad y mu artesanal para no incorporar oxigeno.

Si bien Paula no estuvo en la vinificación en 2019, porque llegó a mediados del año, hizo el corte. Y desde 2020, realiza microvinificaciones a mayor escala para este vino.

Pyros Single Vineyard Block Nro. 4 Malbec 2017

Bodega Pyros, Valle de Pedernal $2600

Vino de parcela y zonificación para entender las características del terroir. De aromas generosos y frescos, algo compacto en sus expresiones en boca, con leves dejos fenólicos y especiado frescos. Trago mordiente fino, algo láctico, con buena densidad en boca. Texturas consistentes, agradable frescura y la crianza que se percibe con algo de protagonismo. No obstante, se nota el potencial y la frescura del lugar. Puntos: 91

Pyros Single Vineyard Block Nro. 4 Malbec 2019

Bodega Pyros, Valle de Pedernal (en primicia)

Por como está concebido, es un vino que muestra los cambios abismales en los vinos, tanto por el manejo del viñedo como por la influencia del clima. De aromas perfumados, de buen volumen, pero sin peso, llena la boca, más con notas de frutas negras y especias. También hay algo en la crianza por integrarse en sus sabores, pero muy bien de texturas. Con buena frescura y algo de humo negro, sobre el final gana la fruta y la vivacidad. Puntos: 91,5

Conclusiones:

Se nota en el 2017 una fruta más roja, aunque levemente confitada, propia de la madurez de la cosecha. Así y todo, es un vino con buen volumen. Por su parte, el 2019 es más fresco y tira hacia la fruta negra de baya, todavía con taninos muy jóvenes, pero ya se sienten las texturas tipo tiza. Es carnoso, pero no pesado, flota en su paso por boca, como si fuera más etéreo, ayudado por sus texturas finas, su vivacidad y frescura. También hay una especia y una hierba aromática, al igual que en el Block Nro. 4, aromática, que al parecer siempre estuvo, nada más que antes tapada por la crianza.

Acá se nota bien el cambio en esta línea, hay una clara evolución, que nace en la viña. Solo hay que ver cómo va se sigue comportando el vino con los años en botella, porque el Malbec necesita algo de sustento para evolucionar bien en el tiempo. Pero es cierto que la carnoso de un vino a largo plazo no aguanta, no se sostiene, y cuánto más vertical es más longevo. Pero la gran pregunta en estos nuevos Malbec es cómo será. Sin dudas, el 2019 es más vertical que el 2017.

En este vino, Paula González heredó un tinto redondo y untuoso en boca; “sueño con un Malbec calcáreo y profundo, también redondo en boca, que muestre que nace encima de rocas de la Precordillera”, afirma.

Con su cosecha debut (2016) demostró que ya era el mejor vino de San Juan.  Y si bien el Limestone Hill es el que más le costó entender al ingeniero Matocq, sin dudas, marcó el inicio de un camino, que se profundizó con la cosecha 2019, aún sin embotellar. Este Malbec tiene más carne, aunque también es más lineal que el Block 4, incluso con más capas de sabores y de texturas, y un carácter frutal muy definido. Nace de todas microvinificaciones en barricas y tanques chicos, acá no hay cubas, y aproximadamente el 70% de las levaduras en fermentación son indígenas.

Pyros Vineyard Limestone Hill Malbec 2018

Pyros Wines, Valle de Pedernal, San Juan $10.500

Es uno de los pilares de la recuperación de San Juan y de los íconos de Pedernal, un valle con suelos y clima únicos para la vid. Y además es un Malbec que desde 2016 demuestra cada vez más carácter de lugar. La dupla Paula González y Gustavo Matocq (bodega y viñas) al frente de un gran equipo, logra un tinto sanjuanino de excepción una vez más. De aromas compactos, carnoso y con buen agarre, voluptuoso más rojo en su mensaje frutal. Concentrado, con fuerza y potencial. Puntos: 93,5

Pyros Vineyard Limestone Hill Malbec 2019

Pyros Wines, Valle de Pedernal, San Juan (en primicia)

De aromas austeros y buen volumen, con notas delicadas de frutas negras. Su agarre es fino, tenso y filoso, con el ahumado justo, también hay algo floral en su carácter. Con una acidez más marcada, precisa de tiempo en la copa para soltar sus expresiones y poder apreciar sus capas. Si bien le falta estiba, es un vino que va a ganar complejidad y que ostenta un gran potencial de guarda. Puntos: 94

Conclusiones:

La 2016 está evolucionando muy bien, aunque la madera se siente más adelante que cuando el vino llegó al mercado. En 2017 y 2018 este vino siguió su camino, con un cuerpo más compacto que el fundacional, reflejando el clima de las añadas. Pero el 2019 tiene una fuerza y energía especiales, con un agarre más tenso y taninos más filosos, como el 2016 en su momento. Es un vino que a ciegas te lleva a cualquier lugar más fresco, pero fuera de San Juan. Esto demuestra dos cosas, lo diferencial del lugar y todo lo que falta para transmitir el Valle de Pedernal.

Este vino, Limestone Hill 2019, está a la altura de los mejores exponentes nacionales, de Mendoza, Salta y Patagonia. Para Tim Atkin, es un vino con “una elegancia no forzada”. Está claro que tiene una energía que lo hace fluir de manera diferente, con otro peso y una frescura muy particular, que obviamente tiene que ver con el origen de las uvas. Y la botella tipo borgoña justamente es para reforzar el mensaje del suelo calcáreo (como en la afamada región francesa) y para anticipar un Malbec de un suelo diferente.


Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.