Si bien la altura en sí misma no significa más calidad, propone un entorno para lograr características únicas. A Terrazas de los Andes se la reconoce como pionera en la elaboración de vinos en altura. Es más, su nombre está inspirado justamente en eso; encontrar la mejor altura donde mejor se exprese cada cepa.
Hace unos meses dieron a conocer la cosecha 2013 de su línea de vinos de parcela denominada Terrazas de los Andes Parcel N° 10 W Los Cerezos Malbec 2013 (Luján de Cuyo – Mendoza) y Parcel Malbec N° 2 W Los Castaños Malbec 2013 (Valle de Uco – Mendoza). Pero el trabajo con estos “viejos nuevos vinos de parcela” comenzó hace diez años aproximadamente. Recuerdo los primeros Gran Malbec y Gran Cabernet Sauvignon de mediados de los noventa (solo salieron en las cosechas 1996 y 1997), y que más tarde derivaron en los Afincado. El posterior cambio de nombre se debió; más allá de cuestiones marketineras del momento; al nuevo concepto de “single vineyards”, pero hoy se trata específicamente con Malbec de Parcelas.
La explicación del por qué una parcela puede ser más especial que todo un viñedo tiene que ver con el foco que se puede poner en el trabajo diario. Obviamente la naturaleza juega un papel fundamental; el clima es el mismo para todo el viñedo, e incluso una zona más amplia (entorno). El suelo presenta muchas variables, incluso dentro de un mismo viñedo, por sectores o lunares como a veces se los llama. Esto influye en la conducción de la viña desde la poda, y fundamentalmente en el riego, porque si el suelo es más compacto y con un alto componente de calcáreo, la retención de humedad es mucho más alta que si es pedregoso y muy permeable. Todo esto requiere una viticultura de precisión, básicamente porque se trata de vinos de alta gama, de etiquetas que quieren trascender en el tiempo.
La primera cosecha “experimental” de estos vinos de parcela fue la 2008, cuando se denominaban sur y norte. Y si bien las intenciones podían ser las mismas, el estilo de la época era de tintos fermentados y criados en barrica, con una mayor concentración.
En el equipo enológico cambiaron algunos nombres, pero el rumbo y las intenciones siguen siendo las mismas; con Hervé Birnie-Scott y Philippe Moureau a la cabeza, buscan lograr los mejores Malbec de lugar de la Argentina. Y si bien puede parecer pretencioso, es a lo mínimo que debe aspirar la bodega que pertenece al grupo de marcas de lujo más importante y prestigioso del mundo (LVMH).
Mientras se siguen luciendo los Parcel 2012 e irrumpen de a poco en el mercado los 2013, los 2008 y 2010 mantienen una sana y atractiva evolución, y los 2017 prometen mucho más que todos, según la degustación realizada recientemente en la bodega.

Características de parcelas únicas
Los viñedos de Terrazas están ubicados en los mejores lugares de Mendoza, y revelan la habilidad en la identificación de los mejores terroirs siguiendo el concepto francés de los Grand Crus.
El recorrido empieza por la zona más tradicional, donde están esos viñedos antiguos que se riegan por surcos (aunque ya empezaron a estudiar la posibilidad de llevarlos a riego por goteo de apoco y con mucho cuidado para ver como reaccionan las plantas añosas). En Las Compuertas se encuentra “Los Cerezos” a 1070 msnm, un viñedo plantado en 1929 de 32 ha, de las que hay 28 plantadas 100% con Malbec. Y de la Parcela 10, una de las más preciadas, elevada y rocosa, nace el vino.
“Las Compuertas es un viñedo emblemático, una relación carnal entre el suelo y el hombre a través del tiempo”, afirma Gonzalo Carrasco. Pensar que ese lugar fue en algún momento un mar tropical, hace millones de años, que luego se seco y desapareció por el sur de lo que hoy es la Argentina. Esa sequía dejó los depósitos de sales disueltas en el agua, que devinieron en cristales depositados en el fondo del suelo. Denominados carbonatos de magnesio y calcio que están ahí en el subsuelo hace millones de año. Estos carbonatos pasan a ser parte del suelo Mendocino, un concepto real que no es nuevo y que más allá de estar de moda, cumplen una función de retención de agua.
Nazca y Sudamericana son las dos placas que formaron los Andes hace 65 millones de años (los cordones principales: frontal y pre-cordillera). Y es la pre cordillera la que define los suelos de Las Compuertas. Todos estos sedimentos acumulados, más el riego por manto llevado a cabo por el hombre perfilan las características actuales de estos suelos.
Si allí se hace una calicata, se puede ver una capa de 30/50cm de material fino, y luego una profundidad de 3m con raíces. Esta capa superficial es muy compacta, después de 90 años de trabajo del hombre, y da un suelo más homogéneo.

Hoy, el manejo hídrico es fundamental para poder exprimir el terruño y llevar a las copas su propia identidad, como una nueva historia que comienza a ser escrita. Pero la historia original de la finca cuenta que hacia fines de 1800 el gobierno incentivó a la industria del vino en la zona, que antes se dedicaba al ganado bovino y la producción de alfalfa para exportar a Chile. En 1980, Chandon lo compra porque necesitaba lugares altos para sus bases de espumantes. Es decir que la idea original era injertar el Malbec con Chardonnay, pero por suerte alguien dijo que no (a espaldas de Francia). Y en los noventa, de allí surgió la consistencia del estilo de la bodega.
Gonzalo Carrasco trabaja desde hace cinco años en ese lugar analizando el suelo. Hoy lo tienen parcelado gracias a los análisis de conductividad a distintas alturas, y de la superficie foliar. Con eso se hace un mapeo del viñedo para adaptar las labranzas y los riegos a esas condiciones en cada sector de la viña.
Luego, en función a las características de cada sector, deciden las cosechas y arman en los tanques los lotes con los distintos perfiles de Las Compuertas: el más fresco, el más frutado, etc. En esta etapa buscan vinos antagónicos y no su interpretación, los cuales luego son elaborados de maneras distintas. La heterogeneidad de los suelos está dada por el riego, por donde entra el agua hay más vigor, así como en la zona baja. Mientras que la parte superior del viñedo es la más tánica, y el corazón del cuartel da vinos más equilibrados. Se mantiene el riego así, de manera tradicional, por respeto a la planta.
Los suelos son arcillosos, que permiten una alta concentración de humedad.
“Esto da taninos más fáciles de tomar y con cierta delicadeza. A partir de un buen punto de cosecha obtenemos más fruta para luego aportarle más complejidad con la crianza”, afirma Nicolás Díaz, quién forma parte del equipo enológico.
Ambos coinciden que en los flamantes 2013 está más presente la madera, aunque no tanto como en las primeras añadas. No obstante, son vinos pulidos y equilibrados, que no buscan ser exuberantes en boca, sino más bien delicados.
En Los Cerezos el suelo franco de esta especial parcela situada en Las Compuertas (IG), Luján de Cuyo, guarda una excelente proporción entre arena, limo y arcilla, que lo mantiene fresco y húmedo. Es un suelo homogéneo y profundo con gran concentración de piedra pequeña, lo cual la distingue del resto del suelo de Las Compuertas. Esta condición facilita el drenaje y enraizamiento de la planta. Estas vides, plantadas sobre pie franco en 1929, entregan bajo rendimiento natural y están completamente adaptadas a su terruño y equilibradas con su entorno. De esta manera, ofrecen una producción homogénea, constante y de gran calidad. Cuando estas características de suelo se encuentran con una altitud ideal, que proporciona noches frescas y días de abundante exposición solar, el Malbec se muestra redondo y suave. Gracias a los largos periodos de maduración, posibles en este terruño, se consiguen vinos concentrados, maduros, amables y sumamente aromáticos.
Por su parte, Los Castaños a 1100 msnm (plantado en 1945) está en el corazón de la IG Paraje Altamira, con suelo más pedregoso y una menor retención de agua. Allí los viñedos se riegan por goteo para que las plantas obtengan los nutrientes con mayor eficiencia. La parcela Los Castaños se encuentra ubicada sobre el cono de deyección que se forma en la naciente del Río Tunuyán. Este posee un lecho de abundante canto rodado y rocas de gran tamaño cubiertas de caliza y, por encima de este, un depósito aluvional con arena. Son suelos de la era terciaria, muy secos y altamente permeables, que obligan a la planta a enraizar profundo en su búsqueda de arcilla y humedad. Cuando estas características de suelo suelto y pobre se fusionan con un clima continental árido distintivo de montaña ─frescura, potente exposición solar, amplitud térmica superior a los 16 °C y escasas precipitaciones que se dan sobre todo en el verano─ el Malbec se presenta con ímpetu y potencia, estructurado y expresivo; con un color inconfundible y diversas notas frescas y minerales.

La influencia de las cosechas
La cosecha 2013 ha sido una de las más importantes de las últimas décadas en términos cualitativos y cuantitativos. “Los Castaños es una de las verdaderas joyas de Terrazas de los Andes, es la cuarta cosecha que presentamos de esta finca, mientras que en el caso de Los Cerezos es la tercera que es una expresión del terruño muy definida y fácil de reconocer. Estos vinos son para aquellos consumidores que están interesados en descubrir los secretos más ocultos de viñedos y parcelas seleccionadas de los mejores terruños. Son vinos para enamorarse del Malbec. A través de los Parcel se puede explorar las particularidades más específicas, indagar en las diferencias entre una parcela y otra de Malbec. Año a año nos permiten ver la evolución de cada viñedo y nos permiten descubrir esas diferencias, entender cómo una parcela situada al norte entrega un vino con marcada personalidad, y otro situado al sur, que brinda un vino con otro carácter, vivacidad y potencia por su extremo clima y proximidad al río Tunuyán” comentó Gustavo Ursomarso, Ingeniero Agrónomo de Terrazas de los Andes.
Por su parte, Gonzalo Carrasco, explicó que “son dos expresiones de Malbec y dos realidades diferentes, pero bajo la misma premisa: exponer una versión pura de lo que ofrece cada lugar, sin intervención. Esta línea representa para nosotros el mayor desafío, comenzamos a trabajar en este proyecto en 2008”.
Además de los vinos 2013 recién salidos, ya están los 2017 (también degustados) que recién se lanzarán al mercado en unos tres años como mínimo.
Entre los Parcel que se vienen, se destacan Lican, en Los Chacayes a 1200 msnm camino al Manzano Histórico, plantado hace seis años. Ya hay 30 ha plantadas y 30 por plantar, y muchas esperanzas puestas en el Cabernet Sauvignon más allá del Malbec. El mayor desafío allí es la homogeneización del carácter que dan las ondulaciones en la expresión de las uvas.
Y El Espinillo en Gualtallary, el viñedo de ese nivel de producción (20 has) más alto de Mendoza (va de los 1620 a 1690 msnm). Además, poseen 160 hectáreas más de arenas y piedras, en ese suelo heterogéneo y baja retención de aguas. El desafío allí es el clima y las temperaturas que demoran unos 20 días respecto de otras zonas más bajas.
El gran objetivo es mostrar la diversidad y la cocina, para estirar las fronteras de calidad y de expresión, sobre todo del Malbec.
De estos últimos dos vinos de altura vinos se puede decir que hablan del lugar. El Lican, con ese toque salvaje que distingue al terruño, mientras que el Espinillo propone algo muy novedoso al menos para el Malbec, ya que el vino posee una fluidez más parecida al Pinot Noir; similar a lo que pasa en San Pablo, casualmente a la misma altura y dentro de la misma región. Habrá que esperar para saber si realmente es el estilo que puede dar la parcela, o si con el mayor equilibrio de las plantas y en esas condiciones extremas, va logrando más consistencia y más cuerpo de Malbec.

Recorriendo las fincas más antiguas de la bodega con Claudio Mestre, flamante responsable de viñedos de la casa, destaca que los vinos de parcela que allí nacen pasan más de 3 años entre la cosecha de la uva y el momento que logran su excelencia y están listo para ser disfrutados. Además, se añejan durante 20 meses en barricas de roble francés, casi el doble de tiempo que un Malbec promedio. Al referirse a la cosecha 2013, afirmó que “se caracterizó por una marcha climática fresca, de excelentes condiciones sanitarias y precipitaciones escasas. Las temperaturas moderadas contribuyeron a un prolongado periodo de maduración y las noches frescas permitieron mantener una excelente acidez y un correcto desarrollo aromático”.
Por otra parte, hay que recordar que la cosecha 2012 fue de rendimientos bajos, con un inicio de verano cálido, pero con un otoño fresco que moderó la madurez.
La 2014 fue más complicada a causa de El Niño, con lluvias durante el período de madurez, y la 2015 también, pero con sorpresas, lo que no se afectó alcanzó una calidad superlativa y con mucha fineza.

Pasado, presente y futuro de los vinos de parcela
En los vinos de Terrazas de los Andes se vienen muchos cambios, llegarán vinos que se han concebido en los últimos años. Ahora los Parcel 2013 ya no son más “Single”. La idea es reflejar los avances logrados en cada viñedo, más precisamente en las parcelas seleccionadas para estos vinos. Se viene el “Appellation”, que será una combinación de lo que fueron los Single Vineyards, para hablar de un Malbec influenciado por distintos terruños. Y el “Vineyard Selection” para mostrar los distintos pasos en el “Camino del Malbec” que propone la bodega.

Terrazas de Andes Los Cerezos Parcel Malbec 2013
De aromas densos y bien definidos, con cierta delicadeza. Hay músculo, con fruta roja y un dejo herbal. De trago no muy profundo, con buena acidez sostenida desde el ataque, taninos agudos, con fuerza y una potencia domada. La madera se siente muy bien integrada. Jugoso y potente, de paladar franco y con mucho potencial. Posee un buen mensaje con personalidad propia, algo de fruta negra suave sobre el final y leves dejos ahumados. Empieza a asomar la complejidad. Beber entre 2019 y 2023.
Puntos: 92

Terrazas de Andes Los Cerezos Parcel Malbec 2012
De aromas profundos y classy, cargados, pero con equilibrio. Hay mucha fuerza y con la madera que se siente, taninos algo firmes. Con frescura y fruta bien generosa, paso firme, todavía muy joven, potente, pero con buena estructura. Un vino que está más si para guardar. Tiene una clara intención de lugar, es compacto, pero con elegancia potencial, cargado pero sedoso, y muy profundo, con un final licoroso y con algo de pasas. Beber entre 2019 y 2020.
Puntos: No se califica por ser un vino guardado

Terrazas de Andes Los Cerezos Parcel Malbec 2010
Algo terroso y con fruta madura. Carnoso y fluido, de trago no muy profundo, con leves notas lácticas y ahumadas. Taninos incipientes y un final de especias secas con muestras de madurez, pero con equilibrio. Está para descorchar. Beber entre 2019 y 2020.
Puntos: No se califica por ser un vino guardado

Terrazas de Andes Los Cerezos Parcel Malbec 2008
De aromas algo cárnicos, con buena fluidez y taninos algo firmes. Con leves dejos de regaliz y trago no muy profundo. Tanto en aromas y sabores como en sus texturas se nota el paso del tiempo, y si bien cedió en su estructura original, con diez años sigue mostrando una cara del varietal y del lugar. Beber entre 2019 y 2020.
Puntos: No se califica por ser un vino guardado

Terrazas de Andes Los Cerezos Parcel Malbec 2017
Degustado en primicia en Julio 2017 ya mostraba su buena tipicidad de fruta negra, con frescura y buen agarre. Con fuerza por juventud, pero todo bastante bien integrado. Recientemente se mostró con aromas expresivos, y un buen carácter de frutas negras con algo floral. Taninos firmes pero finos, con buen cuerpo y la madera que sobresale un poco. De trago profundo, con buen agarre fino, por ahora no se siente el clasicismo del lugar, sino una interpretación moderna de Las Compuertas, aunque tiene 3 años más por delante en bodega para llegar a su plenitud y salir al ruedo.
Puntos: No se califica por ser un vino que no se ha lanzado.

Terrazas de Andes Los Castaños Parcel Malbec 2013
De aromas más expresivos y paladar compacto, pero con fluidez. Taninos muy delicados y con agarre. Es un vino que entra y sale todo como uno, de paso más delicado que Los Cerezos, y con la frescura más integrada. Su potencia bien equilibrada, y se nota que habla más el vino que la crianza. De final algo herbal y con gran potencial. Beber entre 2019 y 2025.
Puntos: 93

Terrazas de Andes Los Castaños Parcel Malbec 2012
De aromas delicados e integrados a frutas negras De paso más ligero en boca, pero carnoso, con taninos finos y firmes. La madera más integrada, paladar franco y refrescante, con un carácter elegante. Todavía tiene fuerza y energía, pero más moderada, y puede desarrollar un mejor potencial. Beber entre 2019 y 2022.
Puntos: No se califica por ser un vino guardado

Terrazas de Andes Los Castaños Parcel Malbec 2010
Algo compacto en sus expresiones, de paladar no muy profundo y domado por el tiempo. Carácter algo negro y bien maduro, con lo justo de lo licoroso, buena fluidez, carnoso y franco Beber entre 2019 y 2020.
Puntos: No se califica por ser un vino guardado

Terrazas de Andes Los Castaños Parcel Malbec 2008
Malbec compacto y fresco, con muy buena fluidez. Taninos incipientes, y sabores profundos que no hablan de madurez, pero si evolución. Con toques de frutas negras, especias y algo de tabaco seco. Complejo y con más vida por delante. Beber entre 2019 y 2022.
Puntos: No se califica por ser un vino guardado

Terrazas de Andes Los Castaños Parcel Malbec 2017
Degustado en primicia en Julio 2017 se mostraba con menos concentración y fuerza. Fluido y con la frescura bien integrada, vivaz, con fruta negra y taninos incipientes que se agarran muy bien. De paladar franco, con fuerza y profundidad, hay potencia y una elegancia potencial en este vino, de muy buenas texturas y un carácter de fruta que habla más del lugar que de la uva
Ahora sus aromas se expresan más austeros e integrados, también con buena fluidez, de paso compacto y ágil, y con un carácter muy interesante que seguramente alcanzará una identidad única cuando llegue al mercado alrededor de 2022.
Puntos: No se califica por ser un vino que no se ha lanzado.

Terrazas de Andes Lican Parcel Los Chacayes Malbec 2017
Hace cinco años que lo elaboran y les ha costado entender sus taninos. De carácter símil a Los Castaños, pero sin tanto equilibrio, algo más salvaje. De taninos firmes, potente, con fuerza y cierta frescura. Hay energía en su ataque, pero su trago no es tan profundo. Hoy ofrece aromas frescos y herbales, con buena fluidez y un carácter de frutas negras. Taninos incipientes que marcan un poco su paso por boca por no ser tan carnoso. Por su potencia y frescura seguro crecerá tanto en barricas como en botella antes de llegar al mercado.
Puntos: No se califica por ser un vino que no se ha lanzado.

Terrazas de Andes El Espinillo Parcel Gualtallary Malbec 2017
Degustado en primicia (jul2017) se mostró muy fluido y con un carácter de fruta más roja. Liviano (12,5 5 Alc) y de trago simple, paladar fresco y texturas incipientes, pero con un mensaje de Malbec no muy definido, que nace en un entorno muy extremo y que esto le brinda una expresión muy particular.
Actualmente, sus aromas sueltos recuerdan a fruta roja, con la acidez marcada y un paso fugaz, aunque contundente en su ataque, pero muy fluido en su final, sin el músculo típico del Malbec. El tiempo y su evolución en bodega dirán si se trata de una nueva cara del cepaje emblema.

Orden de preferencia de los 2017

1) Terrazas de Andes Los Castaños Parcel Malbec 2017 (por compacto)
2) Terrazas de Andes Los Cerezos Parcel Malbec 2017 (por fuerza)
3) Terrazas de Andes Lican Parcel Los Chacayes Malbec 2017 (por salvaje)
4) Terrazas de Andes El Espinillo Parcel Gualtallary Malbec 2017 (por novedoso)

Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.