Si bien la cuna del vino no es Francia, a los galos se les reconoce su capacidad de agregarle valor y llevar el vino a niveles inimaginables. A partir de lugares único, y la consistencia que da el tiempo, han logrado imponer nombres de terruños que trascienden a l hombre y sus modas.

Algo de eso tiene Finca La Anita desde sus comienzos a principios de los años 90´. Porque siempre hicieron vinos con uvas de su propia finca en Agrelo, al misma que rodea a la bodega, como sucede con los Chateaux de Burdeos o los Domaine de Borgoña en Francia. Y por más que el mercado empujara hacia la altura del Valle de Uco, Manuel Mas siempre se mantuvo firme en su convicción de hacer los mejores vinos con sus propias uvas.

Pero se sabe que nada es fácil en nuestras tierras, y el paso firme de Finca La Anita casi se interrumpe por una coyuntura entre hermanos. Allí Manuel sacó a relucir su costado bodeguero, ya que s ele reconoce ser el pionero de las bodegas boutique aunque regañe del término. Sus mejores vinos podían competir a principios de milenio con los de las grandes bodegas, siendo Finca La Anita un proyecto modesto en términos cuantitativos pero siempre pretencioso a nivel cualitativo. Fue así que Manuel Mas se ganó el respeto de sus pares.

En 2010 se quedó sin su ladero, hermano y enólogo hasta entonces Antonio Más. Y tuvo que tomar decisiones. Así fue que se la jugó por un cambio rotundo con Soledad Vargas, una joven enóloga con poco presente (en aquel entonces) pero con mucho potencial.

Hoy, después de cinco años de aquella coyuntura se lo puede ver a Manuel Más feliz y relajado. Porque sabe que el rumbo de su Finca La Anita vuelve a estar asegurado.

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Como si tuviera un sexto sentido, presentó algunas de las nuevas cosechas en 6to, el flamante restaurante de los hermanos Waisman, antes de su inauguración. La estrella sin duda fueron los vinos, más allá del propietario y su enóloga. Porque el Sauvignon Blanc 2014 $190 (ahora con tapa a rosca) demostró ser un vino fresco y vivaz. Con un carácter propio y distinto a sus pares del Valle de Uco. Siguió el Malbec 2013 $295, un fiel exponente varietal que, como siempre, avanza de espalda a las modas. Su equilibrio y expresión pueden ser la envidia de muchos que siguen intentando buscar su lugar en el mundo del vino. Luego fue el turno del Petit Verdot 2011 $295, el tercero de la zaga (2005 y 2007 fueron sus antecesores). Maduro y tenso, con mucho agarre pero como todo Petit Verdot, sin tanta profundidad. Igual sigue siendo el exponente que puso este nombre varietal sobre la mesa para llamar la atención de los enófilos. El almuerzo siguió con el Finca 2012 $520 tinto. Un vino elaborado para reflejar la finca, ya que es un blend de Cabernet Sauvignon, Malbec y Merlot elaborado a partir de las mejores uvas de la finca. El equilibrio y su juventud fueron, sorprenden a cada trago.

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La apuesta fue subiendo y llegó el turno de los Varúa. Primero el Merlot, cepaje devaluado por estas tierras si los hay. Un tinto que demuestra que cuando el vino es bueno, no importa el varietal, sino el lugar y el hombre; o en este caso la mujer, que los hace. Este Varúa Merlot 2011 sale de las únicas 14 hileras (menos de 2000kg de uvas) que hay en la finca. Y el Cabernet Sauvignon 2013, demuestra ser un gran exponente, no solo del varietal, sino de los vinos argentinos. Por su elegancia y tenacidad (no tanicidad), son propios de un vino que sabe cual es su propósito. Y en esto Manuel Mas tiene mucho que ver. Porque si bien se reconoce un neófito en los tecnicismos del vino, a pesar de sus 25 años como bodeguero, es un bon vivant. Y como tal, su paladar ha recorrido el mundo, y sabe muy bien cuando un vino es un vino y un gran vino es un gran vino. Por eso no dudó, al seleccionar este vino de la joven enóloga de la casa Soledad Vargas, en catalogarlo coma Varúa. Fue luego de una degustación a ciegas y a sabiendas de su existencia y de las dificultados de vender un Cabernet Sauvignon de $1000 aproximadamente la botella.

Luego fue el turno del mítico Syrah de la Finca. Un 1997 y un 2002; este último equilibrado y con más vida por delante. Como para demostrar por qué esa etiqueta se convirtió en un estandarte de la variedad.

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El cierre fue un lujo emotivo que solo los verdaderos hombres del vino se pueden dar. Porque el Línea Tonel 2000 fue un Malbec-Syrah ideado por el amigo dela casa Miguel Brascó. Un vino que va mucho más allá del paladar, si se lo degusta además con la cabeza y el corazón.

El almuerzo dejó al desnudo lo más importante en la carrera de este bodeguero que ha invertido mucho tiempo y dinero para hacer de Finca La Anita una de las bodegas más respetadas de la Argentina. Los amigos. Para Manuel Mas no hay premio mayor que aquellas personas que pueden disfrutar sus vinos, como él lo suele hacer. Y de eso se trata el vino de vivir momentos y de sensaciones, que se potencian con las relaciones. Como dijo la “Checa”; un vino que no emociona no es un vino.

Para mi, que disfruto de cada mensaje que viene en una botella de vino, puedo decir que hoy que Finca La Anita es Más finca que nunca, y ese es el premio de Manuel Mas; el dandi del vino argentino.

Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.

2 Respuestas

  1. Carlos Lizondo

    Que buena nota!, te felicito, me emocionó. Tengo un par de ejemplares de Finca La Anita, esperando por el momento ideal para descorchar. Uno es el del maestro Brascó, Línea Tonel 2000, el otro es el Corte G 2011. Que buenos vinos hacen. Saludos!

  2. El Cuervo Adrian

    Qué lástima que no pude probarlos (no me llegó la invitación), pero quisiera corregirte lo de Antonio, el hermano enólogo de Manuel: entiendo que no se quedó sin él (que está en Finca Propia) y tuvo que tomar decisiones. Sino que tomó decisiones, como quedarse sin él y pedirle ayuda enológica a Susana Balbo (Soledad Vargas).
    Abrazo!