Informal, cool y con una calidez que cautiva, nace Williamsburg, un burger bar que convoca a degustar su gran protagonista: hamburguesas caseras de tamaño generoso, elaboradas con cortes de primera calidad, cocidas a la parrilla, coronadas con pan de brioche casero y una gran variedad de guarniciones. Las alberga un local de estética muy cuidada, con un dejo a diner norteamericano pero muy moderno, esmerada atención y buena música.

Williamsburg honra al vanguardista barrio neoyorkino de Brooklyn del cual toma su nombre, donde el diseño y la propuesta gastronómica son un imán para quienes valoran el fast food gourmet.

Su ambientación, a cargo del reconocido diseñador Horacio Gallo, combina armónicamente madera, acero y azulejos, acompañando la cocina de alma norteamericana. Todo está a la vista en este bar de hamburguesas. Desde su frente, completamente vidriado, hasta una cocina abierta, que invita a contemplar el ritmo de la cocina en pleno servicio.

Hacia la derecha de este largo local, la pared está revestida por madera contraponiéndose con el acero del lado izquierdo, que se extiende de piso a techo, logrando una ingeniosa recreación de un Airstream, esas carabanas o trillers de acero que si no las vimos, seguramente los reconocemos por el cine y la televisión de Estados Unidos.

Para sentarse, se puede optar por los boxes con sillones de cuero rojo y mesas blancas, por las altas barras revestidas de azulejos sobre las vidrieras, por la vereda con mesas altas y banquetas de madera para quienes prefieren el aire libre o, hacia el final del local, por una mesa comunitaria para 12 personas que invita a compartir el espacio con extraños o a convocar a muchos amigos a un almuerzo o cena.

En este ambiente, con cálida iluminación, descontracturado y donde se escucha música indi rock de fondo, el menú se anuncia en un cartel luminoso en amarillo. Desde ahí se ordena de forma directa en caja, para luego ser llamado por micrófono y retirar el pedido del mostrador. Pero también está la posibilidad de sentarse con carta en mano y solicitar al camarero el servicio. La modalidad, es a gusto del cliente.

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Entre las potentes y variadas hamburguesas, en su mayoría con nombre de personajes norteamericanos, algunas ya se están posicionando como preferidas. Entre las de carne, ofrecidas en un tamaño de 200 gramos de picaña y nalga, se destacan Williamsburger con queso en chips, huevo frito, panceta crocante, pepinos y mayonesa y Dylan con cebollas caramelizadas, queso azul fundido y rúcula fresca, a la que se sugiere maridar con cerveza Patagonia Kune, porque su malta caramelo realzan el sabor de la cebolla caramelizada y su amargor se complementa con el de la rúcula y corta la cremosidad del queso.

Entre las de cerdo, presentadas en 190 gramos de bondiola, Sullivan es tan majestuosa como simple con muzzarella, lechuga, tomate y relish. Si la preferencia del cliente se inclina hacia las de pollo, cuyo medallón de carne pesa 180 gramos de pechuga, la sugerencia con maridaje es Polanski, servida con mozzarella, palta, mayonesa chipotle y espinaca. Ideal para acompañar con Patagonia Bohemian Pilsener. También se encuentra la Vegetarina, que se recrea en una sabrosa pieza que combina arroz yamaní con cerelales y se acompaña con muzzarella, palta y espinaca. Para dar mayor variedad a esta última opción, el medallón también puede combinarse con los acompañamientos de las otras hamburguesas.

Cada una de ellas se sirven entre dos rodajas de un esponjoso y muy sabroso pan de brioche de elaboración propia y pueden ordenarse solas o en Combo. Este último incluye papas fritas, papas al horno con romero y manteca de limón, batatas fritas, chips de mandioca acompañadas con varias opciones de aderezo como por ejemplo relish, salsa de tomate picante y sriracha, ali oli, entre otros, o mix de verdes. El combo también ofrece un refill en gaseosa, que permite al comensal la recarga gratuita de la bebida que haya ordenado. Para los amantes de la cerveza, esta última puede ser canjeada por Patagonia tirada por un valor adicional.

Además, también se disfrutan exquisitos Brurritos, como Tupac con cerdo deshebrado braseado, lechuga, tomate, cheddar, cebolla morada, cilantro fresco y crema ácidas; Ensaladas, como NY Doll que combina lechuga capuchina, huevo, panceta crocante, palta, tomates cherry, queso blanco y nugg de pollo; y Canastas, como Aros de Cebolla, Papas fritas con queso cheddar entre otras.

Para acompañar, además de cerveza Patagonia tirada, en sus cuatro espumosas y refrescantes alternativas: Amber Lager, Kune, Bohemian Pilsener y Weisse, se beben gaseosas, pomelada y limonada.

Como opciones dulces, los imperdibles son sus Smoothies y Milkshakes, muy elegidos durante las tardes, y también se dejan ver tortas como cheescake, tarta de manzanas, bonaffiee en diversas sugerencias, entre otras delicias.

Para el desayuno y la merienda, Williamsburg también tiene varios manjares. Van desde alternativas más light como French Toast con miel y salsa de frambuesas hasta unos contundentes Huevos revueltos con panceta asada, cheddar rayado y salchicha en plancha con pan tostado, pasando por yogurt con granola, medialunas y más, que se complementan con té, café o limonada.

Como lo señala su lema: “en tiempos en que el desamor y lo efímero mandan, en nuestra casa vas a encontrar esa contención que buscas en tu analista todas las semanas y un sabor que nunca vas a olvidar”.

+ info en www.williamsburgba.com

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