Patagonia; tan lejos, tan cerca de tu copa Fabricio Portelli 13/05/2015 Notas, Vinos Notas 1670 Es un nombre que trasciende al vino y su gente. Su naturaleza imponente y su ancestral inmensidad atrae millones de turistas. Y es tan grande, que el vino patagónico ocupa una mínima parte de su terruño; el más vivo. Tanto el Alto Valle de Río Negro como el flamante Valle de San Patricio del Chañar tienen mucho vino para mostrar al mundo. Historia, de la mano de Canale, y también de esas viejas viñas de Malbec y Pinot Noir que se salvaron de ser erradicadas durante la crisis. Hoy, responsables de las etiquetas más prestigiosas de la Patagonia gracias a Noemía y Chacra. Ambos proyectos biodinámicos, que buscan expresar naturalmente rincones únicos de la mejor manera posible; ni más ni menos. Poco más de diez años necesitaron sus hacedores (Hans y Piero) para demostrar que su visión era acertada, y que traían del Viejo Mundo mucho más que pasión. El primero a manos del Malbec, el segundo con el Pinot Noir como bandera; y ambos se convirtieron en referentes de los vinos argentinos. A pesar de las condiciones y dificultades que supone elaborar en Patagonia. Clima extrema y lejos de la civilización vínica. Pero además de historia y prestigio, hace falta presente. Ahí se suman pequeñas y grandes bodegas, para aportar lo suyo. El Aniello en Mainqué con viñas sobre el Río Negro, y Bodega Del Fin del Mundo, Malma, Familia Schroeder y Secreto Patagónico, en Neuquén. Todos con el mismo objetivo aunque distintas recetas. Mostrar y compartir lo mejor que puede dar el terruño patagónico con el mundo. Las variedades que más se destacan en un ámbito tan natural como ventoso, son Sauvignon Blanc, Chardonnay y Merlot, además de las mencionadas Malbec y Pinot Noir. No obstante el Cabernet Franc, el Tannat, el Cabernet Sauvignon y hasta el Trousseau, sorprenden año tras año. Es mucho más difícil hacer vinos patagónicos que conseguirlos. En general poseen una frescura natural diferente y mucha expresión; y cuando son biodinámicos, se muestran más puros. Nota publicada en Revista Convivimos Mayo2015