Pongo las copas en el fuego Fabricio Portelli 11/12/2017 Notas, Vinos Notas 3573 Nadie duda del potencial de los vinos de San Juan, porque más allá de ser la segunda provincia vitivinícola en superficie y de ostentar tanta o más historia que Mendoza, posee exponentes que así lo demuestran. Pero es cierto que no se había subido al aluvión vínico revolucionario de este siglo, como si lo hicieron Mendoza, con sus diversas micro regiones, Patagonia y los Valles Calchaquíes. Pero algo está cambiando. Ya no por las intenciones de una bodega o de un enólogo, sino por la realidad que ofrece un terruño, un lugar muy especial. El Valle de Pedernal llega hasta los 1500 metros y es el punto más alto de la provincia, pero la altura no es sinónimo de calidad, sino que ofrece condiciones diferentes. Y si bien del buen terruño al gran vino hay mucho trecho, en Pyros Wines hace ya varios años se decidieron a recorrerlo, y sus vinos son la prueba de fuego. Valle de Pedernal, la nueva joya de Cuyo San Juan es un desierto, con montañas y valles como Tulum, Ullum, Zonda y, el mencionado, Pedernal, que está al Este de la Precordillera. Con una altitud que va desde los 1200 y hasta los 1500 metros, y ocupa unas 30.000 hectáreas de superficie. La finca de la bodega, plantada por el Ing. Agrónomo Gustavo Matocq (quizás la persona que más conozca el valle) y José Pepe Morales (enólogo de la casa), se llama Piedra de Fuego. Y los vinos que allí surgieron (cosecha 2012) se presentaron en 2015. Pero convencidos que tenían algo único en sus suelos y con un clima ideal para el desarrollo de la vid, profundizaron la investigación. Multiplicaron las calicatas y ahora (dos años después) empiezan a encontrar el perfil de los vinos que quieren. Al menos eso es lo que arrojaron las últimas microvinificaciones de parcelas seleccionadas presentadas recientemente. “Allí, la logística es complicada, pero tampoco hay plagas y hay que mantenerlo así, por eso impusimos un protocolo de ingreso al valle y declaramos un Área Protegida Pedernal”, comenta Gustavo Matocq. Actualmente hay 800 hectáreas con viñedos plantados desde 1990, e incluso hay una IG Pedernal. Lo más sorprendente es que todos los suelos son calcáreos, de origen geológico y no por actividad microbial, como en la mayoría de los demás terruños argentinos. Luego de los estudios sobre el origen de los suelos realizados por el prestigioso geólogo Carlos Valero, y de los estudios sobre los suelos y la relación con las vides llevados adelante por los franceses Claude y Lydia Bourguignon- especialistas de talla mundial en la materia- se concluyó que: las rocas geológicas calcáreas son de origen marino, y por eso se trata de una sierra y no de una montaña. Son formaciones de 485 millones de año, que eran corales y por eso hay tanto calcáreo y sílice, con piedras angulosas (no aluvionales) y otras calcáreas, que forman la estructura de los suelos. El Valle de Pedernal se encuentra entre la Cordillera y las Precordilleras Central y Oriental. “Estas formaciones se fueron rompiendo con los años, por eso hay distintas composiciones y dan una diversidad de ambiente muy grande, que se empiezan a ver en los vinos”, asegura José “Pepe” Morales. Pero las plantas son más sensibles y los vinos lo demuestran, es por ello que ahora el objetivo de la bodega es poder interpretar esas diferencias con las cuales pueden lograr vinos de excepción. “Solo el 7% de la superficie terrestre posee este mismo origen, y el 50% está en Europa; pero el lugar es muy especial más allá del suelo”, afirma con entusiasmo y seguridad Gustavo Matocq. Quién sostiene que es por la combinación de dos fuerzas: suelos pobres con calcáreo, piedras que tienen materiales de relleno y eso hace que tengan una particularidad única; ser pobres en materia orgánica que absorben agua pero también la retienen. Y la profundidad de las raíces les permite casi no fertilizar. La finca está en un lugar muy particular del valle, en la parte más alta. Es un campo de 350ha con 80 cultivadas al pie de las montañas, y eso les da una brisa constante que ayuda mucho a la sanidad de las vides. Para los que hacen Pyros la clave estará en quienes entiendan mejor la relación del suelo, los vinos y las plantas. Y eso es lo que motiva todos los estudios e investigaciones que están llevando a cabo desde hace un par de años. La clave está en el estudio A partir de las calicatas, pudieron determinar tres áreas diferentes dentro del viñedo y elaborar microvinificaciones. De ahí salen el Single Vineyard Malbec y el nuevo Blend. “La diferencia de suelos es fácil de determinar, pero cuando se suman las plantas y los vinos, se amplía esa diversidad, y esa es la razón por la que el trabajo lleva más tiempo”, afirma el enólogo. Los Barrel Selected salen de parcelas con suelos de material fino y piedra que aumenta con la profundidad. El Single Vineyard viene de un suelo franco arenoso, también con piedras pero de mayor tamaño y en más cantidad. Es decir que todos son suelos pobres pero ricos en materiales finos, con buen drenaje y retención. Hoy todo se cosecha por áreas, ya no por cuarteles o blocks, porque toda la finca está marcada por sectores de acuerdo al vigor, y las pendientes también juegan un papel fundamental. El clima es continental, y por las temperaturas no muy elevadas las tasas de acumulación son muy altas, porque la planta no respira tanto de noche y por ende no quema tanto y el resultado es mejor. “Trabajamos con el concepto de microterroir donde el suelo tiene una particularidad especial. Buscamos que la planta llegue naturalmente a su equilibrio”, afirma Matocq. Si bien trabajan la viticultura de precisión, debieron dejar que crezcan las plantas para ver las diferencias y aceptar en consecuencia para lograr el equilibrio justo de cada una para que expresen lo que la naturaleza les ha dado. Los nuevos vinos de San Juan “Queremos hacer una colección de vinos que expresen el terruño de Pedernal, y todos los años hay un aprendizaje muy importante”, comenta Pepe Morales. Quién confesó que lo primero que vieron fue la altura, y en 2011 se marcaron sectores geométricos. Pero con las microvinificaciones encontraron grandes diferencias pero no las explicaciones, y entendieron que seguro estaban en el suelo. Primero fue la altura y el clima los que guiaron el trabajo de todo el equipo, pero luego fueron los suelos, y al parecer las diferencias están ahí abajo. Y si bien los PH pueden ser normales (de 3.70 gr/ac/l) hay una sensación de frescura diferente en los vinos, aseguran los hacedores. Pyros nace en 2012, y el Single Vineyard en 2013 junto con los Barrel Selected, pero las variaciones se hacían notar año tras año. “No sabemos bien químicamente qué le aporta el suelo al vino, pero sí las texturas del vino cambian. También las sensaciones con los polifenoles, aunque no respondan a un patrón. Pero decidimos elaborar vinos de terruño y por eso no hacemos intervencionismo”, dice el enólogo. Se cosecha temprano y de forma manual para aprovechar las bajas temperaturas, luego una molienda suave porque no trabajan con granos enteros, y una maceración en frío que se define por degustación (de 2 a 4 días). Uno de los próximos pasos será aislar la cepa de levadura de Pedernal para la fermentación de todos sus vinos, los cuales pasan por madera aunque no toda es nueva. A partir del Malbec y del Syrah principalmente, quieren expresar el Valle de Pedernal. “Son vinos ricos que expresan el lugar y eso no es moda”, afirma el enólogo. Un periodista internacional ya lo calificó como “un Malbec de la Borgoña”, y otros ya hablan del Uco de San Juan. Pero mientras en Valle de Uco hay 25.500 ha plantadas, el potencial en Pedernal nunca será tan grande por la escasez de agua. Tiene más bien una magnitud de IG, con la particularidad que su geología es de origen marino y no de bacteriano. El valle es un lugar extremo, y prueba de ello fue que en 2017 se perdió el 60% de la producción a causa de dos heladas, pero la calidad fue excepcional, afirman desde la bodega. En la edición 2017 del Global Malbec Masters, Pyros Wines presentó dos Malbecs y ambos recibieron una medalla de ORO en las siguientes categorías: Pyros Barrel Selected Malbec 2015 – Pedernal Valley – (Oro – 10 a 15 Libras), Pyros Single Vineyard Block N°4 Malbec 2013 – Pedernal Valley – (Oro 20 a 30 Libras) La degustación Pyros Barrel Selected Malbec 2015 Malbec de aromas equilibrados, con buena fluidez y fruta roja madura, pero con final fresco y herbal. Moderno en expresiones y texturas, con taninos incipientes. De paso jugoso y final agradable y persistente. Se nota el estilo de la casa el carácter del lugar que, sin dejar el perfil bajo, se hace sentir muy bien en la copa. Puntos: 90,5 Pyros Single Vineyard Block 4 2014 De aromas clásicos y equilibrados, con buen perfil de frutas rojas bien rodeadas por la barrica. De entrada fresca y con buen volumen, taninos finos y pulidos, con agarre un carácter dominado (por ahora) por la crianza. Es un vino intenso y frutal, muy bien logrado que necesita más tiempo en estiba para acomodarse. Puntos: 90 Pyros Microvinificación Malbec 2016 De aromas intensos, más de frutas negras. Tenso y de ataque fresco, con carácter y taninos finos y filosos. Está lo láctico de la barrica y eso le aporta algo goloso a su paso por boca. Pero esa fruta con esa frescura y tensión es muy interesante. Un vino voluptuoso con mucha fluidez, y con un mensaje directo pero una fineza en sus taninos sorprendente. De final levemente ahumado por la crianza pero de aromas definidos y elegantes y un paso etéreo. Algo novedoso para los vinos de la provincia que hará mucho ruido al salir. Puntos: 92/93 Barrel Selected Syrah 2015 El Syrah de San Juan había generado muchas expectativas y parece empezar a cumplirlas. Este exponentes del Valle de Pedernal va ganando equilibrio y eso se empieza a notar en el vino. De aromas equilibrados, buen cuerpo y algo goloso en su carácter, propio del varietal. Con cierta madurez y taninos incipientes, hay frutas rojas y especias en un paladar moderno y ágil. Claramente una nueva etapa del cepaje ha comenzado en San Juan. Puntos: 90 Pyros Blend 2013 Blend de Malbec (70%), Syrah (22%) y Cabernet Sauvignon (8%), ídem al 2012 fundacional. De aromas intensos pero compactos y no tan expresivos. Con la frescura marcada y los taninos firmes y finos, con algo especiado que domina el paladar. Hay agarre con volumen, y un carácter frutal vivo. De paso redondo y jugoso, con buen potencial. Acá habla más el vino y no tanto la crianza como en su antecesor. Puntos: 91