Hola Miguel, ya son siete años (desde el 10 de mayo de 2014) sin poder verte, ni escucharte en persona, ni disfrutar una comida juntos, siempre bien regada de buenos vinos. Seguro no soy el único que te extraña; Luisa y Milagros mucho más.

Pero más allá de la tristeza que genera tu ausencia dejame decirte que estás cada vez más presente en todos aquellos amantes del vino y la buena vida. Porque todos tus consejos gastronómicos trascienden el tiempo y resisten el embate de las modas.

Cumplo, con placer y melancolía, en contarte lo que ha pasado este año.

Ni te imaginas como el vino reaccionó ante la pandemia. Tenías razón, el paladar genético estaba latente, y eso hizo que en muchos hogares argentinos se dieran cuenta que el vino era un gran aliado de la mesa, y que podía convertir un momento cotidiano difícil, en un buen momento. Y entonces el consumo interno; por el cuál siempre luchaste; se incrementó por primera vez en muchos años. Esto les permitió a las bodegas sortear un 2020 muy complicado y mantenerse en pie en este 2021 que, al parecer, viene bastante similar. Los que la están pasando muy mal son los restaurantes, ya que no solo muchos cerraron, sino que por las restricciones deben cerrar sus puertas a las 20h, y encima no pueden atender puertas adentro. ¡Oviedo tuvo que poner mesas para dos en la vereda! y además desarrollar el take away, que si bien es un lujo; y lo puedo disfrutar todos los viernes en Radio Mitre; no alcanza para cubrir los costos del restaurante, según me cuenta nuestro gran amigo Emilio Garip. Igualmente, tanto Oviedo como muchos otros le están dando pelea a este virus que nos tiene a todos atrincherados y agazapados.

Pero volvamos a los vinos argentinos que fue siempre tu gran devoción. El Malbec sigue siendo nuestra bandera vínica en el mundo y le va bastante bien, más allá de las vicisitudes económicas del país, las cuales no cambiaron y siguen siendo las mismas de los últimos 50 años. Por suerte, Malbec es sinónimo de Argentina y los vinos salen cada vez mejores. Ya no apoyados en la concentración sino en sus expresiones de lugar, a partir de la interpretación de sus hacedores, pero siempre poniendo el foco en tu, tan mentada, drinkability. Porque los grandes vinos hoy no solo se pueden disfrutar de jóvenes, sino que además tienen un gran potencial de guarda. Y esto provocó algo que vos también siempre defendiste, puso sobre la mesa a los vinos añejos. Aquellos elaborados cuando vos empezabas a despuntar el vicio de connaiseur du vin (viste, me copio de vos incorporando frases en otro idioma). Y eso deja en evidencia que aquellos vinos; que si bien no fueron concebidos para vivir 20,30 o 40 años; están vivos y muy disfrutables. Lo malo es que para tener la suerte de cruzarse con alguno de ellos hay que desembolsar muchos miles de pesos. Pero se que hay mucha gente, algunos de generaciones más jóvenes, que se encuentra con una cava heredada de muchas de esas botellas. Otras de las novedades del año es el Cabernet Sauvignon, y así como era protagonista de los mejores vinos hacia fines del siglo pasado, hoy vuelve a tener protagonismo. Esto no quiere decir que va a suplantar al Malbec, del cual ya hay 45.000 hectáreas plantadas, y sabe copiar muy bien las características de los paisajes. Pero el Malbec en el mundo tiene su techo cerca del 2% de la torta global, y la del Cabernet Sauvignon es de casi el 20%; y todavía la Argentina no compite. Por eso están empezando a salir muchos exponentes de Cabernet apoyados en el know how que permitió el Malbec. Puedo imaginar todos los consejos que les darías a los bodegueros que quisieran incursionar en la materia para evitar pisar el palito.

Como ves, si estuvieras acá tendrías más trabajo que nunca, con muchos zoom de por medio, y dirigiendo infinidad de degustaciones virtuales desde tu casa. Es cierto que no podrías salir mucho a cenar, pero si a almorzar en alguna veredita soleada.

Por último, te cuento que la Checa terminó su guía número 13 (Los Buenos Vinos Argentinos), y tuve el placer de volver a ayudarla con las catas. Además, comencé un ciclo de vivos por Instagram de Radio Mitre los sábados a las 19 horas que se llama Sábados de Copas, un título que encierra a nuestro mítico y querido programa de TV, Dos de Copas. Hoy, como tantas otras veces brindaré por vos, por tus enseñanzas y amistad, y por todo el tiempo que pasamos juntos. Sabes que fuiste, sos y seguirás siendo el más grande comunicador de vinos argentinos. No solo para mi, para todos.

Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.