por Fabricio Portelli

para The Wine Time

“Franc…amente”, ahora sí lo entiendo. Porque hace algunos años (creo que fue en 2018) cuando un respetado crítico internacional lo puso a la misma altura de un Malbec; justo la primera vez que la influyente publicación le otorgaba 100 puntos a un Malbec argentino; francamente no lo entendí. Porque si bien el Cabernet Franc ya estaba entre nosotros; como muchos otros varietales tintos; nada hacía ver que este aventajaría a otros más consagrados como el Cabernet Sauvignon o el Merlot. Mucho menos al Malbec, con el que se venía trabajando profundamente desde fines de los 90’. Incluso, hasta ese momento, era un varietal más que aportaba diversidad, pero más en las góndolas que en las copas, salvo por algunas excepciones como Benegas, Lagarde, Pulenta, Andeluna y el Angélica Zapata de Catena Zapata nacido en 2002. Pero claro, ambos vinos 100 puntos tenían dos cosas muy fuertes en común, el origen y el hacedor, es decir el lugar de donde provenían las uvas y la interpretación de ese lugar por parte del winemaker. Se trataba de Gualtallary y de Alejandro Vigil, alguien que venía trabajando hacía varios años en ese viñedo específico con el Cabernet Franc. No por casualidad fue la variedad de bandera de su proyecto Aleanna, junto con Adrianna Catena, que salió al ruedo en 2010. Sin embargo, poner al mismo nivel un Cabernet Franc 2013 y un Malbec 2016 era algo que yo no podía entender. No obstante, ese impulso generó un aluvión de exponentes de Cabernet Franc. Al principio fue considerado un vino de moda, pero en un par de años logró consolidarse como una uva que llegó para quedarse, porque con apenas 1600 hectáreas, demostró que lo suyo no era solo ser diferente. También era un cepaje que “leía” bien el lugar, y lo transmitía en las copas con mucho carácter.

Hoy sabemos que posee dejos herbales, más marcados en las zonas frías de Cuyo y con toques más de piracina en los Altos Valles Calchaquíes, pero todos con frescura y un paso más ágil en boca, con taninos incipientes, pero no tan firmes como los del Cabernet Sauvignon. Se lleva tan bien con el roble como con el cemento, y evoluciona muy bien en botella. A esto hay que sumarle que convive muy bien con el Malbec en cortes, amplificando de esta manera su protagonismo y fama. A tal punto se ha diferenciado de sus pares que, con menor superficie plantada respecto del Bonarda, Cabernet Sauvignon y Syrah, es considerada la uva del momento. Y si bien esto no le alcanza para desplazar del podio de las inversiones en viñedos y en reconversiones al Malbec, implica un crecimiento sostenido de su superficie. Todavía están muy lejos (45.000ha vs 1600ha). No obstante, cada vez más consumidores la elijen como primera alternativa. Hay algo muy cierto en el futuro cercano del Cabernet Franc y es que seguirá creciendo, lamentablemente no al ritmo que muchos quisieran, pero no por culpa de la uva sino de la coyuntura. Igualmente, ahora es tiempo de celebrarla y de entender que ostenta un gran potencial en muchas regiones argentinas. Esto significa una gran oportunidad, porque no hay grandes referencias del varietal en el mundo, a excepción de unos pocos chateaux en Pomerol y Saint Emilion que la utilizan en mayor proporción en sus cortes con Merlot. Pero esos vinos ya son famosos por sus nombres y regiones, y no tanto por el protagonismo de las uvas con las que están hechos, tal como sucede con los varietales de producidos en distintas apelaciones de origen del Valle del Loire. Por eso, si acá se sigue apostando por el Cabernet Franc, invirtiendo en I + D (Investigación y Desarrollo) para entenderlo mejor y encontrar sus terruños más aptos, se puede soñar con lograr un impacto a nivel global. No para reemplazar al Malbec, variedad con la cual hay que seguir creciendo y consolidándose como principal productor, sino para que la acompañe en su conquista de nuevos mercados. Quizás fue esto lo que sintió mi colega internacional en sus copas hace muchos años. Sin embargo, en cuestión de calidad, de complejidad, de prestigio, de longevidad y de protagonismo, no hay discusión entre el Malbec y el Cabernet Franc.

La Celia Pioneer Cabernet Franc 2020

La Celia, Valle de Uco $1900

Con uvas de La Consulta y Altamira y el expertise acumulado de Andrea Ferreyra (enóloga) llega uno de los Cabernet Franc más producidos y con más historia. Su carácter es una combinación del estilo del vino con influencias del lugar. Es frutado y fresco, con buena madurez, de trago ágil y vivaz gracias a sus leves dejos herbales. Dice su hacedora que es un vino que evoluciona bien en botella. Beber entre 2022 y 2022. 90 Puntos Portelli

Andeluna del Cuartel Cabernet Franc 2020

Bodega Andeluna, Gualtallary, Valle de Uco $3060

Manuel González Bals también es uno de los precursores del varietal, porque al llegar a Andeluna ya lo había trabajado en Pulenta Estate. Este flamante exponente es fruto de la investigación y la experiencia, que le permite mostrar más vinos a partir del Franc. Es un tinto de buena fruta, jugoso y con cierto cuerpo. La frescura integrada resalta sus texturas mordientes y una nota herbal distintiva y del lugar (albahaca según el winemaker). Beber entre 2022 y 2024. 90,5 Puntos Portelli

Marcelo Pelleriti Signature Cabernet Franc 2019

Pelleriti Wines, Valle de Uco, Mendoza $4900

Es cierto que la variedad preferida para trabajar en Argentina de Marcelo Pelleriti es Malbec. Sin embargo, el enólogo admira mucho el Cabernet Franc, con el cual ganó mucha experiencia durante dos décadas vinificando en Francia. Acá hay un vino con su sello personal. Buena fruta, con cuerpo y taninos consistentes. De aromas expresivos y paladar franco, con buena frescura. Voluptuoso y ágil, en el final de boca conviven los perfumes herbales típicos con las notas ahumadas de la crianza. Beber entre 2022 y 2025. 91 Puntos Portelli

San Pedro de Yacochuya Cabernet Franc 2019

Bodega Yacochuya, Salta $8500

Si bien este vino nació como una edición especial, llegó para quedarse, porque la expresión que adquiere en Yacochuya es bien particular. De aromas expresivos e intensos, y paladar en sintonía. Voluptuoso, fresco y envolvente, están las notas de piracina (pimiento morrón) bien combinadas con dejos de hierbas y frutas negras, y la madera integrada. Un tinto con el carácter del lugar y con buen potencial de guarda. Beber entre 2022 y 2026. 92 Puntos Portelli

Gran Enemigo Single Vineyard El Cepillo Cabernet Franc 2017

Bodega Aleanna, El Cepillo, Valle de Uco $12.500

Alejandro Vigil sigue repartiendo sus días entre los Malbec, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Cabernet Franc (entre otros) con la misma pasión (y obsesión) que, en sus comienzos profesionales, buscando el mejor lugar para cada uva. Y en El Cepillo encontró un terruño ideal para este vino. Que vuelve a sobresalir, con sus aromas expresivos, buen cuerpo y fluidez, frutas rojas y especias. Acá, los sabores y las texturas también están atravesados por su mano. Beber entre 2022 y 2025. 93 Puntos Portelli

Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.