Tres visiones, una amistad y mil suelos Info de Prensa 02/09/2022 Bodegas, Tips 524 Julio es el mes de la amistad, que no sólo es fuente de alegría para todos y todas sino también el eje que dio inicio a nuestro proyecto: Alejandro Sejanovich, Jeff Mausbach y Jorge Crotta se conocieron en el ámbito laboral, sus visiones sobre el vino estaban en sintonía y decidieron perseguir un sueño conjunto. Nacido en Mendoza, Sejanovich se graduó con Medalla de Oro en la carrera de Ingeniería Agrónoma y luego partió a Francia para realizar un Master en Enología en la Universidad de Montpellier.Al regresar a Argentina se sumó al grupo de viticultores de Catena Zapata para trabajar en la dirección de viñedos, sumando experiencia en el conocimiento de microclimas y en la influencia del suelo en el comportamiento de la vid y el vino. Desde el departamento de investigación, también descubrió zonas inexploradas de Mendoza que influirían profundamente en su futuro como viticultor. Fue en Catena Zapata donde conoció a Jeff Mausbach y a Jorge Crotta, sus dos socios en Mil Suelos. Originario de Omaha, un pequeño pueblo en Nebraska (Estados Unidos), Jeff se desempeñó en Catena durante 13 años difundiendo sus vinos en el exterior.Si bien sus estudios universitarios se desarrollaron en el campo de las Relaciones Internacionales, comenzó a trabajar en restaurantes desde los 18 años ganando una amplia experiencia en la simbiosis entre vino y gastronomía. En 1992, durante un viaje de mochilero por Europa, conoció a Verónica, la argentina que se convertiría en su esposa y que lo llevaría a afincarse en nuestro país.El tercer socio de Mil Suelos, Jorge Crotta, trabajó en el desarrollo de los mercados internacionales de Catena Zapata luego de recibirse con honores en la Universidad Nacional de Cuyo. Actualmente forma parte del equipo comercial y supervisa las exportaciones en Europa y Asia.“El objetivo cuando nos independizamos fue hacer vinos que expresaran lugares, con características influenciadas más por el terruño que por la madera”, remarca Sejanovich sobre aquel momento en el año 2009 cuando decidieron -a través del descubrimiento de un viejo viñedo en La Consulta que se convertiría en el punto de partida del proyecto- comenzar a escribir su propio capítulo en la historia del vino argentino.