Un sueño hecho vino Fabricio Portelli 19/01/2015 Bodegas, Notas 1715 Por suerte existe otro matrimonio Smith, más allá de la pareja de ficción que protagonizaron en un filme Brad Pitt y Angelina Jolie. Y por suerte están acá cerca. Por qué lo digo, porque David y Sonia Smith han logrado hacer primero realidad su sueño y luego convertirlo en vino. Los SonVida (un nombre que nace de la combinación de David y Sonia, más allá de su implicancia) hoy son vinos que muchos conocedores reconocen, o saben que deben degustar in situ. Por sus características (pequeñas producciones y una rica historia) se han convertido sin querer queriendo en vinos de culto. Ellos, ambos periodistas de vocación y profesionales muy reconocidos, decidieron hace algunos años asentarse en un lugar soñado. Lo encontraron en Mendoza, y por eso bautizaron a su pequeña finca de Paraje Altamira como Finca La Alegría. Esa felicidad del principio costó sus buenos sacrificios, primero la viña, luego la casa. Al principio el total de sus uvas (de lujo) eran destinadas a bodegas de renombre. Pero no tardó en picar el bichito del vino propio. Así fue que en 2007 empezaron tímidamente con un Malbec y luego agregaron un Cabernet Sauvignon. Hoy producen apenas más de 10.000 botellas en total, e involucran a toda la familia en la recolección de la uva. Pero volvamos a los vinos y sus creadores. David es un periodista reconocido mundialmente y testigo privilegiado de eventos históricos. Y Sonia no se queda atrás. Esa curiosidad natural los ha inspirado desde el principio. No dudaron en invertir todo a mano de su sueño, porque estaban convencidos que detrás de tanto sacrificio, llegaría el éxito. Recuerdo la primera vez que conocí a David, fue en el restaurante de la bodega de José Manuel Ortega Fournier. Yo estaba almorzando con el dueño de casa que oficiaba de anfitrión de los propietarios de Vega Sicilia. Y este alto lord inglés me interceptó en un momento, con su amplia sonrisa y su castellano tánico, para que le degustara su Malbec. Pero más aún, que se lo calificara. Recuerdo muy bien que le dí 87/88 puntos. Algo que; años más tarde; me reconoció haberlo decepcionado un poco, ya que algunas revistas internacionales ya le habían otorgado 90. Y claro, con un inicio así la relación con David y Sonia se fue alimentando de encuentros, charlas y degustaciones. Recuerdo un salto de calidad en el Malbec 2009 y una grata sorpresa con el Cabernet Sauvignon que nació de la cosecha 2008. Y desde entonces no cesaron en su evolución. Incluidos en los Top 100 de la revista El Conocedor en los años venideros, y superando la tan ansiada (al menos por el propietario) barrera de los 90 puntos. Pero no se trataba de puntajes, sino del factor wow, dice David. Es cierto que para su pequeña escala y calidad exigente, es necesario ganar prestigio para agregar valor a cada botella y así poder tener un negocio que sea sustentable. Eso se logra primero con calidad. Y para garantizar la calidad hay que ser dueño de la uva y seguir muy de cerca la elaboración. Pero también tomar decisiones tan difíciles como quedarse sin vinos en 2011 o tener que bajar mucho la producción a causa de una helada. Seguros que ese paso para atrás que le deparó la naturaleza, significarían dos para adelante en su historia. Exportan sus vinos al Reino Unido, donde David es muy reconocido, y a los Estados Unidos, su segunda residencia; además de vender sus vinos localmente. Son ellos los que promueven sus etiquetas, presentes en ferias y partícipes de cuánta degustación puedan, para aprender y para socializar con sus colegas, con sus potenciales clientes y con los consumidores. Luego de la reducida cosecha 2012, le siguieron dos cosechas de gran calidad, sobre todo para el Malbec. Me gusta mucho el 2013, dice, aunque aún no está embotellado, y el 2014 también; a pesar de las dificultades por la lluvia al momento de la cosecha. Fui testigo de la evolución de los vinos y del proyecto, ya que cuando comencé a publicar notas sobre ellos ni siquiera estaban presentes en vinotecas y restaurantes. Hoy, los SonVida son Malbec y Cabernet Sauvignon de muy buena relación calidad precio, y muchos sommeliers locales ya los tienen como referentes. Hace muy poco la revista Wine Enthusiast lo incluyó en el puesto 4 de su Top 100 del año anterior, certificando esos pasos firmes que el Sr y la Sra Smith vienen dando hace varios años en Paraje Altamira. SonVida Malbec 2012 ($240), Paraje Altamira Muy buena expresión de fruta y textura, se nota que es un vino moderno y de Valle Uco, por su fluidez y taninos incipientes. De muy buen largo y expresión propia, aún algo firme y joven, también largo de boca. Muy buen ataque, con notas de fruta negra y especiado con toque herbal, muy agradable. No es exagerado, sino envuelto y amable, y llena la boca. Tiene gran potencial. 92 puntos SonVida Cabernet Sauvignon 2012 ($240), Paraje Altamira Jugoso y apoyado en la fruta negra, de muy buen volumen y ataque fresco,. De paladar jugoso y no muy profundo. Entra en boca como el Malbec, pero exhibe más cuerpo con ese dejo herbal que refresca su final de boca. Agradable y con taninos más sueltos, está para beber ya. 90 puntos