Es realmente sorprendente que un proyecto de vinos sea creado en la Argentina, solo para vinos blancos. Pero mucho más, que sea para un solo vino. Así es Blanchard & Lurton.

Claro que algo tan preciso como ambicioso no sale por casualidad. François Lurton llegó al país a fines de los noventa para trabajar junto con su hermano en una importante bodega. Ambos, miembros de la familia más terrateniente de Burdeos, Francia. Luego de muchas idas y venidas, François quedó solo al mando de su propia bodega, actualmente denominada Piedra Negra. Por su parte, Andrés Blanchard es cuarta generación de familia viñatera. Sin embargo, el salió al primer mundo para formarse y capacitarse. Al terminar sus estudios, una maestría en Penedés (España), se mudó al Reino Unido donde trabajó en Oddbins, una de las principales cadenas de vinotecas allí. “La política de entrenamiento era sorprendente, todos los jueves teníamos degustación de vinos de todo el mundo en las oficinas centrales”, afirma Andrés. Ya, en aquellos años se empezó a volver un loco de los vinos blancos, principalmente de los Pouilly Fumé, Pouilly Fuisse, y demás vinos destacados de la Borgoña y el Valle del Loire, donde terminó trabajando y desde donde pegó la vuelta. Al regresar a su Mendoza natal, conquistó rápidamente a François con su currículum, llegando a ser su gerente general.

Pero en 2013, Andrés le propone hacer todo un proyecto basado en un vino blanco, justamente el reconocido expertise de François, quien los elabora en Francia, Italia, España, Portugal, Chile y la Argentina, con el Corte Friulano como su ícono. La primer sorpresa de Andrés fue la rápida aceptación del francés. Y la segunda, que aceptara poner su nombre al lado del suyo en la etiqueta. Así se juntaban dos generaciones de viticultores, una internacional con una local. Hoy cada cual tiene su propia bodega (Piedra Negra y Cuarto Dominio) y comparten el sueño de elaborar un vino blanco argentino, a la altura de los mejores exponentes del mundo.

Es tan importante la calidad del vino como el concepto con el cual está concebido. Y Blanchard & Lurton se propusieron ser el primer productor que se enfoque en vinos blancos y de pequeñas producciones. Por ahora solo tienen en el mercado el Grand Vin 2014. Un corte muy pensado, un blanco de detalles, elaborado a base de Tocai Friulano (60%) cosechado en la primer semana de Marzo. Lo dejan en la prensa 5hs, luego lo pasan a un tanque para su desborre por 12hs. Después los trasiegas y le siembran levaduras, ya que no se pueden arriesgar a que las levaduras indígenas fermenten con la delicadeza que ellos pretenden. Apenas inicia la fermentación lo pasan a barricas por 14 días, y al término siguen haciendo battonage día por medio durante un mes más. Al final lo trasiegan, y permanece doce meses sobre lías finas. Además utilizan un 10% de Chardonnay con el mismo proceso. Más un 10% de Pinot Gris sin paso por madera. Y se completa con un Viognier (20%) trabajada como uva tinta. A este se lo cosecha primero de la parte Este del viñedo, porque le cuesta madurar, y si se pasa es muy invasivo. Estas tres barricas fermentan con la uva entera y con la tapa abierta, de ahí obtienen lo floral y mineral. Salvo el Chardonnay que es de Gualtallary, todas las demás uvas provienen de Los Chacayes, también Valle de Uco.

Elaborado por el enólogo francés Thibault Le Poutre, en total se hicieron 3000 botellas, de las cuales 1800 quedaron reservadas para la Argentina. Pero antes de lanzarlo debían asegurarse que se tratara del gran vino blanco que ellos pretendían. Así fue que lo degustaron algunos referentes internacionales. Y Tim Atkin, por ejemplo, lo eligió como el “descubrimiento del año”.

Es una apuesta muy importante, y sobre todo el vino debe ser muy interesante para poder trascender. Esto quedó muy claro en un almuerzo de siete pasos preparado especialmente por Martín Rebaudino en Roux, para la presentación en sociedad. El futuro de este vino ha sido tan bien planificado como su pasado. En 2014 y 2015, sale el Chardonnay y entra el Sauvignon Blanc del corte. En 2016 (anticiparon que fue una cosecha excepcional para blancos) se amplían a 15 barricas, y para 2017 estiman la salida de su segundo vino. También un blanco elegante, pero a precio de hoy a uno $170, algo tan pretencioso como atractivo para el amante del buen vino. Por otra parte, con François están viendo viñedos en el sur de la provincia de Buenos Aires, en busca del gran lugar argentino para el Sauvignon Blanc.

“Tenemos que demostrarle al mundo que podemos hacer un gran vino blanco en este país, y que el concepto de blends también es de blancos”, dice Andrés muy convencido.

 

Blanchard & Lurton Grand Vin 2014

Bodega Blanchard & Lurton, Valle de Uco, $380

Sus aromas son neutros y austeros, pero muy expresivos. Su entrada en boca es clásica, pero con buena tensión y profundidad. Su paso es con delicadezas, hay leves tostados finales elegantes, con una frescura interesante y una textura muy fina. Algo de madurez sobre el final de boca, con un dejo floral complejo en su expresión. Se sale del molde de lo frutal y le agrega matices con su austeridad. Es un blanco voluptuoso, con energía y gran potencial, insinuando una guarda con mucha complejidad por delante.

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