Se nota que es una bodega moderna y no sólo por los diseños de sus etiquetas, también por sus vinos, por sus propuestas de cómo consumirlos y por su gente.

La familia Budeguer, quizás empalagados por el negocio familiar en su Tucumán natal, decidió dar rienda suelta a una de sus pasiones; el vino. Y fue Sebastián Budeguer; tercera generación de agricultores; el encargado de comprar los viñedos, armar el equipo y echar a andar el proyecto. Primero puso el foco en la finca, luego vinieron los vinos y después el momento de venderlos. Y recién cuando el éxito les aseguró el futuro, se lanzaron a ampliar la bodega de Agrelo (Luján de Cuyo). Incuso están por inaugurar el sector de turismo.

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Sebastián, como buen agricultor que es, resalta la importancia de sus aspersores anti-heladas; únicos en Mendoza. A sus fincas plantadas en Rodeo del Medio (Maipú, 2006) y Agrelo (Luján de Cuyo, 2011), se le sumó una en el Valle de Uco en donde buscarán realizar un field blend de alta gama a partir de Malbec, Tannat y Petit Verdot. Una apuesta tan jugada como lo son el diseño de sus etiquetas, y los cocktails by Mona Gallosi con los que promueve su línea joven de vinos Plan B.

El camino del vino les demostró que; a diferencia del azúcar; además de técnica, tiene mucho arte, sobre todo a la hora de tomar decisiones.

Como empezó todo desde cero, para formar el equipo buscó gente que quisiera realizarse, más allá de su calidad humana y técnica, como una fórmula para trascender a través de sus vinos.

Por eso se inclinó por Juan Manuel Mallea como enólogo, por Guillo Milla (un reconocido diseñador) como Gerente de Marketing, por María Mendizábal (Mejor Sommelier Argentina 2006) como embajadora de sus marcas, y por Roberto de la Mota como asesor, entre otros.

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Originalmente, los vinos Tucumen; una combinación de Tucumán y Mendoza; fueron pensados para el exterior. Vinos directos, con una expresión de fruta bien marcada y con una etiqueta que llame bien la atención. La repercusión los llevó a lanzarse de lleno al mercado interno. Pero primero probaron suerte en el interior, donde hoy pisan fuerte en las principales plazas.

Los Tucumen ($135) Malbec y Cabernet Sauvignon debutaron con la cosecha 2012, y poco a poco se irá reemplazando por los recién llegados 2014. Son vinos modernos y amables, con una muy buena relación calidad-precio. También está el Extra Brut ($150), un atractivo espumoso método Champenoise elaborado con uvas propias de Pinot Noir y Chardonnay.

Pero su máxima expresión es a manos de un Malbec 2012 de Uco, elaborado a partir de viñas de más de 90 años y criado en barricas nuevas de roble francés. El 4000 ($230) tampoco se queda atrás por nombre y diseño de etiqueta.

Esta nueva bodega promete seguir haciendo mucho ruido, porque saben de agricultura, y de la paciencia que hay que tener. Eso sí, disfrutan que en el vino, haya mucha más diversión, y lo demuestran cada vez que pueden.

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Sobre El Autor

Hace 22 años degusté un vino por primera vez y supe que querría hacer de mi vida profesional. Compartir mi pasión; por eso me dediqué a comunicar el vino. Más de 30.000 vinos degustados y 20.000 publicados, más de 100 revistas editadas y miles de notas. Siete años en TV, cuatro en radio y seis en la web. Más de 20 exposiciones de vino organizadas y más de 30 concursos internacionales como jurado, además de muchos viajes a zonas vitivinícolas del mundo. Todo esto, simplemente me ayuda a conocer más, para poder compartirlo mejor.